El apogeo de los sentimientos

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Lincoln caminaba a paso lento entre escombros tomando la ruta más larga a las otras escaleras que conectaban ese piso con los superiores, pero su mente no estaba presente y en su torpe caminar tropezando se con cualquier cosa o chocando constantemente con la pared se le notaba.

El albino verdaderamente no sabía cómo sentirse ahora mismo, llevar tanto años guardándose todo lo que sentía, omitiendo todos sus pesares e ignorando o más bien intentando ignorar su evidente dolor era algo que le había carcomido desde hace mucho, pensó que ya simplemente era inmune a cosas como la empatía, el dolor, pensó que era imposible que sintiera algo de forma completamente honesta pues incluso aunque le doliera mucho algunas veces se forzaba a sonreírle a su familia pues en el fondo poco a poco sus emociones se iban extinguiendo, desapareciendo, pero ver a la mujer que amaba en peligro, volver a encontrarse con sus padres, sus hermanas y ahora verlos muertos le demostró lo equivocado que estaba o al menos le mostró que no era así del todo por lo que intentando sentirse mejor o más fuerte se prometía a sí mismo jamás volver a ocultar sus emociones, sus sentimientos, ahora siempre demostraría verdadero amor, verdadera felicidad, protegería todo lo que tenía y a todos quiénes amaba, cuidaría de quienes tiene un gran aprecio y sin importar lo que pase de ahora en adelante sería una persona mejor tal como su madre Rita le pidió.

Le parecía irónico, en sus últimos instantes y habiéndoles insultado la mayor parte del tiempo por primera vez se sintió más cercano a ellos, más cercano a ella que cuando le abrazó le dijo lo orgullosa que estaba de haber dado a luz a tan bello ser lleno de luz y que aún con todo lo que vivió seguía haciendo el bien aunque él le dijo que ella esto no lo sabía, pero Rita con una sonrisa viéndole a los ojos le dijo que no era necesario saberlo, bastaba con ver a su familia para saberlo y darse cuenta, él era un hombre admirable que por más penas u odio que cargará eso jamás lo definió, lo que siempre le había definido y aún se mantenía era su buen corazón a pesar de que ya no sonriera tanto, sin duda ella veía en él a aquel niño que con una sonrisa estaba dispuesto a darlo todo para ayudar a otros.

Tantas fueron las palabras dadas en tan poco tiempo que al caminar le abrumaban sabiendo que ya no estaban, sabía que esto pasaría en algún momento, es más, pensó tal vez ya había pasado hace mucho tiempo, pero el saber que no fue así y el saber ahora que ocurrió justo frente a él era algo con lo que no sabía cómo lidiar.

Ya a punto de llegar a las escaleras unos sollozos le llamaron la atención por lo que sin pensarlo se dirigió hacia estos. Veía entre las habitaciones vacías para ver sí provenía de alguna de ellas, pero no era así por lo que comenzó a llamar a quien sea que estuviera llorando hasta que finalmente una temblorosa voz muy fina le respondió entre tartamudeos por el miedo que tenía.

Lincoln al escuchar la voz con mayor claridad se dirigió rápidamente hacía su ubicación y allí entre escombros en posición fetal sentada contra la pared se encontraba Lily aún llorando.

Lincoln: Con que aquí estabas... [le mira con una leve sonrisa mientras le tiende la mano]

Lily: [alzando su mirada aún sollozando ve como su hermano mayor le sonreía y tallando se los ojos con brazo le extiende el otro con una sonrisa] me encontraste

Lincoln: Creo que sin importar que... [la jala para levantarla rodeándola con sus brazos] siempre las terminó encontrando...

Lily al sentir sus brazos rodearla no pudo evitar volver a llorar con fuerza correspondiendo al gesto con gran intensidad aferrándose a su espalda desnuda mientras lloraba en su pecho diciéndole que tenía mucho miedo, él al recordar como su esposa caía desmayada simplemente dijo "yo también" cosa que sorprendió a la joven rubia sobre todo cuando ahora fue él quien se aferró más a ella sin decir una palabra.

La expresión marchita Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt