Era de noche. De hecho demasiado.

Pasaban ya de las 12:00 pm, pero la señora Lima no había estado disponible antes hasta no concluir con los capítulos respectivos de sus series de televisión favoritas. Así que fue a esa hora cuando se encontraban llegando a la calle y la señora Lima se aproximó a la entrada por indicación de su hijo.

Un instante después apareció sorpresivamente un perro obscuro que correspondía a la descripción que le habían dado al oficial. Atravesando su cuerpo delante de la señora gruñendo por lo bajo, impidiéndole el paso.

Ante la sorpresa de la aparición Tadeo se acercó lentamente al lugar y el perro en lugar de escapar o atacar detuvo su gruñido y actuó como si hubiera estado esperando la visita de ambos.

Ese perro que no era otro que Sombra lamió las manos de la mamá de Tadeo y se movió indicándole al oficial que lo siguiera. Él le entendió a la perfección, agradeciendo que de algo hubiera servido el entrenamiento especial que tuvo con Perros Policía de su unidad y antes de proceder ante el gesto del can, le pidió a su madre que se resguardara dentro de su vehículo policiaco y lo esperara de una manera segura.

Siguiendo al perro de cerca el oficial logró divisar que en el fondo de la calle había una casa sola de apariencia abandonada al parecer.

Sombra lo condujo hacia la puerta que parecía extrañamente forzada y entró al interior. Tadeo hizo lo mismo.

Todo estaba obscuro pero entraba un poco de luz de la luna por algunos de los ventanales que tenía la casa. Parecía que la luz de las lámparas de la calle no alcanzaba aquél punto final de la calle.

A pesar de la escasa luz pudo ver que todo estaba revuelto y que su guía canino se encontraba sentado en un lugar. Al acercarse el oficial pudo escuchar la respiración densa del animal, parecía muy cansado. Sombra fue echándose lentamente a los pies de Tadeo. Él lo acarició y pudo sentir su cuerpo frío.

Al tocar su collar percibió una humedad abundante en ella pero recordó lo tarde que era y a su madre en el auto, así que se prometió regresar a la mañana siguiente para recoger al cuadrúpedo tras acariciarlo un poco y dejarlo dormir en el suelo.

Fiel a su promesa era de mañana cuando el oficial regresó al lugar y lamentablemente no pudo encontrar al perro. Vió que en efecto el lugar era un desastre, desorden por todas partes, pero en donde creyó haber dejado al canino la noche anterior, encontró un collar teñido con sangre. Pendiendo del mismo había una placa de identificación que describía el nombre del animal, los datos de su dueña y su dirección.

Sin más hizo una llamada para iniciar con la toma de las pruebas de la investigación.

Tuvo que esperar algunos días para saber los resultados que habían obtenido en el laboratorio especializado en criminalística.

-¿Y entonces dices que solamente encontraste el collar pero no al perro, cierto?-, Tadeo asintió con pesar para reafirmar lo que el laboratorista André le había dicho.

-Ya veo- Dijo André antes de acomodar su larga y delgada trenza de lado, mientras miraba la máquina que mezclaba diversas muestras de sangre en los tubos de ensaye giratorios.

Al terminar el ciclo de movimiento el laboratorista procedió a quitarse sus lentes de armazón plástico y frotar el puente de su nariz donde se apoyaban las patillas de goma.

" SOMBRA " .Where stories live. Discover now