𝚈𝚘𝚞 𝚊𝚛𝚎 𝚖𝚢 𝚙𝚊𝚛𝚊𝚍𝚒𝚜𝚎 [𝙽𝚎𝚠𝚝]

𝟶𝟿. 𝑆𝑢𝑏𝑚𝑢𝑛𝑑𝑜

Finalmente, encontramos una gran sala, con varias salidas a la izquierda y a la derecha, más de las que habíamos visto antes. Parecía ser un lugar de reunión.

- ¿Esto es como el centro de la ciudad? -preguntó Thomas.

- Más o menos -respondió Brenda-. ¿Ves? ya estamos a mitad de camino hacia el otro lado de la ciudad.

Minho, Newt, ¿dónde estaban? Me sentí como una mierda por no buscarlos y ver si estaban en problemas, ¿habían salido sanos y salvos? Sabía que eran fuertes, pero eso no me tranquilizaba. Un fuerte estallido, como el de una bombilla de cristal, me sobresaltó.

- ¿Qué fue eso? -susurré

- Supongo que se ha apagado una vieja luz -dijo Brenda, restándole importancia.

- ¿Por qué se apagaría una luz vieja de la nada? -pregunté sin verle el sentido.

- No sé, una rata tal vez.

- No he visto ninguna rata. Además, ¿cómo iba a caminar por el techo? -no quería llevarle la contraria a la chica, pero lo que ella decía no tenía sentido.

- Tienes razón, debe ser una rata voladora. Vamos a salir de aquí -aseguró la muchacha.

Un golpe más, seguido de varios golpes en el suelo. Estaba seguro de que el ruido venía de justo detrás de nosotros. Alguien debía de estar siguiéndonos. No podían ser los otros chicos, y mucho menos una rata; era gente que quería sacarnos de quicio. Nos querían poner nerviosos. Asustarnos.

- ¿Vamos a investigar? -preguntó Thomas

- ¿Investigar? -respondió Brenda-. No. Tenemos que salir de aquí.

- ¿Y quienquiera que esté allí nos siga todo el camino? No gracias, es mejor deshacerse del problema ahora -repuse.

- Podría ser una trampa -me detuvo el moreno-. No había ningún cristal en el suelo del túnel, deben haber roto una de las luces, ¿por qué alguien haría algo así? Quieren hacernos volver -dedujo y por primera vez creo que pensó.

- Si tienen suficiente gente para atacarnos, por qué nos tendieron una trampa... es estúpido. ¿Por qué no vienen y acaban con nosotros de inmediato? -Dije-. Sólo somos tres y no tenemos balas.

- Bueno, es aún más estúpido quedarse aquí y hablar de ello -respondió Brenda. Tenía razón.

- Vamos -dije. Brenda empezó a levantar la linterna, pero un sonido aterrador nos interrumpió de repente.

Delante de nosotros había un hombre. Era como una aparición, había algo sobrenatural en él. Se inclinó hacia la derecha y su pierna se sacudió como si tuviera un tic nervioso o algo así. Su brazo derecho también se retorcía mientras su mano se abría y cerraba constantemente.

Mi atención se dirigió a su cabeza; no podía apartar los ojos de él. Parecía que su cuero cabelludo había sido arrancado, y se veían todas las costras ensangrentadas. Le faltaba un ojo y una masa roja y gomosa lo sustituía. Tampoco tenía nariz. Podía ver sus fosas nasales en su cráneo bajo la piel destrozada.

- Beatriz se llevó mi nariz en un desliz -dijo el hombre.

En mi pecho se escapó un débil grito. No sabía si era suave o fuerte.

- Beatrice se llevó mi nariz en un desliz -repitió-. Y tuve que hacer achis.

No podía respirar.

- ¿Entienden? -preguntó el hombre mientras sonreía horriblemente-. Hice achis. Sin nariz porque Beatriz se la llevó en un desliz -se calmó y soltó una carcajada que seguramente formaría parte de mis pesadillas.