CAPÍTULO XXXVI

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CAPÍTULO XXXVI


La embarcación atracó en el muelle por la noche, antes de que la madrugada se hiciera presente. Mark tomó su celular con cobertura y tecleó.
-¿Khun Mark?-. Habla la otra persona en el auricular.
-Mean, hemos llegado a Pattaya, pasaremos la noche aquí y vendrás a recogernos por la mañana-.
-Como ordene-.
Mark finaliza la llamada y se dirige a la habitación donde Gun lo esperaba.
-Mañana vendrán por nosotros. Ahora iré a comprar algo de cenar-. Le dijo apenas cruzó la puerta.
-¿Puedo acompañarte?-.
Gun se levantó de la cama y se apresuró a buscar algo de ropa.
-Tal vez sea mejor que te quedes-.
-Bueno, entonces es mejor que tú también te quedes. Además, no tengo hambre-.
-No puedes estar sin comer-. Insistió Mark.
Para ese entonces, el chico ya estaba casi listo para salir, entonces una idea llegó a su mente como un rayo. Había pasado varios días en aquel yate, y ya era tiempo de otro aire.
-Está bien, entonces vamos a tomar un taxi e iremos a comer algo por ahí. Luego, buscaremos dónde dormir-.
El itinerario propuesto por un hombre de costumbres normales y cotidianas, descolocó a la contraparte, acostumbrado a su vida llena de comodidades.
-¿Un taxi? ¿Un lugar dónde dormir?-.
-Hoy aprenderás a ir en taxi-.
Ante ello, Mark no tuvo nada que refutar.
-¿Tengo alguna otra opción?-. Habló encogiéndose de hombros.
Salieron de la embarcación y caminaron algunos metros, llegando a una avenida donde pasaban los taxis. Gun levantó la mano e hizo detener a alguno de ellos.
-Buenas noches, señores-. Dijo el mayor hacia las dos personas que vestían con ropa casual; una polera ancha y cómoda, bermudas y zapatillas.
-Buenas noches, ¿nos puede llevar hacia un restaurante para comer?-. Pidió Gun.
-¿Algún restaurante lujoso?-.
-No. Sólo un restaurante normal-.
-De acuerdo-.
Mark ya había tenido la experiencia de comer en tiendas callejeras, y no tenía mayor problema en repetirla, así que con mucho ánimo pidió su comida.
Sólo Pad Thai con un vaso de jugo fue lo que ambos pidieron cuando llegaron al local, aunque en esta oportunidad, el picante era mucho más que la primera vez.
-¡¡Owww!!
-¿Qué te pasa?-.
Gun le preguntaba entre risas al ver los gestos de Mark, que soplaba interiormente para aliviar la sensación picosa.
-Oww, ¡Arde! ¡Arde!-.
-Bebe un poco de jugo-.
Mark se llevó a la boca el vaso, dejándolo vacío en una sola pasada. Las lágrimas fluían por el efecto del condimento y Gun no podía dejar de reír. Tomó su celular y apretó el botón de "grabar".
-Veo que no puedes soportar un platillo picante. Eres un bebé-.
-De acuerdo, tú ganas. No puedo comer esto-. Retiró el planto y levantó su mano pidiendo otro vaso de jugo.
-Toma más-.
-¿Puedes dejar de grabarme? Me veo como un idiota-. Expresó riendo.
Con esa escena, una simple escena de rabieta, Gun fue muy feliz.
¿Cómo no estarlo? En su corazón la calma había regresado y todo ya estaba en el pasado. Fue borrado por la persona que menos se lo imaginaba; un ángel, un oscuro ángel que con sus alas negras, era capaz de desvanecer la tormenta que permanecía en su vida.
Luego de la comida, dieron un largo paseo por varios lugares de Pattaya hasta llegar a la orilla de la playa.
Caminaron con los pies descalzos dejando las huellas marcadas de un recorrido que sucedía con ambos juntos, tomados de la mano, y así seguirían por el resto de sus vidas.
La noche era perfecta y el agua estaba agradable a sus pies. Gun soltó la mano de Mark y rápidamente sacó su polera y las bermudas junto a su ropa interior, quedando completamente desnudo.
-¿Qué estás haciendo?-. Mark miró curiosamente a Gun.
-¡Ven!-. Gritó la otra persona cuando ya estaba dentro del agua.
-Bien, si quieres jugar entonces lo haré-.
Mark quitó toda su prenda, dejándola tirada en la arena junto a la de Gun y se unió a él en la diversión acuática.
Mark descubrió, para su sorpresa, que un itinerario improvisado podía ser más divertido que las actividades programadas. Hallaba cosas más importantes en estos detalles; como la alegría, satisfacción y amor.
Gun se escabulló por debajo del agua, luego de haberse lanzado contra las olas que golpeaban sin cesar. Desapareció un instante de los ojos de Mark, y como sólo podía ver gracias a las pequeñas luces del alumbrado retirado a unos metros, se obligó a sí mismo a sumergirse de la misma manera que Gun, pero no lo encontró.
De pronto, un pequeño golpe sintió en la espalda cuando el desaparecido saltó sobre él.
-¡Te atrapé!-.
Lo lanzó hacia atrás cayendo ambos al fondo del agua y donde fueron golpeados por una fuerte ola que venía.
-Cof, cof... ¡Salado!-. Soltó Mark apenas salió a la superficie.
-¡Qué tonto eres, Ai Nhu! Debes cerrar tu boca-.
-¿Cómo podría hacerlo? Me tiraste sin previo aviso-.
Gun se acercó a Mark y lo abrazó del cuello.
-Lo siento-.
Sus labios sintieron la necesidad de saborear a su dueño, y se acercó apegándose a él para deleitar su paladar.
Percibía que los labios de Mark eran tan dulces como la miel, suaves como el algodón y caliente como las llamas de infierno. Una combinación perfecta y embriagadora que quería continuar saboreando por el resto de su vida.
Mark ingresó su lengua para lamer cada espacio y centímetro de la boca de Gun. Mientras lo hacía, sus manos se deslizaron por debajo del agua y acarició sus nalgas sumergidas. Posteriormente, acarició su miembro.
-¿Qué haces?-. Preguntó Gun apenas se separó.
Mark lanzó una mirada atrevida y una sonrisa osada. Se acercó a Gun y mordió el lóbulo de su oreja, susurrando una súplica.
-¿Puedo? ¿Por favor?-.
Gun cayó inmediatamente al encanto y respondió con apuro.
-Sí.. sí... Haz lo que desees-.
Mark volteó a su chico, lo agarró fuertemente de la cintura con su mano izquierda e introdujo sus dedos en el estrecho pasaje.
-¡Ah!-. Soltó Gun.
-¿Duele?-.
-Para nada-.
Al sentir que aquel orificio comenzó a aflojar, sacó sus dedos y los reemplazó inmediatamente por su pedazo de carne que ya estaba despierto.
El sonido del mar por la noche, daba un toque erótico a esta escena que aumentaba el anhelo de ambas personas que se bañaban en aquellas aguas cristalinas.
Gun tiró de su cuerpo hacia adelante cuando sintió el miembro en su interior. Quería abrir sus piernas para acomodar a Mark, pero en la postura que estaba, le era casi imposible.
Mark, apretó con fuerza el cuerpo de Gun para traerlo después de aquel sobresalto, y preocupado preguntó:
-¿Estás bien? ¿Te lastimé?-.
-No hay manera de que puedas lastimarme-.
Gun Levantó su mano derecha y la colocó en la cabeza de Mark, atrayéndolo a su cuello para que pudiera saborear. Mientras mordisqueaba su cuello, el más joven comenzó a mover sus caderas hacia adentro y afuera buscando el punto sensible de Gun.
-Ah... Ai Nhu... se siente bien...-.
-Más que bien-.
El ritmo de Mark aumentó moderadamente ingresando constantemente con ayuda de Gun que movía sus caderas al encuentro del pene de su amante.
De vez en cuando, Mark mordisqueaba y lamía el lóbulo de Gun, ocasionando un sinfín de emociones adjuntas en un solo corazón. El receptor apretaba fuertemente sus labios para evitar soltar los lujuriosos gemidos que salían desde el fondo de su garganta, pero le era una tarea difícil.
El sexo en la playa se incluyó en la lista de cosas novedosas para Mark, que degustaba con fervor aquella acción con el hombre que ama.
-Quiero tocarte...-. Soltó Mark.
-Hazlo-.
Mark guio su mano derecha por debajo del agua y tomó posesión del miembro de Gun acariciando con mesura, pues debía contener los grandes deseos de masturbarlo con fuerza y rapidez, pero quería que Gun lo disfrutara un poco más.
-Ah... así... por favor-. Pedía el mayor.
Mark podía sentir que Gun ya estaba en su límite, pero no quería que acabara aún, por lo que le quitó atención al pedazo de carne.
A Gun no le importó, mientras siguiera dándole placer a su cuerpo con el miembro ajeno, era mucho más que suficiente. Podía seguir por sí mismo.
-¿Quieres seguir tocándote, bebé?-. Le dijo Mark apenas vio la mano de Gun por debajo del agua.
-Definitivamente-.
El miembro de Mark comenzó a hincharse y el dolor fue en aumento, así que apresuró las penetraciones ayudando a Gun a cambiar el ritmo de su mano.
Sin aviso Gun dejó que los fluidos se mezclaran con el agua salada y Mark depositó todo su líquido en el interior de su chico.
Salió lentamente de Gun y lo volteó para quedar frente a frente. Este aprovechó ese momento para abalanzarse y abrazar el cuerpo de Gun con sus piernas, quedando su cuerpo casi flotando en el agua y besándolo apresuradamente. Luego de separarse, Gun abrió lentamente la boca y susurró mientras movía sus caderas rozando ambos miembros.
-Quiero más. Por favor, un poco más-.
-Todo lo que quieras, lo haré-.
Atrajo a Gun consigo como si fuera un koala prendado de su árbol, hasta la orilla de la playa, recostándolo en la arena.
Esa noche estuvo llena de sexo y amor que se dispersaba por todo el ambiente hasta que una pequeña luz solar pegó débilmente en el rostro de Gun, quien al abrir sus ojos, gritó...
-¡Mierda! Nos quedamos dormimos en la playa...-.
Miró a todos lados, pues estaba completamente desnudo, procurando que nadie estuviera paseando por allí, a pesar que estaban ubicados en un lugar ajeno a la vista urbana.
Mark aún dormía con su mano puesta en el miembro de Gun, por lo que este la apartó inmediatamente.
-¡Ai Nhu, despierta!-.
-¿Eh?-.
-¡Despierta! Está amaneciendo-.
Mark se despertó perezosamente gracias al alboroto que ocasionó Gun. Se levantó rascando sus ojos, miró a todos lados y respondió lo que sus ojos veían.
-Gun, recién son las 6 de la mañana, no hay nadie. Además, estamos en un lugar retirado. Cálmate, por favor-.
El oyente, aceptó que Mark tenía razón y se acercó a él sentándose a su lado, con la ropa que tenían a un costado.
-Lo siento, es sólo que me da vergüenza que alguien nos vea así... Quiero decir, es vergonzoso que se enteren que tuvimos sexo en la playa-.
-Tienes razón, es mejor que nos retiremos de aquí, pero primero vamos a quitarnos la arena del cuerpo-.
Mark se levantó y tiró su mano para ayudar a Gun. Ambos ingresaron nuevamente al agua para quitar todo rastro de arena y sexo. Se vistieron y se dirigieron hacia la carretera para tomar un taxi e ir al yate.
Mientras caminaban, Mark revisó un mensaje de Mean diciendo que iba en camino a recogerlo.
-Es mejor que vayamos a desayunar y cambiarnos de ropa. No tardan en venir por nosotros.
Gun se detuvo de repente y miró a Mark con preocupación.
-¿Pasa algo?-.
-Ai Nhu... ¿estás seguro de que podemos volver?-.
-Todo está en calma. No hay de qué preocuparse. Cuando lleguemos allá, nuestra nueva vida lejos de toda mi mierda, habrá comenzado-. Respondió finalmente con un beso.
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