Acto I - El Infinito Misterio

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Créditos al autor: Namikaze_Minato

Infinito Misterio es el Don de la Diosa,
busquémoslo para poder alcanzar los cielos.
Formará ondas en la superficie del agua,
y el alma errante sosiego alcanzará.


Naruto ahora sujetaba la espada con las dos manos delante de su cuerpo mientras que Sasuke tenía una actitud más vacilante sujetándola con una sola mano. Sin embargo la tensión parecía poder cortarse con un cuchillo.

Sin embargo todo comenzó a una velocidad prácticamente imperceptible para los que miraban. De repente ambos desaparecieron y volvieron a aparecer el uno delante del otro chocando sus enormes espadas a una fuerza que hizo vibrar el aire y a más de uno le obligó a taparse los oídos.

Separaron sus espadas y luego venia otro espadazo. Y así otro, y otro y otro en una lucha incesante demasiado rápida para ser seguida y demasiado ruidosa para ser escuchada. La velocidad y la fuerza de aquellos dos chicos parecía desmedida.

Ahora Sasuke ya portaba su espada con las dos manos igual que Naruto. Utilizaba su larga pero fina espada con maestría. Cualquiera podría pensar que una espada tan larga sería contraproducente de manejar ya que perderías velocidad y movilidad sin embargo parecía que eso no era problema alguna para el que podía moverla a gran velocidad y hacer movimientos impensables como cambios de manos o de dirección en su empuñadura.

Y lo de Naruto ya parecía más algo imposible como manejar a tal velocidad una espada que pesase por lo menos un cuarto de tonelada. Además podía hacer rápidos giros con ella o cambiar de una mano a otra y sujetarlo solo con una cuando hacía falta.

Dieron un pequeño saltó hacia atrás cada uno sujetando sus armas con ambas manos y cargando un fuerte golpe desde detrás de su cabezas. Luego chocaron sus armas con toda la fuerza que podían. En el momento en el que estas chocaron pudo parecer a simple vista que se generaba una corriente de viento como si fuese una pequeña onda expansiva levantando todo el polvo alrededor de los chicos.

- Vamos Naruto... sé que lo puedes hacer mejor. - Dijo Sasuke vacilante.

Durante un pequeño segundo los ojos de Sasuke se volvieron rojos. Sus pupilas mas bien. Empezó a preparar un corte horizontal con toda su fuerza y Naruto coloco su espada sujetándola sobre su cabeza con la hoja hacia abajo.

La hoja estaba tocando el suelo así que era como si la hubiese colocado formando un muro delante de él. El espadazo de Sasuke impacto en la espada pero tal era la fuerza con la que le había dado que Naruto fue elevado del suelo con sus setenta kilos más los doscientos sesenta de la espada. Y a pesar de eso salió despedido hasta que su espalda chocó violentamente contra una pared de una casa cercana.

Naruto sintió una presencia asesina erguirse por encima de él y cuando se fijo pudo ver unos ojos rojos que lo miraban con sed de sangre preparando un nuevo golpe horizontal. Naruto levanto la espada con toda su fuerza desde el suelo desviando así el golpe de Sasuke.

Cuando la larga espada de Sasuke toco la pared el resultado fue bastante impredecible. Toda la casa de dos pisos recibió un corte en diagonal de lado a lado. Y esta comenzó a derrumbarse hacia el lado en el que estaba desequilibrado.

Era como si la espada de aquel chico pudiese cortar más allá de los límites de su filo. Y todo un edificio partido en dos como si fuese de mantequilla lo corroboraban. Naruto enfadado dio un golpe en horizontal hacia que Sasuke tuviese que dar un salto mortal hacia atrás para evitarlo.

- ¡Mierda Sasuke! Mira que te he avisado. Por eso no me gusta luchar contigo. Al final acabamos destrozándolo todo. - Dijo Naruto recordando.

---------------------------------------------------------------------------------------------------- Hace dos años.

Naruto y Sasuke estaban de pie el uno delante del otro jadeando tratando de sostener sus espadas como podían. Llevaban ya tres horas peleando.

A su alrededor ya no quedaba nada. Habían estado en una pequeña ciudad del interior de las montañas pero todos sus edificios ahora eran escombros y ceniza.

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- ¿Desde cuándo te importa tanto esas cosas? - Preguntó Sasuke mientras sus ojos volvían a ser negros y se limitaba un poco.
- Esta gente no nos ha hecho nada. - Dijo Naruto levantándose.
- Bueno... entonces tendrás que detener mejor mis golpes para evitar que les pase nada. - Dijo Sasuke vacilante.
- "Mierda Sasuke... no has cambiado nada." - Pensó Naruto sujetando su arma con firmeza.

Naruto salió corriendo con rabia hacia su amigo y rival de toda la vida sujetando con fuerza su arma y lanzando un corte en diagonal desde arriba a la derecha. Sasuke se agachó inclinándose hacia la izquierda y luego fue a contraatacar lanzando un golpe desde abajo.

El rubio tuvo que mover su espada hacia su derecha para poder bloquear el golpe. Era la ventaja de una espada tan grande que la podía usar como una pared prácticamente. Aunque de nuevo los golpes de Sasuke eran bastante más fuertes y el rubio fue empujado hacia el lado.

Cuando se desequilibró el Uchiha aprovecho para dar un salto hacia arriba y lanzar un corte en horizontal hacia el suelo. Naruto puso su arma delante de él. El resultado fue Naruto chocando contra el suelo. Sin embargo a los lados de Naruto se podía ver como se habían hecho dos profundos cortes en el suelo.

Si Naruto no hubiese colocado la espada delante de el probablemente habría acabado cortado en dos como la piedra que asfaltaba el suelo. A pesar del duro golpe Naruto dio una voltereta hacia atrás levantándose rápidamente sin soltar su arma y lanzó al contraataque un espadazo vertical que Sasuke detuvo colocando su arma en horizontal sobre su cabeza.

El Uchiha quedo ileso pero a su alrededor se formaron varias grietas debidas a la increíble fuerza con la que Naruto había atacado al Uchiha.

- Sigues sin mostrarme todo tu poder. - Dijo Sasuke sonriendo.

El moreno movió su arma hacia un lado haciendo que Naruto tuviese que saltar hacia atrás para evitar la estocada.

- Bien... te ayudaré a ponerte serio. - Dijo Sasuke mientras sus ojos volvían a tornarse rojos por segundos.

La hoja de Sasuke se rodeó por una extraña aura negra bastante sutil que había que fijarse bien para verla. Naruto se maldijo y tuvo que ver como Sasuke movía su espada al viento donde no había nada.

Sin embargo una especie de línea negra se formó en el aire moviéndose a gran velocidad hacia su cuerpo. Cuando estaba a punto de llegar hacia él le dio un espadazo haciendo que se formasen ahora dos líneas que continuaron tras su cuerpo chocando una en el piso de arriba de un edificio y la otra en el suelo.

La que chocó con el edificio hizo un enorme agujero en el piso de arriba y la que acabo en el suelo hizo un corte como los anteriores. Sasuke había concentrado parte de su poder en el filo de la espada y lo había lanzando todo en forma de una Hoz Cortante más afilada que la propia espada. De nuevo Naruto hubiese acabado partido en dos si no fuese por su espada.

- ¡¡Mierda es peligroso!! - Gritó un aldeano alarmando a los demás.

Poco a poco el pánico cundió entre el público y empezaron a correr alejándose del lugar. Naruto se sintió algo más aliviado al saber que al menos ya no había riesgo de matar a nadie. Pero seguía sin querer destruir su pueblo y mucho menos el bar de Satsuki y sus padres. No le parecía justo algo así por eso había evitado colocarse de espaldas hacia su local.

- ¿¡Por qué luchamos Sasuke!? - Preguntó enfadado Naruto.
- ¿Por qué luchamos? Es sencillo... porque solo tú puedes luchar conmigo. - Dijo Sasuke dejando a Naruto intrigado.
- ¿Es una especie de obsesión tuya por la lucha? - Preguntó Naruto dando un paso hacia adelante.
- He viajado por todo el mundo buscando a alguien que fuese más fuerte que yo. O que pudiese serlo más bien... pero... no lo he encontrado. Naruto después de mi viaje supe claramente que el único con un poder parecido al mío eres tú. - Dijo moviendo su espada apuntando hacia Naruto. - Y por eso... deseo medir mi poder con el tuyo sobre nadie más. - Dijo después moviendo la espada hacia abajo.
- ¡Que cosa más estúpida! - Gritó Naruto mientras sus ojos se volvían rojos por un momento.

Agitó su espadón y esta comenzó a brillar en un aura azul parecida a la de Sasuke antes pero en otro color. El Uchiha sonrió divertido volviendo negra la hoja de su espada de nuevo. Corrieron el uno contra el otro y chocaron las espadas.

Cuando lo hicieron se formó una poderosa onda expansiva azul y negra que creo un cráter sobre sus pies, destrozo una estatua cercana que había allí y quebró todos los cristales que daban a la plaza. Pero ellos seguían intactos gracias a sus armas.

Naruto gruñó con fuerza y movió la espada haciendo que Sasuke saliese despedido hacia atrás haciendo un agujero en una casa por la que entró destrozando la pared. Naruto no se lo pensó dos veces y lo siguió al interior dando rápidas estocadas que Sasuke detenía con su espada.

- Empiezas a mostrar tu fuerza. - Dijo Sasuke mirándole a sus rojos ojos.

Obviamente la casa estaba quedando destrozada pero ahora mismo eso importaba poco. Sasuke dio un salto hacia el techo dando un corte hacia el abriendo un camino a su paso. Salió al exterior subiéndose al tejado del hogar de alguien. Naruto hizo lo mismo pero nada más tocar el suelo Sasuke le atacó haciendo que cayese de espaldas contra la plazo. Aunque como si nada volvió a levantarse.

- ¿¡Y por que necesitas ganarme!? - Preguntó Naruto levantando su arma hacia él.
- Porque necesito saber si soy la persona más fuerte del mundo. - Dijo Sasuke quedándose al filo del tejado.
- ¿Y esa obsesión? - Preguntó Naruto haciendo sonreír a Sasuke.
- Cuando la guerra de las bestias traiga el fin del mundo... la Diosa descenderá del cielo. - Recitó el Uchiha mirándolo fríamente.
- ¿Qué cojones tiene que ver eso? - Preguntó Naruto mientras sus ojos volvían a ser azules.
- Naruto es evidente para cualquiera que el mundo está llegando a su fin. Miles de personas mueren cada día mientras que los ciudadanos ya están al borde de la extinción. No queda esperanza ni luz. El mundo está en clara decadencia. Las bestias somos nosotros los humanos y nuestra guerra ha traído el fin del mundo. - Dijo Sasuke con los ojos rojos mirando a Naruto.
- ¿Y crees que la Diosa descenderá ahora del cielo? ¿Me parece patético pero que tiene eso que ver conmigo? - Preguntó Naruto enfadado.
- Cuando la Diosa llegue a nuestro mundo. Deberá escoger a un mortal de entre todos los que lo habitan para entregarle su Don. El Don de la Diosa. Y con el poder traer la salvación al mundo. - Dijo el Uchiha.
- ¿Y tú quieres salvar el mundo? - Preguntó Naruto extrañado.
- La verdad es que eso me da igual. Solo me interesa poder tener parte de su poder y alcanzar el cielo. Y estoy convencido de que escogerá al guerrero más fuerte que habite esta tierra. Y tengo que asegurarme de que ese soy yo. - Dijo Sasuke mientras todo su cuerpo se rodeaba con la misma aura negra de antes. - ¡Me convertirá en el Sanador del Mundo y con ese poder conquistaré el cielo! - Gritó el Uchiha estremeciendo a Naruto.

El rubio sabía muy bien lo que estaba por llegar al ver toda esa energía acumulándose alrededor de Sasuke. Naruto miró hacia atrás y pudo ver como estaba el bar de Satsuki detrás de él. Naruto clavó su espada en el suelo y desde detrás de ella sus ojos se volvieron rojos otra vez y un aura azul lo rodeó.

Sasuke agitó su espada al viento y una increíble ola de energía que arrasó el edificio que tenía a sus pies avanzaba hacia Naruto. Pero este colocó sus manos delante de el extendiendo su aura todo lo que pudo. El ataque de Sasuke chocó contra esta extraña barrera deteniéndose. Pero esto estaba saliéndole caro a Naruto que estaba sudando. Pero pudo bloquearlo por completo.

- Vamos Naruto... no gastes energía para proteger estúpidos edificios. - Dijo el Uchiha cayendo al suelo de pie.
- Que tengas el poder para destruirlos no te da derecho a hacerlo. Estos edificios son por lo que tanto han luchado las familias de aquí. No puedes arrebatárselos por capricho. - Dijo Naruto.
- No me importa si este pueblo desaparece o no. No es que lo vaya a hacer por gusto ni nada. Es solo que no me importan los daños colaterales. - Dijo Sasuke viendo como Naruto cogía su espada de nuevo.
- ¿De verdad haces todo esto por un cuento para niños? - Preguntó Naruto mirándolo extrañado.
- La verdad Naruto es que me da completamente igual lo que pienses. No me importa si compartes o no mi creencia en este asunto. Solo necesito saber que nadie es más fuerte que yo. - Dijo el Uchiha mirándolo con frialdad.
- ¿¡Sasuke reacciona!? Ni siquiera sabes que es ese poder del que hablas. - Gritó Naruto algo enfadado.
- Infinito Misterio es el Don de la Diosa, busquémoslo para poder alcanzar los cielos. Formará ondas en la superficie del agua y el Alma Errante sosiego alcanzará. - Dijo el Uchiha extrañando a Naruto.
- ¡Estás loco! - Dijo Naruto algo irritado ya.
- Tienes razón no sé qué es ese poder. Por eso es un misterio infinito. Pero tengo que buscarlo si quiero alcanzar el cielo. Debo hacerlo si quiero que mi alma encuentre la paz. - Dijo Sasuke empuñando de nuevo su arma con dos manos. - Naruto necesito haberte derrotado antes de que Ella venga. Porque obviamente Ella escogerá al guerrero más fuerte. - Dijo comenzando a correr hacia Naruto.

Naruto muy enfadado cogió su arma con fuerza y volvió a intercambiar golpes con el Uchiha. Sin embargo a diferencia de antes ahora de vez en cuando sus espadas brillaban en azul o en negro y cada golpe formaba ondas expansivas y hoces cortantes que viajaban de un lado para otro destrozándolo todo.

El rubio lanzó con fuerza a Sasuke contra una de las callejuelas y lo siguió a gran velocidad sin darle respiro. Después fue el Uchiha el que lo elevo del suelo lanzándolo por encima de una casa de un único piso. La batalla fue moviéndose por toda la ciudad rápidamente hasta que para sorpresa de Sasuke se vio en un determinado lugar.

- Vaya... esta era tu intención llevándome por todo el pueblo. - Dijo el Uchiha sorprendido.
- Aquí... podremos luchar de verdad. - Dijo Naruto colocándose de pie y recuperando el aliento.

Habían llegado a la playa del pueblo. Estaban rodeados de arena y estaba más cerca del mar que de los edificios. Estaba bastante sucia y el agua no incitaba a bañarse pero eso no importaba mucho vamos.

- Entonces... ¿Me mostraras tu verdadero poder? - Preguntó Sasuke con satisfacción.

Naruto levantó su arma solo con un brazo mientras todo su cuerpo se rodeaba de un aura azul bastante intensa. Y esta se extendía hacia su espada mientras sus ojos permanecían rojos como la sangre. Sin duda Sasuke sonrió con mucha satisfacción.

- Que honor... poder ver por fin tu verdadero poder. - Dijo el Uchiha imitándolo mientras su aura se volvía negra y oscura.

Naruto corrió hacia Sasuke a mayor velocidad que antes y ambos chocaron sus espadas. Ahora la explosión de energía fue diez veces mayor levantando una pequeña tormenta de arena. Siguieron chocando sus espadas decenas de veces en pocos segundos haciendo cortes en el suelo, barriendo toda la arena e incluso el mar se agitaba con sus golpes.

- ¡Sabia que escondías un poder como el mío! - Gritó Sasuke con satisfacción.
- ¡¡Cállate!! - Gritó Naruto enfadado moviendo su espada con mucha fuerza.

Lanzó una hoz cortante como hico antes Sasuke pero horizontal levantando toda la arena. EL Uchiha la evito cortándola en dos con su espada. Ahora ambos aunque habían elevado su poder todo lo que podían estaban ya jadeando por el combate pero mirándose decididamente a los ojos sujetando sus armas con las dos manos.

Naruto le dio la vuelta a su espada sujetándola hacia atrás por la espalda mientras levantaba su mano izquierda suelta apuntando hacia Sasuke. Una gran cantidad de energía azul comenzaba a arremolinarse sobre su mano creando una esfera del tamaño de un balón de futbol.

Sasuke chasqueo la lengua y clavo su espada en la arena para levantar sus dos manos sobre el pecho y formando una esfera parecida a la de Naruto delante de él. El aura que emanaba de ambos era básicamente su fuerza interior. Todos los seres vivos tenían de esa fuerza pero solo los más poderosos podían hacer lo que Naruto y Sasuke.

Y aquellas esferas no eran más que la materialización pura de esa energía utilizada como arma de ataque. Con entrenamiento todos los seres vivos podrían utilizar su energía interior como arma. Sin embargo la fuerza de sus ataques y el tiempo que durasen con las auras potenciando su cuerpo sería muy limitado.

Sin embargo Naruto y Sasuke eran especiales. Desde los doce años estuvieron entrenando duramente cuando decidieron marcharse de la capital. Y lo hicieron hasta que el templo en el que entrenaban fue arrasado por el ejército de su propio país cuando los monjes se negaron a luchar en la guerra.

Eso ocurrió cuando tenían dieciséis años. El caso es que Naruto y Sasuke tenían un poder interior muy superior a la media. Si pudiese medirse en una escala ellos estarían cien o mil escalones por encima de la media.

Las esferas salieron despedidas de sus manos chocando en el centro. Durante un pequeño instante pareció que luchaban la una con la otra. Sin embargo al poco tiempo colapsaron explotando violentamente y lanzando a Naruto y a Sasuke hacia atrás con fuerza.

Sin embargo Naruto se levantó rápidamente todavía le quedaba mucha energía. Pero para su mala suerte su rival hacia lo mismo. Corrieron el uno contra el otro y chocaron sus armas de nuevo. Sus poderes estaban muy parejos.

Dieron una pequeña vuelta y Naruto lanzó un espadazo detenido por Sasuke. Detrás del Uchiha estaba el mar y el efecto del golpe hizo que este pareciese abrirse por momentos. Si hubiesen mostrado este poder en medio del pueblo ya no quedaría edificio en pie. Por eso Naruto lo llevó hasta la playa donde podría luchar sin problemas.

Llevaban ya 40 minutos luchando pero parecía que todavía les quedaba energía para rato. Era hasta agobiante para ambos la sensación de empatar sin descanso una y otra vez. O al menos lo era para Naruto que ya estaba cansado.

- ¿Y no puedes hacerlo mejor Naruto? - Preguntó Sasuke vacilante.
- ¿Te parece poco? - Preguntó Naruto agitando su arma con fuerza y haciendo que Sasuke saliese volando hacia la orilla.
- La verdad... me decepcionas Naruto. - Dijo el Uchiha sonriendo.

De repente el aura de Sasuke comenzó a crecer sin control duplicando o triplicando su poder. Naruto dio un paso hacia atrás abrumado por toda la fuerza que estaba mostrando su amigo de toda la infancia.

- Esta es la diferencia Naruto. Yo me he pasado todos estos años entrenando sin parar y perfeccionando mi técnica para poder ser digno del Don del a Diosa. Mientras que tú... has ido de pueblo en pueblo gastando tú poder en matar patéticos pandilleros. - Dijo Sasuke caminando hacia Naruto y viendo como este retrocedía con sus pasos.

Sasuke sonrió satisfecho y apareció a gran velocidad detrás de Naruto con su arma apuntando hacia el horizonte. Toda el aura azul de Naruto desapareció al instante cayendo de rodillas a la arena.

- "¿Cómo ha mejorado tanto? La última vez... empatamos..." - Pensó Naruto ver las olas romper contra la orilla.
- No has mejorado nada desde la última vez. - Dijo Sasuke sin mirarle. - Pensaba que tu también habrías entrenado. - Dijo Sasuke todavía a su espalda.

Se quedaron espalda contra espalda unos segundos pero Naruto de rodillas. Sasuke redujo toda su aura volviendo a la normalidad y comenzó a caminar hacia el pueblo.

- Naruto... puede que no me creas pero me alegro de haberte visto. Siento haber aparecido así pero era algo que necesitaba. Espero que podamos vernos en el futuro de nuevo.... - Dijo el Uchiha con sinceridad en sus palabras.
- ¡¡Espera!! - Gritó Naruto levantándose con fuerza y gruñendo de dolor sujetándose el estómago.

Naruto levantó su espada con las dos manos y por primera en vez desde los diez años parecía pesarle entre sus brazos. Pero ahora mismo tenía una determinación implacable. Naruto se llevó su espada al espalda mientras su aura azul volvía con mucha mayor fuerza que antes.

- "Ha aumentado su poder... en medio del combate... increíble." - Pensó Sasuke mirando el chico que corría hacia él. - "Eres mi mayor rival Naruto... no mereces algo tan horrible como mi compasión." - Pensó después sacando su Katana de nuevo.

Chocaron sus espadas con gran violencia en una explosión que parecía no tener final y aumentaba y aumentaba sin parar. El mar se agitaba con violencia en dirección contraria a su curso natural.

Algunas de las casas más cercanas a la playa estaban temblando y agrietándose solo con el choque de las espadas. Un edificio abandonado en bastante mal estado acabó por colapsar y caer derrumbado.

Sin embargo tras estar varios segundos con las fuerzas enfrentadas el Uchiha aumento aún más su aura moviendo con fuerza su espada hacia Naruto y haciendo que toda la energía contenida y generada por el choque se liberase hacia el golpeándolo con fuerza y dejándolo inmediatamente inconsciente en la arena.

- Me ha gustado luchar contigo. - Dijo Sasuke al desmayado Naruto. - Nuestros enfrentamientos siempre acaban por satisfacerme. Somos guerreros al fin y al cabo. ¿Cómo habría sido nuestra batalla si hubieses entrenado lo mismo que yo? Espero que nos volvamos a encontrar en el futuro. - Dijo dándose la vuelta al decir la última frase. - Me alegro de haberte visto amigo mío. - Dijo para después desaparecer de allí caminando.

Sin embargo para Naruto todo se había vuelto negro ya que había perdido el conocimiento y no pudo escuchar las últimas palabras de Sasuke al despedirse. Pero todo se iluminó de nuevo cuando abrió los ojos de nuevo. Pero ya no estaba en la playa. Estaba tumbado en la cama donde pasó la noche anterior.

No llevaba puesto nada encima más que sus pantalones. Pero estaba tapado por una sabana. Cuando la quito pudo ver que tenía varias vendas cubriendo su pecho. Llevó la vista a la habitación y pudo ver su espada apoyada en la pared y su chaqueta y camiseta tendidas en una silla.

Naruto se llevó la mano a la cabeza tratando de recordar sin embargo en ese momento la puerta se abrió entrando una bella joven de pelo moreno y ojos de color café que sonrió tiernamente al verle despierto.

- Por fin despiertas dormilón. - Dijo la chica que tenía una jarra de agua en la mano.
- ¿Cuánto llevo durmiendo? - Preguntó Naruto mirándola.
- Cuatro días. - Dijo Satsuki entrando en la habitación.
- Vaya... eso me saldrá caro. - Dijo Naruto haciendo reír a la chica. A 50 Ryus la noche.

