018

329 44 4
                                    

You know it's not the same as it was

Dije que Sandra Lovegood amó a Regulus Black, era cierto, también que le amo más que a mi padre. Pero nunca dije que fuesen amantes, novios o enamorados. Es porque eran almas gemelas... Almas gemelas que compartían risas, escondites, secretos...

...¿acaso se consideró la idea de que las almas gemelas no siempre eran pareja, no siempre estaban destinados a casarse?

Mi madre amaba a Regulus, pero nunca se enamoró. No realmente. Su mejor amigo si lo hizo, y acabó muriendo por la desgracia de un amor correcto, pero un tiempo incorrecto.

Los merodeadores estaban bien, eran buena gente. Disfrutó formar parte, por muy poco tiempo que fuese. Pero su amistad acabó por romperse al comenzar la guerra, debida la desconfianza que traía esta.
Y solo le quedaban Regulus... y Pandora, la mujer de su hermano.

Mi madre nunca tuvo una gran relación con su hermano, siempre se comportaba distante, diría yo. Aunque había algo que les conectaba, alguien más bien. Pandora fue la mejor amiga de mi madre por muchos años, y acabo con su hermano, Xenophilius.
Mi madre amaba a Regulus y a Pandora como si fuesen familia misma.

Y luego les perdió. Perdió a todos. Regulus murió haciendo justicia, haciendo lo que él creía que debía hacer. "Tan joven y estúpido", había susurrado mi madre con los ojos aguados, resistiendo la tentación de colapsar frente a su hija de diez años.

Consiguió el horocrux. Y yo lo destruí, con ayuda de Harry, Ron y mi querida Hermione. Mi tía murió, "la gustaba experimentar", me habían dicho, pero no creo que Pandora fuese de aquella forma.

A veces, me pongo a pensar. Y acabó sumida en culpa, si realmente hubiese prestado atención a las narraciones de madre... Como me contó la manera exacta de acabar con Voldemort, el hombre que me destrozo la vida, a base de relatos, a base de personas. Cada persona como una pista, como hojas secas de otoño cayendo con suavidad al suelo, creando un precioso camino rojo, cada hoja diferente, cada una con su historia y cada una de ellas luchando por mantenerse en las verdes ramas de los árboles, pero acabando tendidas sobre el manto de la tierra.

¿Pero como podía saberlo? Era solo una niña asustada por la forma en la que su padre cambiaba radicalmente, como su madre, una mujer hecha y derecha, valiente, comprensiva. Su ejemplo a seguir. Como ella caía a los pies de un hombre ciego de odio y codicia.
No me preocupaban las razones por las que James y Lily Potter acabaron como lo hicieron, en aquellos tiempos me importaba un bledo si Sirius Black era inocente o no.
Me daba igual.

Pero era solo una niña.
Y de una forma u otra, lo seguía siendo. Con aquel artilugio en mis manos, la inseguridad de sí volvería a casa o no. Y ese sentimiento, ¿quería volver a casa? ¿donde está mi casa?

—No puedo hacerlo —les dije, mi mirada sumida en el objeto.

—Alice... No es el momento de montar un melodrama —respondió el rubio.

Eso era algo que Alice odiaba de Draco, cuando podía ver partes de el padre del rubio reflejadas en él, cuando veía a un Lucius Malfoy en su mejor amigo. Lo odiaba.

—No estoy montando ningún melodrama... Simplemente, no creo que esto deba ser así —alce mi mirada, encontrándome con unos ojos grises escépticos.

—No quieres que- mira, no... no tengo ni la menor idea de cómo hemos llegado hasta aquí, ni porque tengo diecisiete jodidos años... Solo se que quiero volver a casa —suspiró.

Pero ella no podía, todo había pasado tan rápido. Apenas entendía lo que estaba ocurriendo.

Había llegado a un mundo nuevo... Aislado de magia, donde una familia con un chico extrañamente parecido a Regulus Black la había acogido bajo su techo. Se había dejado llevar, y todo fue tan bien que parecía un cuento de hadas.

Y mirando hacia atrás... se sentía ridículo, la situación. ¿Como ocurría algo así? ¿Como siquiera alguien podía pensar que algo así llegaría a ocurrir?

