Día 5: Autocontrol | "MuraHimu."

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A simple vista parecía ser el mismo alfa taciturno de siempre pero no era así para quien en verdad conociere al titán de Yosen.

—Atsushi. — la voz calma de Akashi hizo que este levantara la cara de inmediato, sus ojos inyectados en sangre le observaron impávidos. Seguía alerta pues no sólo se resistía a cumplir con su naturaleza sino que también a evitar que otros lo hicieran. —Es hora de irse.

El alfa recién llegado observó cómo su amigo apretaba sus puños con fuerza, claramente resistiendo las ganas de golpearle para no moverse ni un poco de la puerta que estaba custodiando.

Era la primera vez que Murasakibara se enfrentaba ante el celo de un omega y para su infortunio, era del que amaba.

—Mío. — gruño, con su cuerpo temblando en ansiedad, el pelirrojo frente a él no se inmutó ni un poco ante la agresión. —Mi Muro-chin.

Bien sabía que su enorme amigo estaba enamorado de Himuro Tatsuya, de ahí su protección.

El joven pelinegro llegó a su vida para frenar con una sonrisa cortés toda su terquedad, su flojera y su exceso de golosinas. Akashi vio con diversión bien disimulada, cómo su mejor amigo no supo cómo lidiar al verse confrontado después de mucho tiempo y no por un alfa.

—Muro-chin. — gimió al sentir de nuevo, el aroma a gengibre llamarle. A él, el amante de los dulces, que ironía. —No te quiero lastimar Muro-chin. — declaró cómo si su aún amigo, le escuchara.

Había practicado tanto las palabras que le diría al pelinegro tras declararsele que no espero que al llegar a su departamento, su amigo no quisiera dejarle entrar.

—Atsushi, estoy indispuesto. — le menciono abochornado para después pedirle que se marchara, que no se preocupara, que sólo se fuera.

Y el alfa se disponía a hacerlo aprovechando la lucidez de ambos, hasta que el omega cayó al suelo en un pique de calor, suplicando por él.

Murasakibara ya no estaba seguro de cómo se movió tan rápido para encerrar a Himuro en el baño y salir así de su departamento. Llamo por ayuda a la única persona que creía podía ayudar.

—Tetsuya tiene que darle los supresores, tienes que moverte Atsushi. — el pelilavanda asintió mientras se incorporaba del suelo con dificultad.

—Gracias Murasakibara-kun, yo lo vigilo desde aquí. — el omega silencioso aprovecho la oportunidad para hacerse notar y entrar velozmente por fin, al lugar.

—Vamos Atsushi. — Akashi lo acampaño fuera del edificio. —Lo hiciste bien, cuidaste a tu omega.

"Omegacember: KNB version."Where stories live. Discover now