Capítulo 35

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Bakugou esperaba haber oído muy mal pero por la sonrisa astuta en el rostro de Monoma y el hecho de que Kirishima casi se cae de espaldas, asumía que escucho lo que realmente el rubio le dijo.

Oh, maldita sea, ¿qué mierda estaba pensando cuando creyó que lidiar con ese idiota era buena idea?

—Dame una explicación de porqué mierda quieres cortejarme —ordenó el monarca —En palabras concisas y sin mentiras, maldito.

—Aparte de que tu personalidad es adorable y encantadora desde que éramos niños —se burlo sarcásticamente el de ojos claros pero al ver el ceño del contrario fruncirse, suspiro y agrego con toda la honestidad que podía reunir su argumento —La opinión del pueblo acerca de ti es muy positiva, los logros que has hecho en Endveador los tienen complacidos, en especial durante el juicio a Natsuo Todoroki. Mostraste un lado de Hinokoku bastante político y solidario, sin perder la esencia guerrera que llevamos. Los mayores dentro del círculo más alto a los reyes te respetan y los consejos de comerciantes, aún si se guarden sus comentarios, tienen varias esperanzas puestas en ti. Mire por dónde lo mira, queda más en claro que serás el rey sin que nadie a la par de tu estatus se oponga.

— ¿Acaso tú pensabas oponerte, señor de marina mercante? —acusó alzando una ceja el de cenizo.

—Si la situación hubiera sido más ventajosa, sí. Soy un hombre de negocios y el dinero puede mover a los más poderosos contra sus líderes —sonrió cínicamente el rubio —Pero al ver que es casi imposible derrotarte y el esfuerzo no lo vale, prefiero la opción de casarme contigo. Me daría la oportunidad de seguir expandiendo el comercio de Hinokoku a lugares inexplorados y demostrar que somos mucho más que una isla con dragones.

—...Estás demente —bufo el cenizo — ¿Tan lejos irías para conseguir tu objetivo?

—Ayuda el hecho que no seas feo, Bakugou —le guiño un ojo el rubio —Pero de no funcionar, en lo que se mantenga el cortejo, debido a las reglas podré ir a dónde tú estés y establecer relaciones comerciales por mí cuenta, lo cual igualmente me sirve. Así que, ¿qué dices? Si aceptas el cortejo, yo mando a Phantom a Kyodaina Jigoku a causar el desastre que quieras.

Katsuki se mordió el interior de la mejilla, pensando seriamente en la propuesta de Neito. No era tan malo y apenas el rubio tuviera sus conexiones hechas, estaba convencido de que dejaría de joderlo. Dudaba que sus padres se pusieran en contra al saber que fue a cambio de conseguir que el dragón antiguo de la casa Monoma les hiciera este favor pero tenía el presentimiento de que a Mitsuki no le haría gracia.

El tiempo era un factor importante. No quería imaginar cuánto le costaría convencer a las sacerdotisas del dragón y lo que ellas podrían pedirle a cambio —porque la ayuda de un dragón no era un tema fácil para ellas, la recompensa debería ser grande— mientras Izuku estaba en peligro en Kyodaina Jigoku.

Un día, una hora, un minuto o un segundo podría ser catastróficos.

Cuando el monarca abrió la boca para responder, Eijirou esperaba que saliera una clara negativa pero, en cambio, sucedió lo contrario.

—Acepto el cortejo por parte de Neito Monoma, líder de la marina mercante —declaró en voz alta el de ojos rojos extendiendo su mano derecha hacía el rubio quien la tomo sonriente —Como te pases de la línea, juro que te romperé los dientes.

—Seré todo un caballero —selló el trato besando el dorso de la mano del cenizo.

Oh, no. A Todoroki no le gustará nada esto.

El metamorfago empezaba tener miedo sobre su siguiente visita a Endveador, la cual sería en el solsticio de invierno, para honrar el nacimiento de la Diosa de la Luna.

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