—Vosotros podéis volver a lo que sea que esa vida era... Podéis seguir escapándoos esperando que a vuestras esposas les importe un bledo, podéis fingir que vuestra vida está bien. Me da igual. Pero... Me acabo de encontrar, acabo de encontrar la parte perdida de mi interior. La pieza del puzzle que necesitaba. Sabéis que nunca fui la misma desde que la perdí, era un fantasma ¡Por Merlín! —supliqué, sabiendo que nada estaba bien.

Nada estaba bien.

Y no podía hacer nada para pararlo.

Era yo o ellos, y supongo que siempre fui egoísta.

—Marchaos... ¿Que más da? No tengo nada en ese mundo... —les tendí el artilugio, sintiendo un valor que sabía que no tenía cubrirme los hombros.

—Nos tienes a nosotros —Harry hablo por primera vez, sus ojos verdes lanzándome una intensa mirada.

—No se si es suficiente... —un nudo de instalo en mi garganta, no quería decir eso... Pero era cierto.

Hubo un silencio. Alice nunca llego a saber si aquellas palabras les afectaron al menos un poco, nada era igual que antes... La guerra les cambió y ahora eran extraños tratando de olvidar que se habían conocido.

—No te podemos dejar aquí... No es ella

No es ella.

No es ella.

No es ella.

¿Por qué todo el mundo parecía pensar que esto era un simple deja vu? ¿Qué era una ilusión?

No era ella pero Alice tampoco sentía que fuese ella misma, ese día no murió sólo Hermione. La ojiazul también.

.

Días después Draco y Harry se marcharon, nadie lloro, pero no abrieron una botella de champán. Fue un adiós corto, como si lo que alguna vez habían tenido se hubiese esfumado. El artilugio funcionó, y la chica se cuestionó si esa sería la última vez que les vería.

Más tarde Alice encontró a las hermanas y Laurie y se disculpó inmensamente.
Volvieron a Manhattan y Beth cayó enferma, se recuperó pero Alice recuerda aquel nudo en el pecho que sintió. Pensó que la perdería.

Era como si Harry y Draco no hubiesen estado ahí nunca, la chica les enterró en una pila de recuerdos. Enterró su estancia en Hogwarts, a sus padres y cada una de sus historias sobre los Merodeadores, a sus amigos, y a ella... Enterró a Hermione en lo más profundo de su memoria y luego encendió una cerilla, quemando cada sentimiento y recuerdo que tanto la perseguían.

Se dijo a sí misma que viviría una nueva vida... Y quizá, quizá la viviría junto a Meg.

No era el final, acaso el principio.

Y estaba jodidamente asustada.

.
.
.

No, no se acaba. ¿Como iba yo a terminar este fic sin ningún momento amoroso con mi hermosa Meg?

Me ha costado exageradamente mucho terminar este capítulo, lo he rehecho tantas veces que ni me acuerdo. Lo que sí quería era darle otro sentido a la historia.

La idea de esta historia me parece buena, pero hay veces que siento que esta demasiado forzado, así que creo que es mejor idea alentar el proceso.
Esto es un fanfic Meg/Herms así que me voy a centrar en el contenido romántico, una vez que la historia está dada.

Creo que es necesario hablar sobre Sandra Lovegood, la madre de Alice. Siento que esto nos puede dar pistas de por qué todo pasó como paso y me parece una idea dulce.

Amo mucho la amistad de Pandora y Reg, así que me parecía una idea bonita hacer un pequeño "trío de oro" de la era de los Merodeadores.

Llevo meses tratando de buscar una escusa por la cual no escribí esto antes y simplemente, no tengo ninguna.
Si lleváis leyendo esto por mucho tiempo creo que sabréis que cambio de fandom como de ropa, y a veces meto información que nadie quiere. Lo cual me hace romperme mas la cabeza.

Bueno, os voy dejando. Aprecio muchísimo las 11k lecturas y que comentéis en los capítulos.

Gracias por seguir aquí <33

Pd: Hace una semana que me termine "atyd" y ahora me he empezado "choices". I must say... lo recomiendo 100%

-ari

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 03, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

your little promise | hermione & megDonde viven las historias. Descúbrelo ahora