cuatro

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Ese mismo día de nuevo por la tarde, Soobin estaba llegando a paso apresurado a la vivienda de Arin. Iba tarde, jodidamente iba treinta minutos tarde.

Tocó la puerta con su puño, buscando en su cabeza una manera decente para justificar su retraso, porque no podía solo decirle a Arin: "Oh, me quedé dormido en el bus y me pasé como cuatro calles". Era vergonzoso y era una de las razones por la que odiaba tomar el bus.

Deslizó una de sus manos por su cabeza para acomodar su revoltoso cabello pero quedó estático a media acción cuando la puerta frente a él se abrió y Arin no fue quien lo recibió.

—¿Hola? —preguntó el chico que abrió, extrañado por la estatua parada frente a la puerta de su casa. —¿Te puedo ayudar en algo?

Soobin reaccionó y carraspeó para aclarar su garganta. —Vengo a ver a Arin —contestó y el chico levantó una ceja, susceptible. —¡Tenemos un proyecto juntos! Somos compañeros de clase, si eso. Solo eso —terminó aclarando.

Estaba seguro que era el hermano mayor de Arin y temió solo un poco por ello, recordando las palabras del día anterior de su prima. Porque si había algo en lo que acordaba firmemente, era que el hermano mayor de Arin era sexy. Como, realmente sexy.

Era ligeramente más bajito que Soobin, su camisa desmangada dejaba al intemperie sus trabajados brazos y aunque su pantalón era un poco ancho, podía notar lo bonita que su figura era. Soobin también podía notar que su cabello escondido bajo esa gorra negra estaba húmedo y cuando olfateo débilmente llegó a la conclusión de que él hace poco salió de bañarse, por el olor a jabón y loción que le llegó. Sus ojos fugaces, su nariz perfilada, su mandíbula marcada y sus labios abultados, Soobin quedó embobado.

—Ella no está en casa, puedes ir- ¿Estas bien? —se vio en la obligación de preguntarle cuando se dio cuenta de su mirada perdida. —¡Hey, chico!

Soobin reaccionó al instante, pegando un saltito. —Lo siento —dijo apenado, rascando su nuca.  —¿Arin va a tardar mucho en llegar?

—Honestamente no tengo idea. Salió hace un rato a casa de una amiga, no dijo nada —le contestó sencillamente, desinteresado incluso. Soobin suspiró. —Soy Yeonjun, por cierto.

—Soobin.

Soobin se balanceo indeciso sobre sus pies bajo la atenta mirada de Yeonjun, que en contra de todo pronóstico, no estaba buscando deshacerse de ese amigo de Arin como usualmente lo hacía. Al final resopló. —Puedes esperarla dentro.

El mas alto agradeció aliviado por la invitacion, no tenia ganas de regresar a casa y tener que volver dentro de un rato para luego regresar de nuevo, las tres veces en autobús porque obviamente tendría que hacerlo, si no, no iban a avanzar en el proyecto semanal y era algo a lo que no estaba dispuesto. Yoojung no había regresado esa tarde aún, había salido con sus amigas, así que no podía llevarlo como el día anterior.

—Justo estaba por comer —comentó Yeonjun cuando ambos entraron al recibidor. —Hice ramyeon, ¿quieres?

—Eso estaría bien —dijo colocando ambas manos sobre su estómago pensando en lo bien que se sentiría comer. Caminaron hasta la cocina y Soobin tomó asiento mientras el mayor le servía un plato de comida. —Gracias —dijo cuando se lo colocó en frente, también le pasó un par de palillos antes de sentarse a su lado en la isla, tomando justamente los lugares en los que estaba ayer con Arin.

—¿Eres quien vino ayer también? —Yeonjun preguntó mirando fijamente como Soobin enredaba los fideos en sus palillos. El menor no le tomó importancia y se los echó a la boca, arrepintiéndose solo un poquito al instante. —¿Y bien?

ARIN'S BROTHER | YEONBINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora