001 Instituto Superior Hogwarts

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La única palabra que Remus Lupin podría utilizar para describir el edificio que veía era imponente.

Incluso con la vista aérea que tenía desde el jet privado de su madre, podía ver la enorme edificación en su más grande esplendor.

Sabía que el Instituto Superior Hogwarts era impresionante. Había visto varias fotos de su madre en sus días de estudiante.

Pero tenerlo tan de cerca en persona era simplemente... Surreal.

—El Instituto Superior de Hogwarts. —Una voz algo rasposa lo sacó de sus pensamientos y observó a Moody, su guardaespaldas temporal, aproximarse a su asiento. -Donde la próxima generación de líderes políticos estudian política, diplomacia...

—Y cómo evitar el escándalo. —Finalizó el menor, recordando el lema del instituto que su madre no se cansaba de repetir. —Es mucho más grande de lo que creía.

—¿Está todo bien, señor? —Preguntó el hombre. Remus sonrió sin mostrar los dientes.

—Solo me perdí en mi mundo. —Respondió volviendo su atención al enorme edificio, observando como cada vez se hacía más grande ya que el jet comenzaba a aterrizar.

—Su nuevo guardaespaldas ya lo está esperando abajo. —Mencionó el hombre sentándose justo en frente de Remus y colocándose el cinturón.

—Mi madre ya me avisó. —Asintió Remus tomando un puñado de maní confitado y llevándolo a su boca. —Y antes de que lo digas, también me recordó las reglas.

—¿Le importaría repetirlas en voz alta? —Preguntó Moody. Remus se tomó su tiempo para masticar y tragar la comida.

—Crear relaciones amistosas solamente con los hijos de los líderes de nuestros países aliados. —Dijo Remus levantando su dedo índice, comenzando a enumerar.

—Correcto, para afianzar las relaciones internacionales. —Asintió el guardaespaldas.

—No descuidar mis estudios. —Agregó Remus levantando también su dedo medio.

—Correcto, para mantener una buena imagen al Instituto. —Asintió nuevamente Moody.

—No responder a los chismes que la prensa crea. —Levantó su dedo anular.

—Muy importante. La prensa no tiene porque acercarse al instituto, pero nunca se es demasiado precavido. —Remus asintió ante las palabras de su guardaespaldas.

—Y finalmente, alejarme lo más posible del hijo de Orión Black. —Finalizó Remus levantando su dedo meñique.

—La más importante de todas las reglas. —Asintió el hombre. —Veo que tienes todo claro. —El viejo hombre esbozó lo que parecía intentar ser una sonrisa.

—Cuando te hacen repetirlas treinta veces terminas dominando esto, Alastor. —Bromeó Remus, sabiendo que su guardaespaldas odiaba ser tratado por su nombre de pila. —Sobre mi nuevo guardaespaldas... ¿Lo conozco?

—No se me permite hablar de ello. —Respondió el hombre. Remus rodó los ojos.

—¿Se te permite hablar por qué ya no serás mi guardaespaldas?

—Porque me promovieron a su agente de seguridad. —Respondió en el mismo tono monótono. —Y porque la persona elegida para ser su nuevo guardaespaldas está muy capacitada para el trabajo. Ella fue la mejor de su clase en el servicio militar.

—¿Ella? —Preguntó Remus.

—Suficiente conversación. Estamos por aterrizar. —Remus volvió a rodar los ojos pero trató de permanecer callado. Solo lo logró unos minutos.

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