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DOS CHICOS RUBIOS ENTRARON a un extraño cuarto. Muy elegante a los ojos de uno, muy normal para el otro. El mayordomo los guio hasta el baño.
── Ah, usted debe ser el señor Barnes. ── saludó Terry Silvers a uno de los chicos.── Bienvenido a Los Ángeles.
── Gracias por invitarme, Sr.Silvers.── respondió este. Silvers se giró hasta el otro chico con una sonrisa.
── Milo, escolta al señor Reed fuera. Y trae a los chicos.── indicó el pelinegro en la bañera, Keith sonrió con ironía y sin esperar al mayordomo salió del cuarto en espera. Pudo ver como Mike Barnes y sus nuevos colegas se iban del cuarto y al poco tiempo, Silvers salió.
──¡Ah, el grandioso Keith Reed!── saludó Silvers al rubio dándole un abrazo por los hombros. ── ¿Cómo has estado, hombre?
── Estaría mejor si me dijeras por qué estoy aquí.── respondió Keith mirando al viejo amigo de su familia.
Resultaba, que en la guerra de Vietnam, su padre, Terry Silvers y John Kreese habían formado buena amistad y ahora tanto Silvers como Kreese se consideraban buenos amigos de los Reed.
── Te pareces tanto a tu padre, siempre al punto.── rió Silvers prendiendo un poro con un encendedor. ── Necesitó tu ayuda, como conocidos.
Keith lo miró nada impresionado, había viajado desde Phoenix, Arizona hasta Los Ángeles por la llamada que Silvers le había hecho a su padre con la intención de tenerlo de vacaciones ahí, pero Keith no era estúpido, sabía que si Terry Silvers quería algo iba a usar todos sus recursos y amistades.
── Necesito tú ayuda, ── comenzó el pelinegro caminando al rededor de la habitación.── para quitarle la novia a alguien más.
Keith resopló entre dientes.
── ¿Para tí? ── preguntó Keith señalando a Silvers, esté carcajeo mientras sacaba el humo de su cigarrillo.
── Para tí.── señaló Silvers con una sonrisa.
── ¿Qué gano yo?── inquirió Keith ladeando la cabeza.
── ¿Qué ganas, tú!── Silvers rió alzando los brazos. ── ¿Además de una bella dama enamorada de tí? No lo sé... ── Silvers le pasó un pedazo d periódico a Keith, en el había una fotografía del campeonato de All Valley donde se podía ver a Quinn, Daniel y Miyagi.
── No, ── rió Keith negando devolviéndole el periódico a Silvers.── esto lo haré por diversión, para arruinar al chico.
── ¡Así me gusta!── festejó Silvers. Ahora tenía a Mike Barnes encargándose de ganarle a Daniel Larusso, él mismo de encargaría de Miyagi...y a Keith Reed para arrancarle el corazón poco a poco a la dulce Quinn Aldine. Su plan estaba completo, ahora solo lo tenía que poner en marcha.
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N/A:
uno rápido para por fin presentarles a mi querido Keith Reed