La chica dejó la jarra de agua en una mesa mientras Naruto trataba de recordar todo lo ocurrido y como fue derrotado por Sasuke.

- ¿Cómo he llegado aquí? - Preguntó Naruto.
- Cuando vimos que aquel chico se marchaba fuimos a buscarte mi padre y yo. - Dijo Satsuki sonriendo.
- Gracias... - Dijo Naruto.
- Y luego entre varios hombres del pueblo y yo intentamos llevar tu espada... - Dijo la chica con los brazos aun doloridos. - Pesaba mucho. - Dijo después con una voz muy cómica que hizo reír a Naruto.
- Pensaba que después de echar a bajo una parte del pueblo no pensé que me ayudaríais. - Dijo Naruto triste.
- Todos vimos que tú te esforzabas por evitar justamente que se destrozase por completo. - Dijo Satsuki animándole.

Naruto se levantó de la cama y se puso su camiseta. Después la chaqueta negra. Se colocó los arneses con los que sujetaba y se puso la espada a la espalda.

- Tengo que reconocer que es algo bastante sexy verte levantar la espada tan grande con una mano. - Dijo Satsuki sentada en la cama de Naruto.
- ¿Tú crees? - Preguntó el rubio algo serio.
- ¿Estas bien? - Preguntó Satsuki algo extrañada.
- Si... tranquila. - Dijo Naruto yendo hacia la puerta.

Salió por la habitación y bajo por las escaleras hasta el local. Era ya medio día así que estaba algo lleno. Se acercó al tendero colocando su mano en el bolsillo.

- Toma. - Dijo Naruto dándole un rollo de billetes.
- ¿Y esto? - Preguntó extrañado.
- Son 7.000 Ryus... para que cubráis los desperfectos de la ciudad. - Dijo Naruto dándoselo. - "Maldito Sasuke... al final solo me quedan 2.500 para mí." - Pensó Naruto algo hastiado.
- Gra... gracias. - Dijo sorprendido el hombre cogiéndolo.

Aunque el dinero era para todo el pueblo y sobre todo para recuperar los edificios destrozados. Sin duda vendría muy bien.

- Me marchare ya... no quiero causar más problemas. - Dijo Naruto levantándose.
- No, por favor. Quédate por lo menos hasta mañana. Para recuperarte del todo. Todo correrá a cuenta de la casa. Creo que ya has pagado bastante. - Dijo el hombre insistiendo.
- Si por favor... aun estas herido. - Dijo Satsuki bajando por las escaleras.
- Bueno... pero mañana me marcharé. Ya ha pasado demasiado tiempo. - Dijo Naruto volviéndose a sentar.

La mente de Naruto sin duda estaba en otro lugar. Sasuke estaba demasiado extraño hasta algo obsesionado. Le daba hasta algo de pena pensar así en su amigo. Pero lo que más le dolía es que se hubiese vuelto más fuerte que él.

- ¿Seguro que estas bien Naruto? - Preguntó la chica alcanzándole algo de comer al verlo tan pensativo.
- Si... tranquila. - Respondió el chico forzando una sonrisa.
- Ven conmigo. - Dijo la chica sonriendo y cogiéndole por el brazo.

Tiró de el hasta sentarlo en una de las mesas donde estarían más cómodos. No era bueno estando herido tener que mantenerse erguido en el taburete así que se sentó en frente de él.

- ¿No trabajas? - Preguntó Naruto.
- Hoy es mi día libre. Tengo un día libre a la semana. - Dijo la chica sonriendo.

Con 17 años y tenía que trabajar seis de siete días a la semana desde las 6 hasta altas horas de la madrugada. Bueno casi se podía sentir afortunada por tener un día libre a la semana.

- ¿Quién era ese chico? - Preguntó rápidamente Satsuki con curiosidad.
- Es un viejo amigo... - Dijo Naruto sin querer hablar mucho.
- "No lo parecía..." - Pensó después la chica recordando su pelea.
- Es una larga historia. - Dijo Naruto forzando una sonrisa y cerrando el tema.
- ¿Te importa si como contigo? - Preguntó Satsuki viendo que su madre había terminado la comida.
- No... claro. - Dijo el chico mirándola.

Satsuki fue a la cocina a buscar una bandeja con los platos y después volvió a la mesa de nuevo dejándolo en la mesa. Y comenzaron a comer sin hablar mucho ni de nada importante. El día pasó más o menos tranquilo. La verdad toda la decadencia que se mostraba cuando Naruto llegó se estaba frenando.

Entre que mato a la banda más peligrosa y que ahora los raterillos y los maleantes estaban un poco asustados por su presencia las cosas se habían relajado bastante. Casi que daba gusto salir un poco a la calle. Aunque todo volvería a su cauce a los pocos meses de que Naruto se marchase claro.

El día volvió a terminar y la noche se cernía sobre la ciudad. Naruto estaba sentado en la cama mirando por la ventana. A su lado estaba Satsuki desnuda y durmiendo tapada al lado de Naruto. El rubio estaba pensando en todo lo que estaba pasando.

- "¿Cuándo acabará esta guerra?" - Se preguntó Naruto. - "¿Cambiara algo el mundo cuando acabe?" - Pensó después. - "Puede que las leyendas no existan pero... el mundo está acabándose y no hace falta ser muy listo para verlo... " - Pensó después mirando a la chica que dormía a su lado.

El día siguiente llegó y Naruto estaba en las afueras del pueblo. Satsuki le había acompañado hasta el final. El chico ya estaba listo para seguir su camino.

- Naruto. - Dijo ella seria mirándolo.
- Dime Satsuki. - Respondió Naruto dándose la vuelta.
- Me alegro de haberte conocido. - Dijo la chica haciendo una pequeña reverencia.
- Eh... dijiste que no te enamorarías de mí. - Dijo Naruto algo divertido.
- No seas creído... no es eso. Simplemente me caes bien. - Dijo la chica sonriendo.
- Igualmente. - Dijo Naruto poniéndose serie y tendiendo su mano a la chica.
- Que serio te has puesto. - Dijo ella sonriendo y estrechando su mano.
- Nos vemos Satsuki... cuídate. - Dijo Naruto dándose la vuelta
- ¿Nos volveremos a ver? - Preguntó ella que había hecho un buen amigo.
- Quien sabe... quizás cuando le dé la vuelta al país. - Dijo Naruto sin mirar atrás.

La chica se quedó sonriendo por donde Naruto se marchaba. Obviamente no se había enamorado de él. Pero le había caído bastante bien y lo pasaron bien juntos. Luego se dio media vuelta hacia su hogar que ahora respiraba paz.

Puede que Naruto no lo supiese pero a su paso había dejado calma y tranquilidad. Puede que no fuese a ser perpetuo. Que solo durase unos cuantos meses. Pero para sus habitantes ya era algo por lo que agradecerle todo lo que había hecho.

Mientras tanto muy lejos de aquel lugar estaba Sasuke Uchiha en la frontera con Arcadia. Allí era donde sin duda se podía ver la profunda decadencia del mundo. A su alrededor había varios soldados muertos. De ambos bandos asesinados por él.

Desde allí podía ver como los generales de su país habían mandado a 5.000 soldados a tomar un fuerte de Arcadia que tenía en la frontera. Lo que esos soldados no sabían es que estaba siendo usados como señuelo. Habían sido mandados a morir como cucarachas solo para crear una pequeña distracción.

Las vidas humanas ahora mismo solo eran números en manos de los generales, los altos empresarios y el presidente del País. Era bastante triste en realidad. Un jodido fuerte en una asquerosa montaña valía más que 5.000 vidas. Era realmente repulsivo. Sasuke estaba viendo el espectáculo desde un alto en una montaña.

- "Patético..." - Pensó el Uchiha.

Todos los hombres estaban siendo masacrados por la artillería pesada de Arcadia. Algunos armados con escasos rifles. La gran mayoría con espadas o afiladas lanzas. No podían hacer nada mientras trataban de escalar la montaña. Solo caer por decenas ante cada disparo. Y antes de que un solo soldado pudiese llamar a la puerta sus vidas ya se habían extinguido.

Aunque la operación fue todo un éxito ya que otro pequeño regimiento pudo entrar descendiendo por la montaña haciendo rapel. Tomaron la base aprovechando el descuidado. Los 1.000 soldados de arcadia también asesinados.

Allí no había culpables. Solo hombres y mujeres luchando. Pero ya no luchaban por sus países. El sentido del patriotismo se había acabado en el mundo. Solo luchaban para poder llevar algo de dinero a sus familias. Familias que ahora mismo lo habían perdido todo.

- "En esta guerra no hay buenos ni malos... solo soldados inocentes muertos brutalmente. Civiles privados de todo tipo de felicidad... y personas que rigen el mundo sentados en sus mesas viviendo en la más absoluta riqueza mientras su pueblo se muere de hambre." - Pensó el Uchiha viéndolo todo.

Sasuke negó con la cabeza y se marchó del lugar con el rumbo fijo a un pequeño lugar llamado el Faro de la Esperanza. Fue construido hace miles de años en el lugar donde ambas fronteras chocaban y fue símbolo de la paz ya que fue construido para que los navíos de un país pudiesen cruzar el mar hacia el otro con facilidad.

Pero lo que tenía más especial es que era considerado el centro del mundo. Las localizaciones mediante coordenadas y las diferencias horarias partían de ese justo lugar.

- "No temas porque cuando la oscuridad amenace con colapsar nuestro mundo definitivamente, la Diosa bajara desde el cielo para traernos su luz y la esperanza de un mañana mejor. - Pensó Sasuke recordando las últimas palabras de esperanza que su madre le dedicó antes de morir en sus brazos. - El fin del mundo esta ceca... - Susurró Sasuke al viento.

Había pasado un largo mes de todo aquello. Naruto había llegado a una nueva ciudad. Esta vez estaba en una zona más del interior. Estaba en el centro de una gran llanura de hecho. Ni montañas ni mar lo rodeaba. Era una ciudad algo más grande que la anterior. Sin embargo presentaba el mismo estado.

Aquí subsistían de una pequeña fábrica que se dedicaba a hacer todo tipo de cosas satisfaciendo las necesidades de la ciudad y algunos pueblos vecinos. También había varios bares, prostíbulos y posadas. Sin embargo nada del otro mundo.

El 65% de la población estaba en paro. Ya era una tasa algo inferior a la del pueblo anterior. Sin embargo era lo suficientemente desesperante como para que la vida en la ciudad fuese un infierno para la gran mayoría. Los que no tenían nada sufrían. Y los que lo tenían lo sufrían cuando eran asaltados periódicamente.

Naruto esperaba poder ganar algo de dinero en aquel lugar. Ya que ahora mismo empezaba a quedarle poco por haber tenido que vivir un mes de viaje sin hacer ningún encargo. Pero en una ciudad tan grande habría algo que hacer sin duda.

El rubio se detuvo cuando notó que algo tiraba de su ropa por atrás. Naruto se giró rápidamente pero vio a una pequeña niña de no más de 6 años tirando de su chaqueta.

- Señor... - Le llamó ella con voz cansada.
- ... - Naruto se limitó a mirarla.
- ¿Me puede dar algo de comer? - Preguntó con una voz que destrozaría el alma de más de uno.

Naruto elevó su vista hacia el panorama. Empezó a buscar lo típico. Más críos buscando intentar matarle para robarle. Algún padre o madre con pocos escrúpulos que usase a aquella niña para conseguir algo. Sin embargo no vio nada sospechoso y Naruto tenía muy buena vista para esas cosas. Realmente esa niña estaba sola.

El ojiazul se agachó y metió su mano en un bolsillo. De ella sacó una solitaria manzana verde que había comprado aquella mañana. Luego aprovecho para meterle 200 Ryus en el bolsillo sin que ni ella lo notase. Más de un desalmado podría robar a la niña si viese que un desconocido le daba dinero. Por eso le dio la manzana primero ya que nadie haría nada por eso.

- ¡Muchas gracias señor! - Dijo la pequeña niña con una amplia sonrisa. Solo la manzana ya parecía complacerle bastante.
- De nada. - Dijo Naruto levantándose rápidamente y siguiendo su camino.

