Capítulo 38

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-LUCHAS-
Anyone- Camila Cabello

Tres días después estamos de vuelta en la escuela, he estado pegada a Zed como una auténtica garrapata; de alguna manera esto me ha ayudado a entender que nunca sabes cuando las personas dejarán de existir.

Zed ha estado un poco de mal humor, su padre llegó un poco ebrio el día de ayer a tocar su puerta mientras lo insultaba.

Le advertí a mi chico que me dijera si necesitaba cualquier cosa y le reiteré que su padre no tenía que ser la excepción.

—Puedo lidiar con él—le digo a los ojos, él suelta un suspiro de desesperación pero yo no dejo de mirarlo con mi distinguida determinación.

—Adeline....

—Cuando se trata de alguien que yo amo no hay límites, haría cualquier cosa para protegerte Zed, déjame hacerlo por favor, tú ya has pasado por muchas cosas con él, ahora déjame ayudarte—le digo sinceramente, él suaviza su mirada y me toma de la cintura para atraerme hacia sí.

—...puede decir cosas hirientes... no quiero que las creas—sus palabras salen honestas y mira el cuello de mi polo atentamente, casi como si sintiera mal por algo que pudiera pasar.

—Zed.... —le llamo y sus lindos y tiernos ojos se fijan en los míos.

—...la única palabra que creo es la tuya—digo mientras pongo una mano sobre su hombro para acariciar su pelo.

Me acerco un poco a él y me pongo de puntillas para unir nuestros labios.

En medio de nuestro beso él habla.

—También puedes creerle a la copia de crepúsculo y a mi madre—dice rápido y yo me río sobre sus labios.

Él cumplió su promesa.

Estaba haciendo tareas del viejito gruñón que estaba molesto porque había faltado a dos clases y Marco "mi salvador postizo padre" me ayudó pasándome sus apuntes de su segundo semestre; me di cuenta inmediatamente que él realmente sabía hacer apuntes cuando diferentes tipografías y colores me recibieron.

—Wow.... Dani—le llamo, ella esta al otro lado de la habitación haciendo apuntes.

—¿Si?- me contesta.

—Marco es el morro de los plumones....-digo mirando completamente maravillada su obra de arte.

—No te creo—responde mientras se para y camina hacia mí.

—...de verdad, esto debería estar enmarcado en un museo—mis ojos brillan al pasar página y ver dibujos de diferentes técnicas de diseño.

Cuando Dani lo ve me mira genuinamente asombrada.

—Te lo dije—le murmuro, ella me arrebata la carpeta y se acerca para verlo con más detenimiento.

Después de un minuto la cierra abruptamente y de gira hacia mí.

—Marco es el morro de los plumones—afirma asombrada.

Antes de que su boca forme una O y yo le diga que se lo había dicho mi teléfono vibra.

Cuando veo que es una llamada de Zed mi corazón se para.

Contesto rápidamente y asustada porque ya es media noche.

—¿Qué qué pasó?—pregunto en cuanto contesto.

—Es....no quiero que vengas, solo que mi padre llegó y está ebrio esta...—comienza a decir

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