Park | l.s (Editando)

Capítulo tres

El sol se había escondido hace rato, sólo eran Louis y su bebé con la noche de fondo. Admiraba un poco la ciudad en todo su resplandor, las personas entrando a los restaurantes, los coches aparcando para poder bajar e ir a estos locales, todo normal, como cualquier noche de viernes.

Si alguien le hubiese dicho hace un año atrás que estaría en un parque con un cachorro en brazos se reiría tan fuerte que hasta lloraría de la risa. Su cachorro estaba sentado en su pierna mirando al igual que él a las personas ingresar a los restaurantes. Se giro un poco para poder jalar un poco el abrigo de Louis y así poder llamar su atención.

–¿Qué pasa, amor?– pregunto Louis con una voz especial, una que solo usa con su bebé.

–Aà– dijo tratando claramente de decir "allá", mientras apuntaba a los locales de comida. Louis lo miró confundido, pero cree que entendió lo que quiso decir.

–¿Quieres ir allá?– pregunto acomodándole un mechón de pelo que tenia en su frente. El menor asintió y Louis quiso llorar en ese instante.

Su bebé le estaba pidiendo ir a comer a lugares que no estaban a su alcance. El pequeño hace días no come correctamente, el mayor trata de que coma lo mejor posible, pero cada día se le dificulta más, el dinero es cada día menos y trata de comprar el desayuno y el almuerzo, si es que alcanza, para el cachorro.

–Amor...no, no podemos ir. Sabes que no puedo pagar eso, cielo.– le dijo suavemente, dándole un beso en su cabecita. Le partió el corazón decirle aquello. El cachorro agacho la vista y se dedico a ver el suelo. A Louis no le gustaba decirle que no, pero no tenia como pagarlo.

La noche cayó por completo y el frío se hacia presente, el pequeño cuerpo de Louis tiritaba. Él se había sacado su último abrigo para dárselo a su bebé, así que solo tenía una camiseta, algo desgastada, de color azul marino. El cuello de esta estaba algo estirado por tanto uso, entonces el frío que le entra es mayor.

Ya no había nadie en el parque y ni siquiera había personas comiendo en las mesas que se encontraban fuera de los locales, el frío era el peor hasta el momento y Louis lo sufría más que nadie. En aquel lugar reinaba el silencio y sólo se escuchaba como los autos pasaban, no había nadie allí,  no tenía a nadie a quien pedirle algún abrigo o, al menos, ayuda. Enfermarse estando en la calle no era una opción, no cuando tienes una pequeña vida dependiendo de ti.

Son estos momentos donde quisiera tener un techo, un hogar. Son estos momentos donde quisiera ser niño devuelta. Él no es un adulto o, al menos, no tiene la edad, pero en menos de un año creció demasiado, sabe mas de la vida que cualquiera de sus familiares, él quisiera estar en una casa, con su cachorro y esperando a su alfa, pero la vida no es justa en muchos casos y tienes que aprender a sobrevivir con lo que te toca, porque si te hundes en lo malo que te ha pasado llega un momento que todo es mas fuerte que vos y no sabes que hacer, te pierdes y cuesta reponerte. La vida le dio un fuerte golpe a Louis, no obstante, trata de no pensar en ello, sólo lucha el día a día, tratando de sacar a esa criatura adelante con lo que tiene, que no es mucho, pero trata de darle lo mejor con ello.

Así que ahí esta el, temblando por la helada noche, pidiéndole a todo lo que conoce que alguien pase por ese camino, que alguien le brinde ayuda. Él es resistente a las enfermedades, pero si no tienes una buena alimentación y tampoco duermes bien te vuelves mas propenso a aquellas. 

Su mamá decía que si deseas algo con todas tus fuerzas se cumple.

Su mamá era alguien estupenda, una gran madre. Era alguien atenta y cariñosa, cuando quería algo mandona, pero hasta las peleas constantes que tenía con ella extraña, la extraña demasiado. Cuando su padre lo echó de la casa supo en su cara que ella no estaba de acuerdo, pero nunca se opondría a algo que ordenase él. Así que sólo tomo sus cosas y se fue, sin mirar atrás, con miles de lágrimas brotando de sus ojos, con el corazón roto. Ese corazón nunca se repuso y no sabe si podrá hacerlo.