Capítulo 76

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Taeyong fue ingresado en el hospital cuando se acercaba la fecha de parto. Fue por la opinión de un especialista acerca de que el cuerpo de la madre estaba tan débil que sería mejor estar en un lugar equipado con instalaciones médicas con anticipación.

Jaehyun preparó afanosamente esto y aquello. Los documentales en Blu- ray que a Lee Taeyong le encantaban también fueron llevados a la habitación del hospital como si fueran lo más valioso.

Cuando llegó al hospital, Jaehyun recién cayó en cuenta que su omega iba a dar a luz, por lo que no pudo ocultar su ansiedad. Ni siquiera podía sentarse y solo merodeaba por la habitación comprobando el estado de Taeyong, dirigiéndose a la puerta en reiteradas ocasiones para luego volver a la cama porque no podía decidirse entre ir a buscar al médico o quedarse a su lado

“Sólo siéntate un rato…”

Cuando Taeyong le habló con cautela, Jaehyun finalmente se sentó en el sofá junto a la cama, mientras le temblaban las piernas.

“Lo siento. Estoy siendo un desastre”.

Taeyong, que estaba mirando a Jaehyun, movió su pesado cuerpo hacia un lado y palmeo el espacio libre junto a él.

“Ven a sentarte aquí”.

Jaehyun saltó del sofá y se sentó en la cama como le había ordenado. Taeyong apoyó la parte superior de su cuerpo en su hombro. Se le daba bien el sostener la parte superior del cuerpo de Taeyong con sus brazos.

“¿Estás muy preocupado?”

“¿Tú no? Después de todo, es una personita… Que sale del cuerpo…”

Su rostro palideció en un instante, incluso cuando fue él quien dijo esas palabras. Taeyong contuvo la risa y le rodeó la cara con la mano para que lo mirará.

“Jaehyun”.

El corazón de Taeyong se estremeció al enfrentarse a los ojos marrones que nunca habían sido tan sombríos.

“Soy un hombre que puede sobrevivir incluso si soy abandonado en el Amazonas”.

Las palabras de Taeyong eran verdaderas, no un engaño. Por eso sobrevivió tanto tiempo en el bosque mientras huía.

“Así que no te preocupes, esto no me pondrá en peligro”.

Al ver a Taeyong hablar con calma, se sintió un poco más aliviado. ‘Sí, mi omega no es sólo una persona frágil’.

Taeyong incluso le dio unas palmaditas en el hombro como señal para que no se preocupara, y Jaehyun se sintió realmente aliviado. Y feliz. ‘Este increíble omega es mi compañero. No me abandonó y se quedó conmigo a pesar de mis pecados’.

Sin embargo, contrariamente a la promesa de Taeyong, el parto fue un terrible desastre.

Los médicos iban y venían para informar a Jaehyun de la situación. Jaehyun estaba tan fuera de sí que no podía entender ni la mitad de lo que decían.

Las palabras que alguien dijo: ‘El embarazado está en peligro’, resonó como una sentencia de muerte para Jaehyun. Era difícil entender por qué Lee Taeyong debía sufrir tanto dolor.

Y se volvió loco al pensar que si no lo hubiera conocido, no lo habría pasado tan mal. Todo era culpa suya. Él era el que debería de estar sufriendo.

Mientras daba vueltas frente a la sala de partos, Jaehyun llegó a recordar su vida. Sin embargo, sin importar cuanto lo pensara, no hizo nada malo ni lastimó a otras personas aparte de Taeyong. Hubo ocasiones en las que mucha gente hablaba mierda sobre la personalidad de Jung Jaehyun, pero todos eran solamente cotilleos cobardes de los perdedores.

Por mucho que lo pensara, lo único que hizo mal fue tratar tan horriblemente a Lee Taeyong. Así que era una locura pensar que Taeyong era quien estaba sufriendo el castigo.

Si fuera creyente, habría rezado de inmediato. Sin embargo, confiarle la suerte a lo desconocido no era la mejor forma. En su lugar, optó por agarrar al doctor por el cuello.

“Si algo le pasa a él o a mi hijo, me encargaré de que usted sufra de un destino peor que la muerte”.

El secretario Park, temeroso de los medios de comunicación, se jugó la vida para disuadirle, pero no funcionó.

Pasaron diez horas desde que comenzó el parto. Pero fueron casi diez días para Jaehyun. Un médico empapado en sudor salió de la sala de partos.

“¿Cómo está?”

Jaehyun se levantó de un salto y se acercó al médico. Al ver que este suspiraba largamente, Jaehyun casi le da un puñetazo. Si se hubiera demorado un poco más en decir algo, realmente lo habría hecho.

“Tanto el señor como el bebé están a salvo”.

Ese día, por primera vez, Jung Jaehyun quiso creer en la existencia de algo divino. Algo que conectaba a Taeyong y a él mismo, algo que era difícil de expresar con palabras y la razón.

La seguridad de los demás nunca le ha afectado tanto. Sin embargo, Lee Taeyong era diferente. Cuando le dijeron que estaba a salvo, Jaehyun finalmente sintió que podía respirar.

Siendo incapaz de articular palabras, todo su cuerpo temblaba. Lee Taeyong era el mundo más ilógico e incontrolable que Jung Jaehyun había experimentado, y al mismo tiempo, era el mundo más hermoso.

En cuanto vio a Taeyong sonriendo sin prisa mientras estaba tumbado en la cama con el cuerpo empapado en sudor, Jaehyun sintió por primera vez cierta emoción. Era la primera vez que sentía este sentimiento en su vida, pero era el más grande y abrumador que había sentido nunca, la alegría.

Jaehyun corrió hacia él y lo besó. Lee Taeyong, con la cara pálida y sudada, y la ropa de paciente desordenada, era la persona más bonita que había visto en su vida.

‘Y seguirá siendo hermoso. Se volverá más lindo día a día en mis brazos. Como hasta ahora’.

“No puedo respirar…”

En cuanto despegó los labios, lo abrazó tan fuerte como podía. Se sintió aliviado cuando olió el dulce olor a fresa de Taeyong. Fue una sensación de alivio como si hubiera llegado a casa después de un largo viaje.

Favorite (Dreamer) - Jaeyong [Adaptación] Where stories live. Discover now