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Las clases habían terminado hacía casi dos horas y Soobin se estaba terminando de preparar para partir a la casa de Arin.

Se había duchado, vestido, peinado y perfumado especialmente para esa tarde. No tenía una razón en particular, él solo deseaba verse bien.

Agarró otra mochila, guardó su laptop, una libreta, un par de plumas y lanzó su celular dentro también para después colgarla en los hombros.

Salió de su habitación y solo le costó tres pasos cruzar el pasillo para tocar la puerta de la habitación de su prima, Yoojung. Le había pedido de favor si podía darle un aventón a la casa de Arin, ya que ella tenía coche y él no tenía ganas de tomar el bus.

—¿Listo? —la chica abrió la puerta y preguntó, Soobin solo asintió, aferrándose a los cordones de la mochila.

Bajaron las escaleras y cruzaron el recibidor para salir por la puerta principal. Se montaron al coche y el trayecto lo pasaron cantando y bailando canciones que pasaban en la radio, ambos eran realmente fans del kpop y se sabían la mayoría de canciones y coreografías.

—¿Es aquí? —Yoojung deslizó sus lentes de sol por el puente de su nariz, inclinándose para ver la casa. Soobin no pasó por alto el asombro en su voz cuando asintió en respuesta y preguntó por qué. —Vine a una fiesta que alguien de la universidad organizó hace como dos semanas.

—¿Cuando manejaste ebria y casi atropellas al perro de la vecina con tu mamadisimo KIA? —Soobin se rió palmeando el tablero del auto, recordando esa vez cuando su prima llegó en la madrugada con la vecina detrás de ella discutiendo y Yoojung solo le cerró la puerta en la cara y se tiró en el sillón a dormir.

—Seh, fue una noche salvaje —murmuró casualmente y se encogió de hombros. —Me invitó Changbin pero estoy casi segura que Yeonjun fue el anfitrión. No lo sé.

Soobin solo la escuchó pues realmente no tenía mucho que aportar en la conversación, el regañó por conducir en estado de ebriedad ya se lo había dado, como el más responsable de los dos y con los padres de ella ausentes de su vida, tuvo que. Si sus tíos y la madre de Soobin tenían algo algo común, era la gran ausencia que mantenían en la vida de sus hijos.

La madre de Soobin siempre estaba viajando. Que pasara dos semanas en Corea en compañía de su hijo, Soobin lo creía imposible. Joohyun siquiera quiso comprar una propiedad a su nombre porque ella en serio nunca estaba en el país, en cambio, le pidió a su hermano que acogiera a su hijo con él hasta que terminara los estudios. Y Seungwan y Mark, padres de Yoojung, también nunca estaban en casa, se ocupaban los días metidos en las oficinas de su empresa. Era rarísimo el día que se tomaban de descanso. Siempre más pendiente de la empresa que de su única hija.

Yoojung y Soobin habían aprendido a sobrevivir con la compañía del otro.

—¿Quieres que te venga a recoger? —ella le preguntó. —¿A qué hora?

—Antes de las siete está bien —contestó abriendo la puerta y bajando del auto. Se inclinó antes de cerrar la puerta. —¿Podemos cenar tteokbokki, Yooyu?

—Joder, por favor.

Soobin se rió ante la emoción de su prima y se despidió de ella con una sonrisa, Yoojung le mandó un beso volador y le dijo que le llamara cualquier cosa, antes de arrancar.

Caminó por el patio delantero hasta la puerta y se sacudió la ropa y verificó el olor de su aliento antes de chocar su puño contra la madera. Checó la hora en el reloj en su muñeca y maldijo levemente al ver que estaba doce minutos después de la hora que había acordado, Soobin odiaba ser impuntual. Sin embargo, eso no impidió que Arin lo recibiera con una gran sonrisa cuando abrió la puerta.

ARIN'S BROTHER | YEONBINTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang