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Camilo no daba para más, una semana, una semana sin hablarse con ____ y ya estaba hecho un lío, no es que no la viera, claro que la veía en el pueblo con los demás niños, ayudando a su madre con las telas y aprendiendo de su anciana vecina a cocinar ricos pasteles
Lo que más le enfadaba era la traición de su propia excompañera de cuarto, Mirabel había visitado toda la semana a los Jiménez con la excusa de su vestido para su ceremonia, y según cuenta su prima en ningún momento ____ pregunto por él
¿Así iba a ser? ¿Así acabo su amistad? ¿Por unas galletas?

Aunque es verdad que Camilo estaba enojado era también falso que estuviera enojado con ____, estaba frustrado con él mismo, para empezar debió respetar las galletas de su amiga, eran sus favoritas y las echo a perder, es por eso que con el orgullo en la boca le suplico a su tía Julieta que le enseñará a hacer galletas, no tenían porque ser tan deliciosas como las de la señora Jiménez pero si lo bastante buenas para reconciliar su amistad con ____
Y vaya que se había esforzado, cada miembro de los Madrigal se había fijado en eso, tantas mañanas que se levantó antes que nadie corriendo a la cocina, tantas noches que se fue al último a dormir y, lo que más hacia saltar el corazón de Pepa y Julieta eran las tantas quemaduras que se había hecho por querer esforzarse al máximo

Esa noche el pueblo asistiría una vez más a la casa Madrigal, está vez para celebrar a Mirabel y juntos celebrar su don
Tanto esfuerzo dió sus frutos, tenía unas galletas hechas únicamente por él, solo con instrucciones de su tía pero no con su ayuda, sabía muy bien que ____ iría, así que todo tenía que ir muy bien, trato de arreglar sus rizos pero bien lo dijo su madre, su cabello es tan imposible de peinar como el de su padre, se puso su poncho y acultando las galletas en su espalda bajo a recibir a los invitados junto con los demás de su familia, impaciente tal como el año pasado esperando a que ambas Jiménez llegarán a su hogar

La vio llegar a lo lejos caminando con la cabeza agachada a paso lento casi como si se sintiera obligada a ir a su sentencia de muerte, está vez él no salió corriendo a ella, espero pacientemente a que llegara hasta la entrada para recibirla como a los demás

-Buenas noches Camilo -Saludo Antonella dándole un pequeño empujón a su hija hacia el frente

-Hola -Se limito a decir moviendo su pie en el suelo sin voltear a verlo

-____- Camilo respiro profundo tomando valor para disculparse- yo.. -La niña lo interrumpió

-Lo siento -Extendio sus brazos al frente con una muestra de paz entre sus manitas, una pulsera tejida que por su aspecto seguramente ella la había hecho con ayuda de su madre- No debí enojarme por unas galletas, tu importas más que simple comida -Camilo se sonrojó, ese cumplido era tonto, pero no para él, para él la comida lo era todo

-Fue mi culpa, eran tus galletas -Saco de su espalda las que había horneado- No sabrán tan ricas como las de tu madre pero toma -Ambos se miraron avergonzados tomando el obsequio que el otro le ofrecía

Camilo observo el encantador bordado de un camaleón en su pulsera, igual que su don
Y con curiosidad veía la reacción de su amiga al probar las galletas, quería saber pronto si las cosas mejorarían

-Estan ricas -Le dijo comiendo una más

-A mi me encanta la pulsera -Y la tomo de la mano, era claro que habían hecho las pases

Pepa y Antonella los miraron orgullosas, tan solo seis años y habían aprendido el valor de las disculpas, además del poder de un gran obsequio, a lo lejos Antonella diviso a Bruno y con una sonrisa agitó la mano para saludarlo
Si Bruno ya era pálido ahora parecía un fantasma, salió de ahí lo más rápido que pudo, Antonella lo había notado, y peor aún lo había atrapado mirándola desde lejos, ahora sin duda lo miraría como un raro hombre con pintas de vagabundo, el resto de la velada se quedó en las sombras lejos de los invitados esperando que la noche pasara rápido

Camilo y ____ animaban a Mirabel diciendo que en cuantó le dieran su don se volverían a escabullir a la cocina tal y como el año pasado pero, por desgracia no fue así, ni remotamente parecido, no hubo pastel, no hubo escape a la cocina, no hubo festejo y, no hubo don

Una noche que el pueblo recordaría durante mucho tiempo, y una noche que la abuela no dejaría que se repitiera

En constante cambio •°Camilo Madrigal y tú°•Where stories live. Discover now