Capítulo 4

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Pov. _____

Actuaba tan orgullosa con Edd. Nuestra pequeña discusión había sido más fuerte de lo que pensé y aunque no me gustase pelear con él, me molestaba demasiado que tuviera esa actitud ante el chico.

Tal vez tenía sus razones para actuar de esa forma, pero su actitud no fue la mejor para advertirme sobre el castaño. Me resultaba gracioso el hecho de que Tord solamente me había hablado y creó a un Edd cabreado en tan solo unos segundos en una misma escena.

Resoplé agotada apenas el profesor de ciencias sociales avisó que daba por finalizada la clase de hoy, dejé caer mi lapicero contra la mesa y guardé todo. 

El engargolado de mi libreta se enredó con mi pulsera y puse los ojos en blanco para después tratar de arreglar el pequeño accidente. 

No tuve tanto éxito, ya que al instante de alejar mi mano me hice un rayón sobre la piel.

Hoy estaba quejándome más de lo normal.

Salí del salón, me tocaba literatura y después con la profesora Molly.

Lo bueno de las clases es que había un pequeño descanso de diez a quince minutos. Mi cuerpo se tropezaba con otros y oía como varios gruñían, traté de escabullirme de todo el bullicio y cuando por fin dejé el pasillo principal, me di cuenta de que alguien me había embarrado algo de cátsup.

¡Oh, vamos!

Traté de quitar la mancha obteniendo como resultado una más grande.

En realidad, no podía ser más torpe porque creía que eso era algo imposible. Maldije mil veces al aire y empecé a caminar por la parte contraria del pasillo principal, en donde el campo daba a las instalaciones de los edificios de química.

Mi vista viajó hasta el lado derecho de las gradas por simple curiosidad y confirmé lo que por unsegundo pasó por mi mente. 

El chico del día anterior y el culpable de mi pelea con mi mejor amigo, se encontraba ahí. 

Debía parar mi necedad, pero al parecer fue más fuerte que mi cordura porque en lugar de trazar mi camino a la clase de literatura y no darla por perdida, tracé uno hasta donde él se encontraba.

Generé muchas excusas para cuando me preguntase por mi presencia y si ninguna se volvía digna de cubrirme, no me arrepentía ni un solo segundo de estar acercándome.

—¿No se supone que tú tendrías que estar en clases? —Tord preguntó con el entrecejo fruncido cuando me vio subir.

—Supones bien, pero no tenía ganas de entrar. —Me encogí de hombros.

Tord me miró como si lo que le hubiese dicho fuera lo más extraño del mundo. Él sacó de subolsillo una cajetilla y a continuación un cigarro para llevárselo a los labios y lo encendió. Seacomodó sobre una de las gradas y estiró sus piernas. 

El cielo estaba azul y el aire seguía siendo fresco a la temperatura en las que nos encontrábamos.

—Así que, Tord, ¿por qué te gusta fumar? —pregunté, sentándome a su lado, pronunciando sunombre con lentitud mientras lo miraba con cierta incertidumbre.

—¡Vaya!, ya sabes cuál es mi nombre —rio y dio una calada.

—No me costó mucho trabajo —admití—. Ahora contesta mi pregunta.

Él me miró vacilante.

—No esperes que responda todos tus cuestionamientos, Wright, pero fumo porque me gusta, quita el estrés que siento en mi cuerpo.

Sí, eso es lo que la mayoría de las personas que consumían tabaco solían contestar. Nada fuera de lo común. Nada diferente a lo esperado.

—Hay otras formas, ¿lo sabes?, ¿lo has intentado? —intenté invadir más sobre el tema.

𝐁𝐨𝐮𝐥𝐞𝐯𝐚𝐫𝐝┃Tord LarssonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora