lucid dreams - jenlisa

I. Antagonista

Cuando Kim Miyeon anunció su embarazo de 2 meses, sus padres no pudieron estar más felices. Su hija mayor ya era una arquitecta exitosa de 30 años, su esposo también arquitecto venía de una buena familia y ambos ya estaban preparados para tener hijos.

Sin embargo, lo que no sabían, es que su hija menor, Kim Jiyeon de 18 años, también estaba embarazada y en medio del anuncio de su hermana terminó estallando en llanto y confesando que ella tenía 3 meses de embarazo.

Sus padres además de avergonzarse de que su hija se haya embarazado a tan temprana edad, en su primer año de universidad y de un chico que conoció en una fiesta, también estaban enojados de que haya arruinado el momento de su hija mayor, quien a fin de cuentas siempre había sido su favorita.

Jiyeon quería hacerse un aborto, ya que no quería abandonar sus estudios ni su estilo de vida, pero sus padres no la dejaron, obligándola a hacerse responsable de aquella criatura que tenía en su vientre.

Jennie Kim nació un 16 de enero, recibiendo la bendición de sus abuelos que sin embargo no le prestaron mucha atención, ya que estaban más preocupados de la bebé que nacería un mes después.

Roseanne Park nació el 11 de febrero, rodeada de un montón de regalos y el cariño de todos, por sobre todo de sus abuelos y padres.

Si bien Jiyeon sentía que Jennie le había arruinado la vida, ya que tuvo que abandonar sus estudios y empezar a trabajar para poder mantenerla, aun así le dolía la actitud de sus padres con respecto a su hija y el favoritismo a Rosé, por lo que trató de hacer todo lo posible para que la pequeña no se diera cuenta de aquello.

Sin embargo, a medida que iba creciendo, era más difícil ocultarselo, ya que Jennie se daba cuenta que los juguetes de Rosé eran más caros y en mucha más cantidad que los de ella. Jiyeon trabajaba como telefonista y eso no le daba dinero suficiente para comprarle las mismas cosas a Jennie, que Miyeon le compraba a Rosé.

Sin embargo, Rosé siempre compartía sus juguetes con Jennie.

Porque Rosé era amable, dulce y perfecta.

Y Jennie sentía que su prima era como su mejor amiga a fin de cuentas, ya que las dos eran bastante tímidas y no tenían amigos en el colegio.

Pese a esto, Jennie recuerda bien cuando fue la primera vez que sintió que odiaba a Rosé.

Ambas tenían 8 años ya estaban terminando su primer semestre, así que estaban esperando ansiosas por sus notas finales.

Jennie sabía que no era tan inteligente como Rosé.

Mientras Rosé podía calcular una infinidad de cálculos matemáticos en su mente, Jennie restaba con sus dedos hasta 5 veces y aun así se equivocaba.

Por lo que cuando recibieron la prueba final de matemáticas que valía un 60%, Rosé tuvo un sobresaliente y Jennie reprobó.

Rosé la consoló durante todo el camino a casa y al llegar para contar la noticia, sus abuelos y sus tíos le dijeron que todo estaba bien, que aun podía dar la prueba recuperativa y que no se dejara deprimir.

Por otra parte, su madre la había reprendido fuertemente, gritándole que si seguía así, siempre sería la sombra de Rosé.

Después de haber llorado un buen rato al ser castigada, había decidido bajar a la cocina a buscar un vaso de jugo y allí fue cuando escuchó a sus abuelos:

—No puedo creer que le haya ido tan mal, ¡si hasta estudiaron juntas!

—Pero es que siempre habrá una nieta tonta, pedir dos nietas inteligentes es muy exigente, Daejung.