O 5; Huésped

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«Se siente cálido

Luzu estruja contra su pecho el edredón envuelto bajo su brazo y se encoge en el espacio. Cada vez que respira percibe un aroma muy ligero que no puede identificar ni describir, pero le resulta agradable.

«Hace mucho tiempo que no dormía en una cama tan cómoda

El omega está por quedarse dormido nuevamente, pero sus cinco sentidos se activan cuando termina su último pensamiento.

«¿Cuándo conseguí una cama tan cómoda?»

Luzu abre los ojos, aparta el edredón de un manotazo y se sienta en la cama.

«Me mordieron.»

Se lleva la mano al cuello, encuentra la textura rasposa y blanda de una gasa, luego se da cuenta de que tiene otra igual en la mano derecha. Las arranca sin pensarlo dos veces, quiere mirar su cuello pero no puede.

No se da cuenta del momento en el que comienza a hiperventilar, se lleva las manos a la cabeza intentando recordar más detalles y los recuerdos borrosos de la noche anterior lo hacen temblar.

Salió del bar porque comenzó a sentirse mal, un hombre lo agarró del brazo y le contó un montón de cosas mientras lo llevaba arrastrando a un lugar, pero al final cambió de dirección y lo arrinconó en un callejón.

Luzu jadea y junta las piernas por reflejo mientras recuerda estar boca arriba bajo aquel hombre. De repente se siente asqueado, avergonzado, asustado y enojado. No sabe cómo manejar todas esas emociones juntas por lo que su primera reacción es llorar. Todo el mundo le da vueltas por un segundo, se lleva las palmas de las manos a los ojos y se talla los párpados hasta que ve manchas de colores. Ni siquiera el recuerdo de clavarle un trozo de vidrio a su abusador le brinda un poco de satisfacción, al contrario, se siente peor.

«Ay, dioses, no. Dioses míos, no, no es cierto.»

Se queda en la misma posición durante un tiempo, llorando en voz baja. No sabe dónde poner las manos así que las deja en su cara. Quiere abrazarse y asegurarse de que cada parte de su cuerpo sigue siendo suya, pero le da asco sentir su propia piel.
Se siente culpable por no cuidarse mejor, pudo evitar que lo tocaran pero no fue lo suficiente prudente.

«Pero lo maté, no hay lazo, estoy bien. No pasó nada». Se limpia las lágrimas con los puños de las mangas, aunque cada que se va una vienen otras tres. Abre los ojos y observa la tela amarilla.

«Estoy, yo... ¿en dónde estoy?»

Luzu deja de llorar, y se bloquea.

Es una olla de presión en estos momentos, pero no lo sabe. La rabia hierve en su estómago, sin embargo, no se permite lamentarse por algo que ya pasó, que fue su culpa y que ya solucionó. Encierra todo. Su preocupación actual debe ser seguir vivo y libre.

Hace el esfuerzo de calmar su respiración para analizar la situación. Mira todo el cuarto y encuentra a otra persona durmiendo en la misma habitación. El omega se aleja casi de un salto y su espalda choca con la pared; hay alguien que lo estuvo cuidando toda la noche, pero que tiene el sueño muy pesado y ni siquiera lo escuchó llorar.

«No puede ser, ¿me atraparon

Siente su corazón latiendo con fuerza por la sorpresa. El instinto de supervivencia lo hace buscar la salida más cercana: una puerta y una ventana.
Luzu se arrastra por la cama y se pone de pie junto a ella, se da cuenta de está usando ropa que no le pertenece pero es suficiente para huir hasta el hostal donde dejó su mochila. La habitación está medio vacía, visualiza varios objetos arrinconados en una esquina del dormitorio, corre de puntillas hacia ellos mientras vigila al hombre dormido, encuentra su cartera y unas tijeras que sostiene con fuerza en su mano izquierda; es diestro pero su mano derecha está herida, tiene que improvisar. Revisa que su identificación y la llave de su cuarto en el hostal estén dentro la cartera y la guarda en el bolsillo del pantalón pijama.

Defense-Attack [LuzuPlay]Where stories live. Discover now