- 26 - Dí que sí

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Regulus se estiró durante unos segundos y luego bostezó, su mente estaba aún un poco perdida y sus ojos no se acostumbraban a la luz que entraba.

-En nuestro nuevo cuarto pondremos las cortinas más gruesas que hayan

James sonrió -Despertaste

-Algo así -murmuró Regulus aún con los ojos cerrados

James delineó su nariz y sonrió al darse cuenta que aún seguía con el anillo

-¿Qué hora es? -preguntó

-Las 8

Regulus hizo un sonido de queja -Tengo que irme

-Nooooo

-Walburga se va a escandalizar

James rió al recordar su sorpresa de ayer

-Y seguro Euphemia no sabe que estoy aquí -agregó Regulus sentándose en la cama e inmediatamente se llevó una mano a la cabeza -Maldición, que dolor de cabeza

-Yo estoy igual

Regulus giró a verlo -Yo te veo perfecto

James tocó su mejilla -Lo sé, siempre amanezco hermoso

Él frunció la nariz y se masajeó el cuello -¿Y en qué momento hemos entrado a tu cuarto?

-¿No te acuerdas? -preguntó James con una sonrisa

Regulus se quedó en blanco, estiró la mano viendo el anillo, volvió a ver a James y luego su ropa mezclada con la suya encima de una silla.

-Siento que no me acuerdo de nada después del segundo brindis

James se apoyó en su brazo levantando la cabeza -Al menos te acuerdas que me pediste matrimonio

-No podría olvidarme de eso, nunca he estado tan nervioso

-Imagínate cuando nos casemos -dijo James emocionado estirándose y besándolo

-Espero no olvidarme de lo que tengo que hacer por el pánico -contestó Regulus peinando el cabello de James hacia atrás y luego bajando de la cama

-No te vayas -se quejó James rodando en la cama

Regulus sonrió -Nos vemos más tarde -habló poniéndose una camisa con los ojos cerrados por el dolor de cabeza que tenía y después desapareció.

Se metió a bañar apenas llegó a su casa esperando que el dolor de cabeza que tenía se fuera, pero al ver que seguía igual decidió que tendría que hacer alguna poción para solucionarlo.

-Te dignaste en despertar -habló Walburga cuando lo vio entrar al comedor

-Hola a tí también madre -contestó tomando un poco de agua

Orion despegó la vista de su correspondencia -¿No vas a desayunar? -preguntó al ver que se iba

-Primero me haré una poción para el dolor de cabeza

Walburga se puso de pie siguiéndolo -Y ayer no pensabas en todo el vino que tomabas

-¿Por qué me sigues? -se quejó al entrar al otro salón donde tenía el caldero

-¿Cómo vamos a hacer con el matrimonio?

-¿Qué?

-Tu matrimonio

Él    _   (Jegulus)Where stories live. Discover now