Naruto continuó caminando hacia el centro de la ciudad donde lo primero que pretendía seria encontrar algún lugar donde descansar un rato. Aunque bueno luego los bares de copas siempre acababan siendo el mejor sitio donde encontrar algún trabajo.

Cuando había llegado a uno de las peores áreas de la ciudad pudo ver como dos hombres cogían de los brazos a una niña que debería tener unos 15 años y empezaban a sujetarla con fuerza.

- ¡No, por favor! - Gritó la niña mientras entre los dos la llevaban a un callejón.

Naruto negó con la cabeza asqueado ante tal espectáculo. Sin embargo se forzó a sí mismo a pasar de largo igual que hacían todos los que lo habían visto.

- Por favor... otra vez no. - Suplicó la niña desesperada entre lágrimas.

Naruto se detuvo al escuchar eso y ya no pudo dejarlo pasar. Llevó su mano a la parte trasera de su cinturón mientras sacaba una pequeña Katana cuya hoja seria de 30 centímetros mientras caminaba con la mirada ensombrecida hacia el callejón.

Uno de los hombres la sujetaba por la espalda mientras que el otro trataba de desvestirla. Joder era una niña de quince años. Eso resonaba en la mente de Naruto. Cogió al hombre que estaba de espaldas a él y sin dudarlo un solo segundo rasgó su garganta haciendo que comenzase a desangrarse.

El otro hombre soltó a la niña y saco un hacha que tenía sujeta a su espalda. Naruto partió el mango en dos con la pequeña Katana y después la clavó repetidas veces en su pecho a gran velocidad. Cayó muerto al suelo a los pocos segundos.

Naruto limpio la Katana en las ropas del que ya estaba muerto en el suelo. Luego la guardo de nuevo en la parte de detrás de su cinturón. Fue a darse la vuelta sin embargo se detuvo al notar que aquella niña a la que le llegaba la cabeza por debajo de su pecho le abrazó.

- Gracias... - Dijo ella dejando de llorar.

Por un extraño momento a Naruto se le hizo muy rara aquella muestra de afecto. Quizás también estaba bien ayudar a otra persona sin cobrarle nada a cambio. Aunque tampoco era algo que pudiese permitirse el lujo de hacer mas de vez en cuando.

- De nada. - Dijo Naruto separándose de ella.

La chica se quedó mirando como aquel extraño hombre vestido todo de negro y cargando una espada que pesaba el triple que él seguía con su camino hacia adelante. Naruto continuó caminando hasta llegar a un bar que parecía bastante animado.

Había unas cuantas chicas metidas en unas jaulas bailando. En realidad las jaulas no eran para encerrarlas si no mas bien para protegerlas de los de fuera. Había mucha gente bebiendo. La verdad para el poco dinero que ganarían y se lo gastaban en eso. Bueno... ¿Qué otra opción había?

Naruto se relajó sentándose en un taburete junto a la barra. Esta vez no se sentía con suficientes fuerzas y pidió simplemente un refresco que le sirvieron rápidamente. Comenzó a beber cuando escuchó a dos hombres.

- ¿Lo has oído? Los hombres de Tryon han vuelto a atacar hoy. Esta vez ha sido un almacén y han robado todo lo que han querido. Es inaceptable hacen lo que quieren en esta ciudad. - Dijo uno de ellos.
- Y que lo digas... y el alcalde no hace nada. Dios la ciudad cada vez va de mal en peor por culpa de esos idiotas. - Dijo el otro bastante ofendido.
- "Bingo."- Pensó Naruto terminándose su bebida y dejando 10 Ryus en la barra para marcharse rápidamente.

Naruto se marchó rápidamente del lugar a un ritmo más o menos alto buscando el ayuntamiento. Por fin una buena noticia y una posible buena fuente de ingresos. Naruto tenía buen ojo para los trabajos.

En la plaza principal de la ciudad vio un edificio de dos plantas con la bandera del país y un reloj en la parte del centro. Que tópico sin duda. Entró en el con la misma prisa y se dirigió hacia el despacho del alcalde.

- Señor necesita una cita para hablar con el alcalde. - Dijo una mujer saliendo de detrás del mostrador.

Naruto le dirigió una mirada que la paralizó de miedo. No tenía ganas de hablar con ella ahora. Siguió hasta pasar por una puerta y llego al despacho principal bastante rápido. Allí había un hombre que se sorprendió y asustó de Naruto. Era el alcalde.

- ¿Qué... quiere? - Preguntó algo tembloroso.
- Vengo a proponerle un trato. - Dijo Naruto sentándose en una silla delante del a mesa del alcalde.
- ¿Qué clase trato? - Preguntó ahora un poco asustado.
- Por casualidad he escuchado que tienen varios problemas con unos bandidos que han asaltado esta mañana un almacén. - Dijo Naruto sacando el tema nada más sentarse.
- Si pero... eso pasa cada día. No ha sido solo esta mañana... desde el último año... - Dijo el alcalde recordando el día que aquella banda llegó.
- Bien... es muy sencillo. Yo mataré a esos hombres en tu nombre y en el de tu ciudad. - Dijo Naruto calmado como si fuese lo más sencillo del mundo.
- ¿Por amor al arte? - Preguntó irónicamente el hombre.
- Obviamente no. - Dijo Naruto esbozando una sonrisa. - Le saldrá a tu ciudad por 15.000 Ryus.
- ¿¡15.000!? - Preguntó alarmado.
- Vamos ¿Qué perdidas tenéis al mes por esos hombres? ¿Qué te costaría contratar un ejército paramilitar para acabar con ellos? Yo creo que es un buen precio. - Dijo Naruto poniendo sus pies sobre la mesa.
- ¿Pero puedes hacerlo? - Preguntó el alcalde.
- Si no pudiese no te lo diría... - Dijo Naruto mirándole. - Mira... hagamos una cosa. Tú me dices donde están. Y si vuelvo con sus cabezas me pagaras los 15.000. Si no, no has perdido nada. - Dijo Naruto mirándole.
- ¿Y si luego no te pago? - Preguntó el alcalde que no sabía por que confiaba así.
- Si tengo la fuerza para acabar con ellos... la tengo para coger 15.000 o todo lo que haya en la ciudad por la fuerza. Así que te convendrá pagar si aceptas el trato. - Dijo Naruto haciendo que el hombre tragase saliva. - ¿Trato hecho? - Preguntó Naruto bajando los pies.
- ... Si... - Dijo después el alcalde ya cansado por los saqueos. Además que será una buena medalla para las próximas elecciones.

El alcalde comenzó a describir a Naruto todo el asunto. Tenían una base a medio kilómetro del pueblo. Había por lo menos 50 hombres y su objetivo era el cabecilla. Un hombrecillo sin escrúpulos llamado Tryon.

Decían que habían estado asentados en otra ciudad pero se tuvieron que marchar cuando ya no dejaron nada. Bueno, ni a nadie. Así que la suerte para esta ciudad iba a ser la misma con el paso del tiempo. Muchos almacenes y algunas fábricas cerraron justamente por culpa de los saqueos. Pero sin duda para Naruto esto era una mina de oro. Y lo mejor es que pasaba lo mismo en todas las ciudades y pueblos.

Mientras tanto a centenares de kilómetros de allí estaba Sasuke Uchiha que llevaba quince días asentado en el Faro de la Esperanza. Bueno había matado al señor que lo vigilaba para poder quedarse sin problemas. Pero nada que le costase demasiado.

El Uchiha sentía una extraña agitación en su interior. Como si su poder interno vibrase por algún motivo. Eso le hacía sentir bastante eufórico y expectante con lo que estaba a punto de suceder. Salió del faro escudriñando los cielos.

Por su parte Naruto estaba caminando por la llanura del lugar buscando la base de la banda a la que tenía que matar. Sin embargo se detuvo colocando una mano en su pecho. El también estaba notando como toda su energía interna estaba agitada en su interior.

De hecho todos los humanos del mundo podían notar algo extraño. Sin embargo era algo muy sutil. Lo suficiente como para no notar nada en realidad. Pero para las personas excepcionales como Naruto y Sasuke esa sensación era algo realmente a tener en cuenta.

- "Algo va a ocurrirle al mundo..." - Pensó Naruto sin saber muy bien porque lo pensó. Simplemente fue una premonición.

Naruto se sacudió la cabeza dejando de pensar en ello y siguió su camino por la dirección que le fue indicada por el alcalde. Continuó caminando durante diez minutos con la extraña sensación de que cada vez su energía estaba más y más agitada.

Llegó a su destino. Una pequeña fortificación construida con madera. Naruto destrozó la puerta con el puño y entró llamando la atención de todos. Más de 50 hombres habían salido a buscarle. Bueno, para el solo era otro día en la oficina.

Dos minutos de aburrida pelea bastaron para que Naruto acabase con todos los hombres de la banda. Luego entró en el edificio más grande de todos donde estaba un hombre de cuarenta años rodeado por cuatro guardaespaldas.

Naruto llevaba una espada en cada mano. Que les había quitado a los soldados de fuera. Rápidamente se deshizo de aquellos cuatro. Y sin mediar una sola palabra rodeó su cuello con las dos hojas y lo desprendió de su cuerpo.

Arrebatar una vida nunca era sencillo. Hablar con ellos solo lo hacía más difícil. Sin embargo para Naruto matar a personas que lo merecían se había vuelto demasiado rutinario. Por eso jamás aceptó matar a nadie que no lo mereciese. Ya que se habría odiado a si mismo si se hubiese acostumbrado a hacerlo. Y por suerte para el había mucha gente que merecía morir en el mundo. Y mucha gente dispuesta a pagar por librarse de ella.

Naruto abrió la puerta de nuevo para salir dejando caer las dos espadas. Sin embargo la extraña sensación que lo embriagaba desde hacía veinte minutos alcanzo un punto crítico que hizo que no pudiese moverse y cayese arrodillado al suelo sujetándose el pecho.

Sin embargo todo de repente desapareció en un pequeño segundo donde pareció que el mundo se había detenido y con él, el tiempo que los rodeaba y los ataba. Naruto no sabía por qué pero su vista se fue hacia el horizonte hacia el norte. Lo que no sabía es que su vista estaba yéndose hacia el Faro de la Esperanza donde allí estaba Sasuke con la misma sensación que Naruto.

El Uchiha también había sentido como el mundo se detenía y como toda la agitación de su energía se calmaba dejando paso a la expectación. Mirando al cielo todavía pudo ver como las nubes parecían alejarse abriendo una puerta entre el cielo y el mundo.

Una radiante figura que deslumbró al Uchiha por unos segundos empezó a descender del cielo. Pero pronto se acostumbró a la luz y se forzó a sí mismo a mirar. Era una silueta femenina descendiendo desde las nubes. Llevaba una armadura blanca y dorada que cubría todo su cuerpo. Las hombreras eran bastante grandes y parecían pesar bastante.

La coraza parecía estar tallada con los metales más preciosos y tenía filigranas de oro dibujando exquisitos dibujos. En la parte inferior llevaba una falda larga que consistía en placas del mismo metal entrelazadas con un poco de tela que le daba algo de flexibilidad a la falda.

En la cabeza llevaba una preciosa diadema de oro blanco que tapaba su frente mientras que una larga melena rosada cubría su espalda hasta llegar a la mitad de la armadura. De su espalda sobresalían dos enormes alas blancas más grandes que ella misma.

Cuando había llegado al suelo se quedó como levitando a diez centímetros de él. Su rostro era el de una mujer joven bastante pálida y extremadamente bella. Sasuke comenzó a acercarse a ella con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Cuando estaba a medio metro de ella comenzó a hablar. Aunque aquella mujer seguía con los ojos cerrados.

- Cuando la guerra de las bestias traiga el fin del mundo, la Diosa descenderá del cielo. Con sus alas de luz y oscuridad extendidas, nos guiará hacia la dicha y su Don será eterno. - Recitó Sasuke de memoria mirándola.

Continuara...

Fanfic NS: El Don de la Diosa  [+18][Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora