Dieciséis

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Jk

Fue otro mes ocupado con ensayos, Elizabeth también se la paso con el staff preparando todo lo de las nuevas fechas, detesto cuando duro tiempo sin verla, con ella puedo platicar de todo, siempre me escucha atenta y tiene una sonrisa bonita, he pensado mucho en hablar con el manager y poder tener algo más serio con ella, no se que tan prudente sea pero es algo que llevo meses analizando a Hyung se le da bien estar con su familia y la carrera, pero creo que a ella no le gustara dejar de trabajar aquí. Me ha dolido la cabeza de pensar en esto todo el Tiempo, sin mencionar que a ella le gusta salir y divertirse, yo no puedo hacerlo de la misma manera con ella.

—¿Quieres tomar algo con Tae y conmigo?

—Hoy no Jiminshi, creo que me iré solo a dormir, no tengo ánimos.

—Pronto tendremos unos días libres, puedes aprovechar y descansar.

—Solo quiero poder hacer algo normal.

—Todo kookie todos queremos hacer algo tranquilo.

Me fui a mi habitación, cuando entre una luz roja dominaba la habitación, en mi cama sentada de pierna cruzada, medias de red, falda negra de tablas, encima solo un saco sin abotonar se encontraba la diosa de mis deseos.

—Elizabeth

—Jungkookie

Me hizo una seña para que me acercara.

—¿Me extrañaste?

—No tienes idea.

Aun lado de su mano tenía una fusta, por alguna razón ya estaba muy duro de pensar para que quería eso. Siguió mi mirada y sonrió al ver lo que llamo mi atención, tomo la fusta y jugo con ella entre sus manos.

—He estado pensado, tu cumpleaños se acerca y no hemos planeado nada Kookie —usa la punta de la fusta para pasarla por mi creciente bulto— y pienso que mereces ser recompensado por ser tan buen niño—me dio un pequeño golpe en la pierna —de rodillas.

Sin pensarlo dos veces me hinque, ella levanto la orilla de mi camisa con la fusta.

—Quitatela

Su mirada altanera me tiene mal, cuando me quite la camisa ella estaba de pie rodeándome, me miraba como si nunca me hubiera visto desnudo.

—Sube a la cama, boca arriba y con los brazos separados.

Después de colocarme en la posición que me pidió, subió encima atando cada mano a la cabecera de la cama.

—¡Vaya parece que el premio es para mi!—dijo al notar que ni erección ya era algo exagerado en mis pantalones.

Sin tocar mi entrepierna su cadera quedó justo en mi ombligo, tomo mi rostro besándome, cada mordida que me daba a los labios me hacía desear soltarme, tomarla de la nuca y que no dejará de besarme, sus besos siguieron por mi cuello, de ahí su lengua recorría con habilidad mis pectorales, mientras mordisqueaba, jale un par de veces las ataduras pero me era imposible soltarme, la desesperación que tenía por acariciarla crecía.

—Entre más jales tu atadura más se apretara, soy excelente en esto Kookie.

Aún sobre mi quitó el único botón de su saco dejando expuestos sus senos, su pezón estaba erguido para mí y yo no podía probarlo.

—¿Quieres saber que hay debajo de esta falda? —levanto la orilla y pude ver qué no traía ropa interior —nada

—Solo suéltame una mano, solo una —senti la vena marcada en mi cuello.

—No.

Tomo la fusta y me dio un azote en el muslo.

—Las órdenes las doy

Bajo más por mi pecho llegando al cierre de mi pantalón, con una habilidad increíble bajo el cierre con sus dientes, yo tragaba en seco.

—¡Mierda Elizabeth!

No dijo nada se limito a seguir en lo suyo, libero mi erección, la punta ya estaba hinchada y con líquido preseminal saliendo, con descaro la tomo y chupo, después la metió completa a su boca un par de veces.

—Me estás haciendo sufrir

—Apenas es el inicio Jungkook…

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Make up/ libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora