Acto II - El Amado por la Diosa

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Créditos al autor: Namikaze_Minato


Aquí no hay odio, solo dicha,
por qué tú eres el Amado por la Diosa.
Héroe del Amanecer, Sanador de Mundos.
Mis sueños en la madrugada.

Con el alma destrozada,
el orgullo está perdido.
Las alas se alejarán,
el final está cerca.


Una radiante figura empezó a descender del cielo. Era una silueta femenina descendiendo desde las nubes. Llevaba una armadura blanca y dorada que cubría todo su cuerpo. Las hombreras eran bastante grandes y parecían pesar bastante.

La coraza parecía estar tallada con los metales más preciosos y tenía filigranas de oro dibujando exquisitos dibujos. En la parte inferior llevaba una falda larga que consistía en placas del mismo metal entrelazadas con un poco de tela que le daba algo de flexibilidad a la falda.

En la cabeza llevaba una preciosa diadema de oro blanco que tapaba su frente mientras que una larga melena rosada cubría su espalda hasta llegar a la mitad de la armadura. De su espalda sobresalían dos enormes alas blancas más grandes que ella misma.

Cuando había llegado al suelo se quedó como levitando a diez centímetros de él. Su rostro era el de una mujer joven bastante pálida y extremadamente bella. Sasuke comenzó a acercarse a ella con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Cuando estaba a medio metro de ella comenzó a hablar. Aunque aquella mujer seguía con los ojos cerrados.

- Cuando la guerra de las bestias traiga el fin del mundo, la Diosa descenderá del cielo. Con sus alas de luz y oscuridad extendidas, nos guiará hacia la dicha y su Don será eterno. - Recitó Sasuke de memoria mirándola.

Sasuke se detuvo por completo cuando aquella mujer abrió los ojos abruptamente observando los suyos. Eran verdes como el jade y tenía una profunda mirada que parecía estar escudriñando su alma y todo su ser. Tampoco se equivocaba mucho con lo que estaba pasando en realidad.

Cuando terminó de observarlo volvió a cerrar los ojos y con un gesto de negación en el rostro agitó su cabeza con una mueca de rechazo y decepción. Sasuke no sabía muy bien que pasaba y levantó su brazo como pretendiendo ganarse la mirada de la chica.

Sin embargo ella empezó a brillar violentamente en una exagerada aura dorada que cegó a Sasuke, lo abrumó e hizo que diese varios pasos hacia atrás. Aprovechando toda aquella energía volvió a elevarse al cielo y a gran velocidad desapareció del lugar dirigiendo su vuelo hacia el sur.

- ¡¡Espera!! - Gritó Sasuke irritado, decepcionado y triste a la vez.

El Uchiha cayó arrodillado al suelo. Nada había pasado como esperaba. Por fin había llegado el día que había esperado desde la muerte de su madre. El motivo por el que sacrificó tanto y tanto se entrenó. Y nada había ocurrido como esperaba.

Tras el lapsus de tiempo que vivió Naruto se levantó del suelo sacudiendo su cabeza tratando de alejar sus extraños pensamientos. Por fortuna aquella extraña sensación ya había cesado. Se terminó de levantar y tomó rumbo hacia la ciudad de nuevo.

Sin embargó no pudo dar ni unos pasos cuando escucho un fuerte ruido a su espalda. Se giró y pudo ver como desde el cielo lo que parecía una esfera que emitía una luz dorada. Naruto podía sentir como aquello era algo bastante poderoso.

Pero se asustó bastante al ver que comenzaba a inclinarse en diagonal como si fuese a caer cerca de él. Pero iba tan rápido que no podía reaccionar. Al estar a punto de arrollar a Naruto se detuvo por completo y toda la energía se disipo en todas direcciones como una onda expansiva que hizo que Naruto retrocediese unos cuantos pasos.

Cuando volvió la mirada al frente pudo ver como flotando en el aire delante de el había una chica que aparentaba tener poco más de veinte años. Llevaba una exagerada armadura blanca y dorada y... tenía alas. Sin duda era lo que más llamó la atención de Naruto.

Sin embargo, como si estuviese hipnotizado comenzó a caminar hacia ella. No podía dejar de mirar su rostro porque era la chica más guapa que había conocido en toda su existencia después de vagar por todo un país.

Pero no era solo su belleza. Naruto podía contenerse a algo así. Era algo más que lo había atrapado por completo y no podía evitar que lo dominase. Pero se detuvo asustado cuando ella abrió los ojos y los fijo en sus azules pupilas.

Por un segundo notó como si aquella mujer estuviese hurgando en su alma con tan solo mirarle a los ojos. Naruto se quedó paralizado con su mirada. Pero todo termino cuando ella cerró los ojos de nuevo.

Sus pies tocaron en el suelo por primera vez y después volvió a abrir los ojos fijando su vista en Naruto. Aunque esta vez era solo una mirada normal. Pero lo mejor de todo fue cuando ella sonrió complacida mirando hacia el rubio. Naruto sintió como su corazón dio un vuelco al verla sonreír.

Mientras tanto a varios días de viaje de allí estaba Sasuke que se acababa de levantar con una mueca de enfado en su rostro.

- ¡¡Maldita!! ¡¡Vuelve!! - Gritó mirando hacia el sur.

Dio grito de odio puro e invocó su espada en su mano izquierda. Después dio una vuelta lanzando una ráfaga de energía hacia el faro que había a su espalda. Este comenzó a derrumbarse cayendo hacia el mar. Después la dejó caer al suelo donde desapareció de nuevo y empezó a caminar lentamente hacia el sur.

Mientras tanto Naruto seguía delante de aquella mujer a la que no podía dejar de mirar. Por un lado estaba asustado por su presencia y su mirada. Por el otro estaba maravillado por su belleza y una extraña aura de magnificencia que la rodeaba.

Ella dio un paso hacia delante y Naruto uno hacia atrás impactado por su abrumadora presencia. Sin embargo en el momento en el que ella camino sus alas comenzaron a desvanecerse hasta desaparecer por completo.

- ¿Quién... eres? - Preguntó Naruto entrecortado. Estaba muy nervioso.

Ella se detuvo cuando Naruto habló observándolo como si no entendiese muy bien su pregunta. Pero no habló ni mostró ninguna otra reacción. Solo se quedó allí quieta a un metro de él.

La chica le dio una rápida ojeada mirando la ropa de Naruto. Sus botas, su pantalón y la chaqueta negra. Luego llevó la vista a su llamativa armadura que le resultó extraña comparada con las normales ropas de Naruto.

Devolvió la mirada a los ojos del rubio mientras su armadura comenzó a desvanecerse también poco a poco hasta dejar simplemente una camiseta de manga corta negra que dejaba libres sus brazos, un pantalón negro parecido al de Naruto solo que iba descalza.

En un principio a Naruto le había parecido que ella había imaginado esa ropa al ver a Naruto y ya está. No, pero eso era demasiado extraño. Debería ser alguna especie de extraño conjuro usado para invocar una armadura y ahora lo había cancelado.

Sí, claro. Inventarse un conjuro mágico era menos raro que pensar que había imaginado en su mente su nueva ropa. Fuese como fuese era algo demasiado extraño que dejo a Naruto de piedra. Aunque por algún motivo ahora ya no sentía tanta presión y tampoco le resultaba peligroso todo aquella.

La chica mediría diez centímetros menos que Naruto. Su camiseta y el pantalón no eran precisamente ajustados sin embargo a través de la ropa holgada era capaz de vislumbrarse una silueta femenina bastante sexy que la armadura no había dejado apreciar.

Naruto al perder aquella imagen de inferioridad ante ella se sonrojo ante la proximidad de la chica. Y también porque para que negarlo, le parecía una mujer demasiado guapa y sexy para existir. Y mira que a lo largo de todos sus viajes había visto a muchas mujeres en cada ciudad y pueblo.

Todo aquello era demasiado raro pero Naruto trató de recuperar la normalidad y actuar como un ser humano. Y no como una criatura unicelular.

- ¿Estas bien? - Preguntó Naruto mirándola.

Ella simplemente se limitó a observarle detenidamente con una mirada curiosa en su rostro. Eso extrañó mucho a Naruto porque cuando ella llegó hacia el parecía que buscaba algo. Y sus ojos de ahora distaban mucho de la primera mirada que le lanzó.

Naruto llevó sus manos a los hombros de la chica y comenzó a agitarla un poco tratando de hacerla reaccionar pero ella se quedó quieta completamente. Naruto volvió a separar sus manos.

- "¿Sera retrasada mental?" - Se preguntó Naruto mirándola. - "La verdad es que de cerca es aún más guapa... Argh calla... no pienses en eso ahora." - Pensó Naruto sonrojado mirándola.

La chica notó el sonrojo de Naruto y lo miró extrañada sin comprender muy bien su reacción. Solo sabía que ahora estaba algo extraño. A Naruto lo que le resultó extremadamente raro fue cuando ella dio un paso hacia adelante y lo abrazó.

Al principio se sonrojo pero al poco tiempo comprendió que lo estaba abrazando para intentar calmarlo y que se relajase. Y extrañamente lo había conseguido. Como si el abrazo de la chica fuese capaz de hacerle olvidarlo todo y relajarse. Era una sensación bastante cálida.

Después ella se separó de él y lo miro entendiendo que Naruto ya volvía a estar bien de nuevo. Ella volvió a sonreír. Pero en ese momento Naruto reparó en que el sol se estaba ya poniendo y la luna se estaba alzando sobre sus cabezas.

- "Mierda se ha hecho tarde..." - Pensó Naruto.

El rubio la volvió a mirar muy extrañado pero se dio media vuelta en dirección a la ciudad de nuevo. Solo tuvo que andar dos pasos para notar que ella le estaba siguiendo. Naruto giró la cabeza algo extrañado pero siguió caminando.

Cuando habían pasado diez minutos volvió a girarse y se la encontró tan solo a dos metros de él. Cuando ella se quedó a un metro se detuvo observándolo con la misma mirada curiosa de antes.

- ¿Por qué me sigues? - Preguntó Naruto mirándola.

De nuevo ella no volvió a responder y se quedó observándolo hasta que resignado se volvió a girar rumbo a la ciudad. La chica como era de esperar continuo detrás de el a poco más de un metro.

Continuaron caminando unos cuantos minutos hasta llegar a la ciudad de nuevo. Allí había demasiada gente. O eso pasó por la cabeza de la chica del pelo rosa que se sintió algo abrumada y decidió caminar un poco más rápido para ponerse directamente al lado de Naruto.

Naruto volvió a sonrojarse un poco cuando la chica se puso a su izquierda. Podía notarla bastante cerca. La verdad estaba todo siendo muy extraño si lo pensaba bien. Desconcertado era el adjetivo que mejor definía ahora a Naruto.

- "¿Quién diablos será? ¿Y por qué me sigue?" - Pensó Naruto mirándola de reojo.

Cuando la miró pudo ver como ella observaba atentamente todo lo que ocurría a su alrededor con mucha curiosidad por descubrirlo todo. A Naruto se le hizo algo raro aquella actitud. Era como si bajo la protección de Naruto ella estuviese descubriendo todo aquello por primera vez.

- "Parece que nunca haya estado en una ciudad." - Pensó después Naruto.

De repente Naruto notó como ella perdió el equilibrio. Giró su cabeza y vio que un hombre la había agarrado por su brazo izquierdo agarrando la muñeca de la chica.

- ¿Por qué no vienes conmigo guapa? - Preguntó el hombre con una actitud un poco babosa.

Naruto dio un cuarto de vuelta hacia la izquierda llevando su mano a la empuñadura de su gran espada sin pensárselo un solo segundo. Sin embargo la pelirrosa se deshizo del agarre y luego levantó su brazo hasta ponerlo delante del pecho del hombre. A Naruto no le dio tiempo ni a coger la espada.

El cuerpo del hombre salió volando a gran velocidad hasta chocar con una pared de piedra dejándolo inconsciente de la fuerza con la que había salido despedido. Naruto tragó saliva al ver aquella muestra de poder.

Sin embargo rápidamente notó como todo el mundo estaba mirando hacia aquella chica y lo que había ocurrido. Eso nunca era bueno.

- "Estamos llamando la atención." - Pensó Naruto.

El rubio llevó su mano al antebrazo de la chica y tiró de ella cómo tratando de empezar a caminar de nuevo para salir de aquel lugar. Ella lo miro fijamente a los ojos y Naruto recordó que había atacado a aquel hombre cuando la cogió de la misma manera que ahora el la estaba agarrando.

Pero ella no hizo nada solo se limitó a quedarse junto a él mirándolo a pesar de que estaba siendo agarrada por él. Naruto suspiró y comenzó a caminar rápidamente arrastrándola un poco para acelerar el ritmo.

- "¿Por qué a mí no me ha atacado? ¿Quién diablos es y de donde ha sacado esa fuerza? ¿Qué quiere de mí?" - Demasiadas preguntas rondaban por la cabeza de Naruto.

En realidad parecía un quebradero de cabeza y un peligro para el rubio. Pero por algún motivo no podía dejarla sola. Seguía teniendo algo que atrapaba a Naruto en su órbita y también quería descubrir de qué se trataba.

A los pocos metros Naruto vio una posada. No le parecía la más bonita pero quería encontrar ya un sitio donde refugiarse. Era bastante cutre pero parecía que los dueños la trataban con cariño. No estaba sucia ni había insectos como en muchas otras.

Al entrar en el edificio Naruto soltó el brazo de la chica que de nuevo se limitó a seguirle poco a poco. De nuevo miraba hacia todos lados sorprendida pero estar en un lugar más pequeño y cerrado le resultaba más reconfortante y no parecía estar abrumada como en la calle.

- Una habitación para dos. - Dijo Naruto mirando al recepcionista.
- ¿Una habitación de matrimonio? - Preguntó el hombre buscando las llaves.
- No, no. - Dijo Naruto negando con la cabeza. - Con dos camas individuales. - Dijo después sacando su cartera.
- Ah vale perdona. Pues será 150 Ryus la noche. - Dijo el hombre cogiendo unas llaves.
- Tenga. - Dijo cuándo le dio los billetes.
- Aquí tienes la llave. Segundo piso, la habitación 13. No tiene perdida. - Dijo el hombre entregándole una llave que tenía una etiqueta: "2.13"

Naruto miró a la chica y se dio cuenta de que ella estaba mirando un feo cuadro de la pared. Pero como si ella supiese que la miraba giró su rostro y miró a los ojos a Naruto. Él le hizo un pequeño gesto indicándole que lo siguiese. Total ya que ella se había pegado a el pues al menos lo haría bien.

Subieron hacia el primer piso y después hacia el segundo. Había un único pasillo con las habitaciones pares a la derecha y las impares a la izquierda. Y tras recorrer siete puertas llegaron a la habitación 13. Naruto la abrió con la llave.

La habitación era muy simple. Un pequeño televisor que funcionaba a monedas. Había una cama pegada a una pared y la otra cama pegada a la pared de la otra punta. Una estaba al lado de la puerta y la otra debajo de la ventana que daba a la ciudad.

En medio una alfombra algo polvorienta y al lado del a cama pegada a la puerta, al otro lado. Había una puerta que llevaba a un simple baño con una ducha, un pequeño grifo para lavarse las manos y para hacer las necesidades pertinentes.

Cuando la chica entró tras Naruto el cerro la puerta con llave y la dejó en una pequeña mesita que había pegada a la pared entre las dos camas. Al lado de la tele. Naruto se giró hacia la pelirrosa y vio que se había quedado al lado de la puerta mirándolo.

- Puedes quedarte esa cama. - Dijo Naruto señalando hacia la que estaba al lado de la puerta, la que era más cercana a ella.

La chica dio un cuarto de vuelta y tras dar dos pasos se quedó sentada en la cama. Naruto se dio media vuelta y se sentó en la cama delante de ella observándolo tratando de descifrar lo que ocurría. Le hecho una mirada de arriba abajo y al terminar recordó que la chica no llevaba calzado.

Naruto entró al cuarto de baño. La chica se lo quedo mirando pero solo pudo escuchar el agua salir del grifo. Naruto salió al poco rato con una toalla mojada entre las manos. La chica tenía los pies bastante negros y parecía haberse clavado algo ya que tenía manchas de sangre. Aunque en ningún momento la escuchó quejarse.

Se arrodilló delante de ella y cogió su pierna derecha con el brazo izquierdo y usando la derecha con la toalla comenzó a limpiarle el pie. No sabía muy bien por qué pero aquella chica le parecía tan inocente que no le gustó verla con los pies ennegrecidos.

Ella se limitó a dejarse hacer mientras lo miraba atentamente. Aunque se le escapó sin querer una pequeña risa debido a las cosquillas. Cuando el pie estuvo completamente limpio se pudo ver un trozo de cristal clavado en la planta. Naruto lo desclavó con cuidado pero de nuevo ella no parecía inmutarse.

Naruto presionó la herida con la toalla y cuando la soltó parecía que ya se había curado. Su piel era bastante fina, eso lo pudo notar Naruto con facilidad. Y bastante agradable de tocar. Aunque como tampoco quería quedar como un pervertido se limitó bastante. Luego repitió el proceso con el otro pie.

El rubio se levantó y después lanzo un suspiro al aire. Se dirigió hacia la mesita de noche donde estaba la lámpara. Se giró un segundo y miro a la chica.

- Durmámonos... que hoy ha sido un día largo. - Dijo Naruto apagando la luz.

Naruto se tumbó en su cama y ella lo imitó poniéndose en horizontal. Parecía contenta con la sensación de tumbarse en una superficie blandita como el colchón. O al menos eso parecía con su pequeña inocente y estúpida sonrisita en el rostro.

- "Que chica más rara... la opción del retraso mental empieza a parecer cada vez más viable..." - Pensó Naruto mirándola.

El rubio se durmió con bastante presteza. Matar a 60 personas siempre te da algo de sueño. Cuando se había dormido, la chica del pelo rosa se inclinó desde su cama y se sentó en el colchón mirando el rostro de Naruto.

--------------------------------------------------------------------------------------------- Hace tres horas.

Tras la apertura de las nubes ella pudo ver la tierra por primera vez. Haciéndose cada vez más grande y más cercana. Cuando estaba a punto de alcanzar el suelo sintió una increíble fuente de poder así que al llegar a la superficie del planeta fijo su atención en el chico pelinegro que la estaba esperando.

- Cuando la guerra de las bestias traiga el fin del mundo, la Diosa descenderá del cielo. Con sus alas de luz y oscuridad extendidas, nos guiará hacia la dicha y su Don será eterno. - Recitó Sasuke de memoria mirándola.

Abrió los ojos y los fijo en Sasuke. Como si de una ventana se tratase para ella comenzó a ver toda su vida desde el nacimiento hasta el final. Pero sobre todo fijándose en algunos detalles.

Algunos como cuando mató al pobre habitante del faro nada más verle. O cuando mató a veinte soldados del país que le vio nacer solo para que no le molestasen. Su nula preocupación por la vida humana y su desmedida obsesión por el poder. Sin embargo en medio de todo su caos pudo ver una pequeña fuente de luz que había en sus recuerdos.

- "¿Naruto?" - Se preguntó ella en su cabeza.

Cuando ya había terminado de examinar la vida de aquella persona con tan inconmensurable poder movió su cabeza con negación. No, aquella no era la persona que estaba buscando. Demasiado oscura era su alma.

Tras negar con la cabeza se rodeó con su propio poder que parecía ser infinitamente mayor que el del Uchiha y partió el vuelo para buscar a la persona que había visto en los recuerdos de Sasuke. Una persona con un poder similar al del chico pero con un alma que no parecía estar corrompida.

En pocos segundos recorrió, o sobrevoló mejor dicho, más de 2.000 kilómetros guiada por la energía de Naruto. Ella podía sentir el poder interior de las criaturas vivas y al haberlo visto en los recuerdos de Sasuke pudo rastrearlo con facilidad.

Cuando pudo sentirlo cerca empezó a descender y cuando estaba a punto de llevárselo por delante frenó en seco. Antes de que el chico recuperase su mirada hacia ella ya había hecho desaparecer su aura dorada. Pudo sentir como él se acercaba hacia ella. De nuevo abrió los ojos.

Los azules orbes de Naruto dejaron paso a toda su vida y su existencia ante la mirada de la visitante del cielo. Empezó a verlo todo. Pero se centró en cosas como cuando le dio comida a la pobre niña. O cuando ayudo a aquella adolescente librándola de ser violada de nuevo. O cuando le dijo a Satsuki riendo que la habría salvado igual. Volvió a cerrar los ojos y después lo miró viendo por fin a la persona que tenía delante y no toda su vida.

Sonrió complacida. Si, aquel chico era perfecto. Tenía un poder increíblemente grande. Y además su alma era cálida y atrayente. Quizás incluso podía decir que le gustaba estar cerca de él y sentir su aura. Si tienes la habilidad de sentir esas cosas sin duda lo mejor es rodearte de las que te gusten.

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Desde la cama volvió a sonreír. Ahora estaba recordando cuando él hizo el intento de defenderla de aquel hombre. Aunque no hiciese falta. Luego recordó cuando le limpió los pies. Algo tan estúpido e insignificante era sin duda lo que lo convertía en una persona de buen corazón.

- "Si... he escogido bien." - Pensó ella sonriendo.

Tras estos pensamientos se tumbó en la cama sonriendo y dejando paso a la que sería la primera vez que dormiría en toda su vida. La noche terminó rápidamente y el día llegó. Con los primeros rayos de sol la chica comenzó a despertar. Fue una sensación muy extraña para ella. Aquella terrible sensación de querer seguir durmiendo pero a la vez el placer interminable de estirar sus extremidades. Aunque lo mejor fue cuando bostezó por primera vez y una lagrima salió por su ojo izquierdo.

Ella giró su cabeza hacia la cama de Naruto pero pudo ver que no estaba en ella. Sin embargo la puerta se abrió rápidamente y por ella entró el rubio al que buscaba. Cuando vio que la chica lo estaba mirando levanto sus brazos.

Había traído unas zapatillas y calcetines para la chica. Se las dejo en las manos. Ella muy extrañada los cogió y comenzó a mirarlos. Sin embargo parecía aprender rápido y abrió la boca con un gesto como diciendo: "Entendido."

Primero se puso los calcetines. Bueno aunque la parte del talón le quedo por arriba. Naruto negó con la cabeza y se lo giró. Ella ya había captado la idea pues el siguiente se lo puso bien. Luego fue a ponerse la primera zapatilla.

- Esa va en la izquierda... - Dijo Naruto alucinando.

Se la puso pero notó que le quedaba demasiado holgada. Se le hacía raro. Naruto se dio cuenta y le hizo un nudo. Ella se fijó muy bien en como lo había hecho. Después se puso la otra y ella se hizo un nudo perfecto que había quedado aún mejor que el de Naruto. Eso extrañó bastante al chico.

De repente ella notó como salía un sonido de su estómago. Naruto también pudo escucharlo. Ella se llevó la mano hacia esa zona.

- ¿Tienes hambre? - Preguntó Naruto mirándola.

Ella puso una mueca extrañada y se llevó las manos a la parte de debajo de la camiseta y empezó a levantarla como tratando de buscar el motivo por el que sonaba su estómago. Naruto, bastante sonrojado, la detuvo cuando ya se podía ver la silueta de la parte de debajo de sus pechos.

- ¡No hagas eso! - Dijo el rubio tratando de controlar su sonrojo. - Ven... - Dijo después levantándola al agarrar sus manos. - Iremos a desayunar juntos.

Naruto la sacó de la habitación y ella como era costumbre lo siguió. Bajaron hacia el comedor del hostal y se sentaron en una mesa para dos. Se acercó una chica que tendría cerca del os treinta años.

- ¿Qué vais a querer? - Preguntó ella.
- Ponme un café y tostadas. - Dijo Naruto mientras la mujer tomaba nota.
- ¿Y tú? - Preguntó mirando hacia la pelirrosa.
- ... - Ella se limitó a mirarla extrañada.
- Lo mismo para ella. - Dijo Naruto rápidamente.
- ... Entendido... - Dijo la mujer algo extrañada.

Se quedaron callados un buen rato. Bueno ella llevaba callada todo el día y el día anterior. Pero Naruto no sabía que hacer o decir así que se limitó a esperar mirando hacia otra dirección. La mujer volvió con una bandeja. Dejó los dos cafés y se marchó diciendo que ahora traía las tostadas.

Instintivamente ella cogió la taza y fue a llevársela a la boca.

- Espera... no. - Dijo Naruto tarde.

Ella dio un pequeño sorbo y rápidamente su rostro cambio. Dejo la taza en la mesa y se llevó las manos a la boca mientras una pequeña lagrima salía de su ojo derecho. Naruto rió un poco. Era bastante cómica la situación.

- Tienes que tener cuidado. - Dijo Naruto cogiendo la taza de la chica. - Quema mucho y tienes que esperar a que se enfríe. - Dijo después mientras ella lo miraba.

Comenzó a soplar un poco hacia el café y tras unos pocos segundos se la devolvió a la chica. Ella la cogió con sus manos.

- Prueba ahora. - Dijo Naruto mirándola.

Ella dio un segundo sorbo con miedo. Sin embargo al separar la taza de sus labios sonrió contenta. Parecía que le había gustado. Al poco llegó la camarera con dos platos con dos tostadas cada uno.

Empezaron a desayunar. Naruto tenía hambre ya que ayer al final no cenó. Y ella parecía bastante feliz satisfaciendo una necesidad básica como era el hambre. Tras acabar de desayunar fueron hacia el cuarto de nuevo. La chica se sentó en la cama otra vez.

- Voy a darme una ducha... no tardo ¿Vale? - Dijo Naruto entrando en el cuarto de baño.

Tras quitarse la ropa, la espada la había dejado encima de su cama, se metió en la ducha y dejo correr el agua caliente sobre su piel. Tras unos segundos suspiró.

- "¿Qué voy a hacer con la chica esta? No puedo llevarla pegado a mi todo el día... pero... ¿Quién es?" - Se preguntó Naruto en su mente.

Pero de repente todos sus pensamientos se esfumaron cuando la puerta de la ducha se abrió. Naruto muy asustado se llevó sus manos a tapar su zona intima cuando sus ojos se toparon con los verdes de la chica.

- ¡Eh! ¡Tienes que esperar tu turno! - Dijo Naruto rojo como un tomate. - Luego te duchas tú. - Dijo después más relajado.

El rubio llevó su mano, solo una, hacia la puerta y la cerró suspirando. Era como una niña pequeña pensó después. Sintiéndose un poco acosado decidió enjabonarse rápido y terminar cuanto antes la ducha.

Abrió la puerta algo receloso poco a poco y vio que ella estaba sentada en el retrete mirándolo. Naruto suspiró y llevó su mano hacia una toalla y se rodeó de cintura para abajo tapando lo más importante.

Ella miró su cuerpo. Se centró en su torso y brazos desnudos. Por un segundo ella se puso algo sonrojada. Pero lo más curioso es que parecía muy sorprendida por aquella reacción en su cuerpo. Se llevó una mano hacia su mejilla que estaba colorada.

- Ya puedes ducharte tú. - Dijo Naruto llamando su atención.

Ella se levantó de su asiento improvisado y dio unos cuantos pasos hacia la ducha y parecía que quería entrar en ella como hizo Naruto antes. Sin embargo Naruto la detuvo.

- Tienes que quitarte la ropa primero. - Dijo mirando su espalda.

De repente toda su ropa empezó a volverse traslucida y acabo por desaparecer acabando totalmente desnuda. Naruto cerró los ojos sonrojado.

- "La verdad es que tiene un buen culo." - Pensó Naruto recordando el pequeño instante que la había visto antes de cerrar los ojos.

Cuando escuchó que ella ya había entrado llevó su mano hacia la puerta y la cerró un poco. Luego dejó un pequeño hueco por el que cabría un brazo.

- Pégate al otro lado. - Dijo Naruto desde el otro lado.

Ella le hizo caso y se pegó al lado contrario de la apertura de la puerta. Introdujo su brazo y abrió primero el grifo del agua fría. Por un segundo pudo escuchar como ella dio un pequeño salto sorprendida y chocándose contra el cristal.

- ¿No te gusta el agua fría? - Preguntó Naruto algo divertido y riendo.

Abrió también el del agua caliente formando una combinación perfecta que hizo que ella estuviese bastante más cómoda. Naruto cerró la puerta al sacar el brazo.

La primera impresión de la chica había sido bastante mala con la ducha. Sin embargo después del agua fría pasó el agua caliente, pero no muy caliente y era bastante agradable sentirla sobre su piel. Cerró los ojos sintiéndose muy bien con aquella sensación que estaba experimentando por primera vez en su vida. Aunque Naruto no lo supiese claro.

- "Quizás haya perdido la memoria... parece lo más plausible." - Pensó Naruto saliendo del cuarto de baño.

Naruto se vistió con la misma ropa de siempre solo que no se puso la chaqueta todavía. La dejó en la cama y se sentó después al lado. Se pasó un rato esperando a que ella terminase. De repente se abrió la puerta del baño e instintivamente llevó su vista hacia allí.

Lo primero que pudo ver fue a la pelirrosa completamente desnuda con una mirada de inocencia como si no hubiese roto un plato en su vida. Luego le sonrió. Pero Naruto se sonrojo demasiado y cerró los ojos. Primero por atrás y ahora por delante. Bueno, ya la había visto totalmente desnuda.

- Haz que aparezca tu ropa... o eso que haces. - Dijo Naruto mirando al suelo.

Ella se quedó algo extrañada pero le hizo caso. Igual que se había desvanecido la ropa volvió a cubrir su cuerpo. Las zapatillas que le había comprado, el pantalón negro y la camiseta negra bastante holgada.

- "Al menos ahora sé que su pelo rosa es natural..." - Pensó Naruto volviendo la mirada hacia ella. - "¿Cómo le puede quedar tan bien una ropa tan poco femenina?" - Pensó después cuando la había visto.

Naruto se levantó y se puso su chaqueta. Después se rodeó con los arneses pertinentes y se colocó la enorme espada a la espalda ante la atenta mirada de la chica. Se puso también sus guantes negros. Después tendió la mano hacia ella.

- Tengo que hacer un recado... ¿Quieres venir? - Preguntó Naruto sonriendo.

La chica sonrió también feliz y le cogió la mano por un pequeño segundo. No es que fuesen a ir cogidos de la mano por la calle ni nada por el estilo ya que se soltaron al cruzar la puerta. Solo había sido un símbolo de que el chico aceptaba cuidar de ella un tiempo.

Fueron por toda la ciudad hasta llegar al ayuntamiento. De nuevo sin decir nada se metió en la habitación del alcalde, seguido de su misteriosa acompañante.

- Buenos días. - Dijo Naruto sonriendo.
- Has vuelto... - Dijo el alcalde sorprendió.
- ¿Y qué esperas? - Pregunto Naruto vacilante sentándose.
- ¿Los mataste a todos? - Preguntó el alcalde.
- ¿Ha habido ataque hoy? - Preguntó Naruto.
- No, por primera vez en un año. - Dijo después el alcalde satisfecho.
- Espero que tengas el dinero. Yo he cumplido mi parte del trato. - Dijo Naruto poniéndose serio.
- Si, si... tranquilo. - Respondió el alcalde sudando frio.

Abrió un cajón y de el sacó un fajo de billetes ya contado previamente y se lo entregó. Naruto lo contó rápidamente. 15.000 Ryus. Si, sin duda había sido un buen día. Ahora podría vivir sin hacer nada una buena temporada.

- Has hecho un buen trabajo... lo reconozco. - Dijo el alcalde mirándolo. - ¿Tienes pensado quedarte en la ciudad?
- No, me marcharé en unos días. - Dijo Naruto poniéndose de pie.
- Podrías quedarte aquí... podría contratarte como jefe de seguridad... podría pagarte bastante... visto lo visto saldría rentable. - Dijo el hombre bastante serio.
- No me interesa... pero gracias. - Dijo Naruto dándose la vuelta.

La chica que venía con él se levantó también de su asiento y siguió a Naruto hasta fuera del ayuntamiento. No era la primera vez que le proponían algo así. Pero Naruto no podría considerar un lugar tan asqueroso como su hogar. Y como todos los lugares eran así no podía llamar hogar a ningún sitio. Por eso iba de ciudad en ciudad.

Naruto paseó por toda la ciudad acompañado por la chica. Muchos hombres miraban a Naruto por su enorme espada a la espalda. Aunque luego siempre posaban sus ojos en la chica que casi todos los hombres por la calle se paraban a mirar unos segundos. Ella podía sentir como todos la miraban y le hacía sentir algo cohibida así que se acercó un poco hacia el lado de Naruto para sentirse algo más protegida.

- "Pero si puede mandarlos a volar con mover la mano..." - Pensó Naruto recordando cómo se defendió del hombre de anoche.

Cuando llegó el mediodía se adentraron a un pequeño restaurante. Eso sí, Naruto busco la zona más cara de la ciudad. Hoy tenía dinero y no quería ir a algún lugar asqueroso. Entraron los dos juntos y Naruto pidió una mesa para dos.

- A mí me vas a poner una Pizza Cuatro Quesos. - Dijo Naruto mirando la carta cuando llegó el camarero.
- ¿Y tú qué querrás? - Preguntó el camarero mirando a la pelirrosa.

La chica miro a aquel hombre y después a Naruto. En aquel momento el recordó el pequeño detalle de que ella no hablaba.

- Es muda... - Dijo Naruto haciendo sentir mal al camarero.
- Ah... lo siento no quería decir nada inapropiado. - Dijo el hombre sintiéndose algo mal.
- Ella querrá una Jamón y Queso. - Dijo Naruto tratando de quitar importancia a que aquel hombre se sentía mal por una mentira. - "Jamón y queso le gusta a casi todo el mundo... espero acertar." - Pensó Naruto mirando a la chica.

Se quedaron quietos y en silencio unos cuantos minutos. Él se quedó mirándola fijamente. Sin embargo la mirada de la chica parecía vagar por toda la habitación mirando todos los cuadros, todas las caras y cada detalle. Al cabo de un rato volvió la mirada a Naruto y ya no dejo de mirarlo.

- "Ahora que lo pienso... cada vez que entramos en algún sitio nuevo hace lo mismo. Lo mira todo detenidamente como si estuviese analizándolo... y después ya se queda mirándome como si no hubiese nada más." - Pensó Naruto mirándola algo extrañado.

Pasaron diez minutos más y apareció el camarero con los dos platos. Naruto miró con algo de hambre lo suyo y empezó a partirla en ocho trozos. Ella observo como lo hacía el y tras una breve demostración práctica cogió sus cubiertos y lo imito partiéndola en ocho trozos.

- "Parece... que la geometría se le da bien... los ocho trozos han quedado iguales..." - Pensó Naruto algo sorprendido. - "De hecho... cada vez que aprende a hacer algo... lo hace a la perfección a la primera..." - Pensó recordando algunas cosas más.

Cuando ella se llevó el primer trozó a la boca pareció bastante contenta. Parecía que le había gustado la Pizza ya que la estaba devorando literalmente.

- Deberías comer más lento. - Le propuso Naruto.

Fue bastante cómico cuando de repente parecía que ella estaba comiendo a cámara lenta ya que también movía sus brazos y su boca lentamente.

- Tampoco tanto. - Dijo después Naruto riendo.

Un poco en el fondo tenía que admitir que hasta se lo estaba pasando bien con ella. Era bastante divertido todas las extrañas situaciones generadas. Terminaron de comer y siguieron recorriendo toda la ciudad. A Naruto siempre le gustaba verlo todo ya que a lo mejor había algo interesante que comprar o ver.

Pero esta vez no pudo ver nada que valiese la pena. Ya que habían comido bastante Naruto vio conveniente cenar más suave y compro algo de fruta en una tienda. Luego volvieron al hostal donde tuvieron una cena ligera.

Naruto fue un momento al baño a limpiarse las manos y hacer aguas menores. Al salir se sorprendió bastante de ver a aquella chica de frágil apariencia levantar su espada de 260 kilos con su mano izquierda.

Sin embargo su mente rápidamente se recompuso de aquella imagen impactante y se molestó un poco caminando rápidamente hacia ella y cogiendo la espada con brusquedad.

- No puedes hacer lo que quieras... nadie puede tocar esta espada. - Dijo el chico algo ofendido mirando hacia la pared donde estaba dejando recostada su arma.

Naruto se giró con una mueca de reproche mirando hacia ella. Pero todo se desmorono cuando la vio en el centro de la habitación con un rostro muy triste. No estaba llorando ni haciendo pucheros. Pero tenía un rostro muy triste mientras se sujetaba el brazo izquierdo con la mano derecha. Quizás la chica no podía hablar pero Naruto había entendido perfectamente el mensaje: "Lo siento."

Sintiéndose bastante mal caminó unos cuantos pasos hacia ella y la abrazó por instinto. No le hacía sentir bien haberla puesto tan triste si tampoco era para tanto en realidad. Ella se dejó abrazar por el sintiéndose bastante mejor por segundos. Realmente le gustaba estar junto a él. Tras unos cuantos segundos se separaron.

- Siento haberte hablado mal. - Dijo Naruto haciendo que la chica se animase bastante.

El rubio fue hacia su cama pero al ir a tumbarse pudo ver como ella lo había seguido. Era algo extraño. Como si, aquel abrazo hubiese hecho que ahora quisiese seguir estando cerca de él. Sin pedir permiso ni nada por el estilo ella se tumbó a su lado y se lo quedó mirando estando bastante cerca de él. Naruto tragó saliva sonrojado.

La cama no era muy grande y ella no parecía estar muy cómoda ya que tenía medio cuerpo en el filo. Naruto se fue un poco más hacia atrás indicándole que podía adentrarse un poco más en la cama. Naruto suspiró.

-¿Quieres dormir esta noche conmigo? - Preguntó el chico.

Ella sonrió complacida. Era una respuesta expresada con lenguaje no verbal bastante fácil de entender. Se acercó un poco más a Naruto colocando su frente en el pecho del rubio.

Naruto tenía los brazos demasiado aprisionados y total para la situación en la que estaban tampoco era para cortarse tanto. Los estiró un poco y después la abrazo por la espalda. Si, ahora sus brazos ya estaban mejor. Ella pareció feliz cuando pudo acercarse un poco más hacia él.

Se quedaron así abrazados un buen rato más sin decir nada. Bueno la intención era dormir pero estaba resultando bastante complicado. Al cabo de unos minutos Naruto se movió un poco ya que estaba algo incómodo. Ella lo notó y se separó un poco.

En ese momento se quedaron mirando unos segundos. Ella parecía bastante contenta pero Naruto se sonrojó mucho al mirarla.

- "¿Por qué me gusta tanto mirarla? ¿Por qué tiene que ser tan guapa?" - Se preguntó Naruto en su mente.

Sin pensarlo si quiera, sin haberlo reflexionado, su cuerpo empezó a moverse solo y la besó. Al principio ella abrió los ojos sorprendida pero no hizo nada. A los pocos segundos empezó a mover sus labios y su lengua tratando de igualar el ritmo de Naruto.

Cuando había pasado cerca de medio minuto se separaron. Naruto estaba avergonzado pero a la vez se sentía mal por lo que acababa de hacer.

- Yo... - Naruto se detuvo al verla.

Ella se había vuelto a sonrojar como por la mañana en la ducha. De nuevo aquella extraña sensación por su cuerpo que no comprendía pero que era bastante agradable. El asunto es que no parecía estar molesta. Ahora a Naruto le daba la sensación de que a ella no le molestaba nada que el hiciese.

SI un hombre la agarraba por el brazo casi lo mataba. Pero si era el quien lo hacía no pasaba nada. Era como si aquella extraña chica tuviese una rara fijación en él y se dejase llevar por todo lo que él hacía. Tratando siempre de estar a su ritmo después.

Pero para empeorar las cosas a Naruto le resultó que cuando se sonrojaba estaba mucho más guapa de lo habitual. Si aquello ya era posible. Ahora Naruto volvió a moverse sin embargo lo hizo algo mas poco a poco para darle tiempo a ella a rechazarlo.

Pero aquello no ocurrió. Todo lo contrario ya que ella imitó sus movimientos haciendo que el beso llegase antes. Y con cada segundo que se besaban esa extraña sensación por su cuerpo, el ardor en las mejillas y la placentera sensación se incrementaban en ella.

Ella no entendía por que se sentía así. Ni que provocaba que se sintiese así. Pero Naruto lo sabía muy bien. Sabía muy bien porque ahora mismo le apretaban los pantalones y por qué no podía dejar de besarla una y otra vez.

Se pasaron cerca de media hora besándose y nada más. Naruto había notado que ella siempre se ponía a su ritmo pero nunca sobrepasaba sus acciones. Pero no solo en este beso si no en todo. En su mente intentaba luchar por controlarse pero le era imposible.

Desde el primer momento en que la viese levitando delante de el ya le pareció la mujer más guapa del mundo. Desde el momento que la viese sin armadura ya le pareció la mujer más sexy del mundo. Tenía algo que lo atrapaba y no le dejaba pensar con claridad.

Sus manos comenzaron a moverse. Una de ellas fue a parar al trasero de la chica que había visto por la mañana y que tanto había deseado durante casi todo el día. La otra se movió por debajo de su camiseta hasta agarrar uno de sus pechos.

Que no llevase ropa interior y llevase puesta una camiseta holgada hacia fáciles las cosas. En aquel momento ella soltó un pequeño gemido. Había sido uno de los pocos ruidos que había emitido por su boca en todo este tiempo.

Solo un pequeño grito en la ducha con el agua fría. Luego con el café cuando se quemó y poco más. Pero ahora la sensación en su cuerpo estaba llegando a un límite que ya empezaba a desbordarla. No sabía que sentía ni por qué lo sentía. Solo sabía que le gustaba.

Naruto continuó explorando el cuerpo de la chica. Sin embargo de nuevo ella estaba igualándolo y todo empeoró cuando noto sus manos sobre su cuerpo. Aquello ya se había convertido en una rueda imposible de parar si ahora ella contribuía a hacer que Naruto estuviese más excitado todavía de lo que ya estaba.

Ahora mismo estaba el uno frente al otro de lado en la cama. Sin embargo Naruto cambió pronto aquello. Dejo que ella se quedase boca arriba completamente. Después él se colocó a su lado pasando su brazo izquierdo por detrás de su cabeza. La volvió a besar con bastante pasión.

Luego su mano derecha continúo jugando con sus pechos un rato más. Pero a los pocos minutos su mano ya estaba descendiendo por su torso poco a poco hasta llegar al único sitio que todavía no había tocado.

Se separó de ella dejando de besarla para mirarla. Era algo perverso reconocerlo pero quería ver su preciosa cara retorcerse de placer. Y ya era un total espectáculo ver su rostro tan sonrojado y con una mirada tan preciosa fijándose en él.

Pero cuando su mano se filtró por su pantalón todo tomo un nuevo significado para ambos. Para ella fue como multiplicar por diez todo lo que estaba sintiendo. Hasta ahora estaba sintiendo un intenso placer que le resultaba torturante. Pero ahora se había convertido en un increíble placer que la aliviaba. Para Naruto tomó otro nivel por que ver la reacción de la chica soltando un ahogado grito de placer había hecho que no aguantase ni un segundo más.

Sin embargo se había propuesto que ya que no podía controlarse al menos lo haría bien. Estaba bastante equivocado ya que un poco más y explotó cuando la mano de la pelirrosa se escurrió entre sus pantalones sin previo aviso y se agarró a él suavemente.

Naruto no pudo evitar gemir con una voz bastante ronca y sexy. Para ella se le hacía raro ya que ahora el hecho de mirarle o escucharlo hacia que aquella sensación que no entendía aumentase. Sentía que su cuerpo estaba a punto de explotar completamente. Era algo que su mente no era capaz de asimilar del todo.

El rubio en aquel momento se dio cuenta de que jamás había deseado tantísimo estar con alguien en una cama. Daria todo su dinero, todo su ser y firmaría un pacto con el diablo si hiciese falta para no tener que marcharse de aquella cama.

Estaba notando que el frágil movimiento de su mano. Bastante descoordinado por cierto estaba a punto de hacer que explotase. Algo que lo dejo bastante sorprendido ya que ella no había sido capaz de seguir un ritmo fijo y precisamente no lo hacía muy rápido. Pero era la suave piel de su mano y toda la situación los que hacían el 95% del trabajo.

Y precisamente aquello era lo que lo asustó. Por dios no acabaría aquella noche así. Sin embargo también pudo reconocer por los movimientos de la chica que también estaba a punto de desmoronarse.

Así que con una sonrisa pícara en su rostro separó su mano del interior de la chica. Durante un segundo le pareció precioso su rostro cuando lo miraba con una cara que se entendía perfectamente. Sin duda no necesitaba hablar: "¿Por qué te paras?"

Sin embargo Naruto hizo que ella lo soltase también. Y luego levantó dejando de estar a su lado para colocarse encima de ella. La chica solo lo miraba con una cara de curiosidad, infinito sonrojo y placer a la vez. Dios, solo mirarla ya era lo más sexy que había hecho en su vida.

Colocó sus manos en el pantalón de la chica y con un rápido movimiento se lo quitó. Después las llevó hacia su camiseta y le ayudo a desprenderse de ella. Al verlos no pudo evitar que sus manos volviesen a los pechos de la chica. Ella movió sus manos hacia la ropa de Naruto imitando lo que acababa de hacer y le ayudo a quitarse la camiseta y ver de nuevo el torso que la excitó, sin saberlo, por la mañana.

Trató de quitarle los pantalones pero por cómo estaban no podía. Naruto se lo quito levantándose un poco. Pero de nuevo volvió a colocarse encima de ella. Se recostó sobre la chica y la besó mientras llevaba sus manos hacia las rodillas de la chica separándolas.

En cuanto terminó se situó estratégicamente entre las piernas de la chica más guapa del mundo, o al menos lo era para él. Le dirigió una mirada como buscando su rechazo para detenerse. Pero mirarla solo hacía que la desease más. Y como ella no mostró ningún síntoma de negación no pudo evitar continuar.

Comenzó a entrar en ella con delicadeza y cuidado. El hecho de haber estado una hora tocándose y besándose ayudó bastante a facilitar aquel momento. Aun así Naruto lo hizo lentamente sobre todo al ver que ponía una pequeña cara de dolor.

- "Era su primera vez..." - Pensó Naruto fugazmente en su cabeza. Bueno, ya no había vuelta atrás en realidad.

Cuando había entrado del todo en ella. Abrió la boca como pretendiendo gritar. Sin embargo parecía que su voz había desaparecido ya que no salía ningún sonido de ella. Parecía que se estaba muriendo de placer. Pero aquello todavía no era nada ya que una vez Naruto empezó a moverse toda aquella sensación se incrementaba exponencialmente yendo a mas cada vez.

Como Naruto ya la había dejado a las puertas del clímax hacia bien poco. Y se había encargado de mantenerlo así tocándola de vez en cuando, sin dejar de besarla ni de recorrer su cuerpo ella se vino abajo la primera en cerca de veinte segundos. En aquel momento su voz volvió de nuevo y tras varios gemidos previos comenzó a gritar literalmente de placer.

Durante el corto rato en el que duraron las embestidas la chica estaba bastante excitada y Naruto lo podía notar. Sin embargo cuando estuvo a punto de terminar su rostro cambio de repente muy sorprendida. Para ella aquello ya era increíble pero lo que se le estaba viniendo encima le estaba resultando imposible de creer y se notaba en su rostro lleno de placer y sorpresa.

Naruto por norma general se enorgullecía de poder aguantar largas decenas de minutos en la cama. Sin embargo entre su excitación previa, lo que le gustaba su pareja de cama, el infinito placer que estaba sintiendo y lo indescriptiblemente excitante y precioso que era ver a aquella chica teniendo su primer orgasmo hizo que no pudiese aguantar ni treinta segundos y explotase completamente en el que sin duda se había coronado como el más placentero de todos los orgasmos que el rubio había tenido. Y con amplia diferencia sin duda.

Ella estaba jadeando por el cansancio provocado por todo aquello. Naruto igual sin duda ya que había caído rendido sobre ella. Intentó no aplastarla colocándose a su lado pero su cuerpo ya no le respondía. Logró, con esfuerzo, colocarse a su lado y pasar su brazo por su desnudo vientre abrazándola. Ella estaba completamente igual, se había quedado boca arriba y no tenía ninguna fuerza para moverse. Solo se dejó abrazar por el mientras llevaba su mano derecha a la de Naruto cogiéndola con cariño y con fuerza.

Naruto solo pudo mirarla unos últimos segundos antes de caer rendido completamente y dormirse al instante. Ella se quedó mirando el techo unos cuantos segundos más tratando de recomponerse y asimilar todo lo ocurrido. Aquella sensación había sido completamente increíble. Era lo que ella pensaba sin duda. Pero también estaba cansada. Lo que le resultó curioso es que cuando se tumbó con Naruto estaba bastante bien y no tenía nada de sueño. Había pasado poco más de una hora y ahora parecía que iba a morirse si no cerraba los ojos y se dejaba llevar.

La mañana llegó bastante rápido y el primero en despertarse fue Naruto. Se despertó tal cual se había dormido. Tumbado al lado de la chica con una pequeña parte de su cuerpo encima de ella y su brazo derecho abrazándola.

Lo primero que hizo fue poner la mano izquierda encima de la cama para usarla de apoyo para levantarse. Cuando se separó del colchón lo primero que vio fue a la chica con la que se había acostado aquella noche durmiendo plácidamente boca arriba.

Por instinto Naruto movió su mano derecha hacia el rostro de la chica. Por un lado se sentía un poco mal. Si aquella mujer había perdido el conocimiento o tenía alguna especie de enfermedad mental extraña era casi como si hubiese abusado de ella. Peor tampoco podía dejar de pensar en lo guapa que era y lo que le encantaba estar junto a ella así en ese momento.

Con el contactó ella abrió los ojos. Naruto separó la mano y poco a poco ella se sentó en la cama quedándose al lado de Naruto mientras se miraban fijamente. Naruto puso una mano en el hombro desnudo de la chica y después se acercó a ella para besarla.

Ella se quedó esperando sentir lo mismo que anoche, sin embargo la sensación fue muy diferente. Ahora había aprendido que se podía besar de formas diferentes y provocar reacciones diferentes. No sentía un ardor y placer como ayer. Aquel beso le había provocado una sensación de bienestar bastante agradable. Se sentía bien con aquello. Lo que no sabía es que Naruto la estaba besando con todo el cariño que podía.

Cuando se separaron ella volvió a mostrar su bella sonrisa. Naruto pasó su mano izquierda por la espalda de ella y la abrazó con delicadeza. Ella correspondió el abrazo. Cuando pasaron unos segundos el rubio se separó.

- Oye... yo... hoy me marcharé de la ciudad... ¿Querrás... venir conmigo? - Preguntó Naruto muy extrañado.

Jamás se había imaginado ofrecerle a una mujer que viajase con él. También es verdad que ninguna mujer la había considerado lo suficientemente importante para el como para quererla a su lado durante una larga temporada.

Y todo eso sumado a que parecía que aquella chica no conocía a nadie en la ciudad le sabia mal dejarla a la deriva. Y más por que daba la sensación de que estaría bastante perdida. Ella sonrió y asintió con la cabeza.

- Bien... pues voy a darme una ducha. No tardaré. - Dijo Naruto levantándose de la cama.

Ella se quedó sentada. Seguía desnuda. A Naruto ya no le daba tanta vergüenza mirarla pero si seguía encantándole hacerlo. Se metió en la ducha de nuevo como el día anterior y se duchó. Al terminar se secó y se vistió allí mismo para salir de nuevo a la habitación.

Cuando salió pudo ver que ella seguía sentada en la cama en la misma posición. Solo que ahora estaba mirando fijamente hacia la ventana. Ella ya había notado que el estaba allí pero aun así siguió mirando hacia allí.

- Está viniendo... - Dijo la chica con una suave y dulce voz bastante femenina.

Naruto comenzó a abrir la boca poco a poco hasta que prácticamente se le desencajo de la impresión.

- ¡¡Puedes hablar!! - Gritó de una forma bastante cómica.
- Claro. - Dijo ella después girándose y mirándolo a los ojos.
- ¿Y por qué no lo hacías? - Preguntó Naruto algo enfadado después de sus patéticos intentos de comunicación con ella.
- Porque solo quería limitarme a observarte. - Dijo ella extrañando a Naruto.

El rubio se quedó unos segundos en silencio. ¿A qué se refería con que quería limitarse a observarle? Pero lo más importante.

- ¿Quién está viniendo? - Preguntó Naruto mirándola a los ojos.

Ella giró su rostro hasta volver a mirar la ventana.

- El chico del alma oscura. - Dijo después mientras su vista se perdía en el horizonte.

Continuara...

Fanfic NS: El Don de la Diosa  [+18][Terminado]Where stories live. Discover now