Veintitrés| Espovios

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"Suerte"

Yoongi jamás quiso creer en esa palabra hasta el momento en el que el doctor, con su impecable bata blanca y mirada penetrante le dijo a Jimin que había tenido suerte de que el cáncer permaneciera en su mismo estado y que, sorprendentemente, aún fuera apto para recibir quimioterapias en ciclos semanales.

Jimin recibió los regaños en silencio. Tragó su orgullo y sus temores y dejó que el doctor le reprendiera por sus decisiones imprudentes. Yoongi tomó su mano mientras la voz del hombre resonaba en el consultorio, sus dedos se entrelazaron tímidamente y le transmitió su amor con pequeñas caricias con el dedo pulgar.

Mientras el aroma característico de los pasillos del hospital mareaba a Jimin, Yoongi caminó a su lado en silencio. Sujetó su mano con fuerza, le sonrió cariñoso cuando cruzaban efímeras miradas.

Le pareció injusto que un joven tan hermoso e inteligente tuviera ese semblante de tristeza y miedo grabado en las pupilas. Le pareció que la vida era una mala broma, un conjunto de infortunios que, irónicamente, solían recaer en los inocentes.

Tomaron el metro y viajaron sin hablar, el silencio les reconfortaba, les unía. Jimin se recostó en el hombro de Yoongi y cerró los ojos en el camino hasta la casa de su madre, dejó que su corazón latiera desenfrenado mientras el temor y los recuerdos de su primera lucha contra la leucemia inundaban su mente.

Tenía miedo de muchas cosas. Le asustaban los dolores, la descalcificación, le asustaba no poder digerir alimentos y arrojarlos en medio de la noche al inodoro. Le asustaba sentirse débil, le aterrorizaba que el tratamiento lo sumiera en la depresión a la que los pacientes de cáncer suelen caer.

Pero le asustaba más perder su cabello, adelgazar más y que su cuerpo pareciera un espárrago, le asustaba perder el poco color que le quedaba, que sus uñas se rompieran y sus pestañas dejaran de ondear en cada parpadeo.

Le asustaba porque estaba enamorado, completamente hechizado por Min Yoongi. Era su primer novio, su primer amor correspondido y la primera persona a la que abría su corazón y compartía sus miedos.

Jimin sólo deseaba ser siempre lindo, verse atractivo para Yoongi y recibir halagos y miradas de admiración y deseo.

Quizá el corazón noble y bondadoso de Yoongi no sería capaz de abandonarle en medio de las quimioterapias, pero no podía evitar pensar que posiblemente, en medio del tratamiento Yoongi podría perder su interés al ver su cuerpo enfermo hasta que gradualmente, dejaría que sentir todo lo que juraba albergar en su corazón.

Por otra parte, Yoongi no dejaba de pensar en que tenía que ser fuerte para Jimin, no quería verse asustado porque sabía que su ahora novio lo estaba más. Quería sonreírle, quería sostenerlo cuando no tuviera fuerza, quería ser su soporte.

Sin embargo el miedo inundaba su pecho a cada segundo. La cita en el hospital, los estudios y la programación de las quimioterapias hizo todo más real, más aterrador. Jimin era oficialmente una persona luchando contra una enfermedad mortal, era oficialmente uno más en las estadísticas médicas.

El doctor había dicho que tenía suerte. "Suerte, suerte, suerte, suerte"... pensaba una y otra vez mientras el metro los conducía hacia el hogar de Jimin. "Suerte, tendremos suerte, suerte, Jimin tiene suerte" repetía como una oración, como un mantra que tranquilizaba su espíritu atemorizado.

Apretó el cuerpo relajado que descansaba contra él y aspiró el aroma dulce que desprendían las hebras negras de cabello. Jimin se dejó hacer, dejó inconscientemente que su corazón latiera al mismo ritmo que el de su novio.

Healing Jimin [MY;PJ]Where stories live. Discover now