Capítulo treinta y cinco

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Un sonido a lo lejos lo hizo despertarse. No tardo mucho en abrir los ojos, y a penas la conciencia volvió a su ser, su alfa lo alarmó, era un llanto.

Cachorro, fue lo único que le dijo su lobo.

Louis estaba en un sueño profundo. El omega siempre se despertaba a tiempo, pero cuando Harry dejó de ir su sueño cambio, las inseguridades lo carcomian y dormía muy mal, es la primera vez en una semana que puede dormir en paz y sin llorar.

Louis mágicamente estaba acostado en sus piernas y el seguía el la misma posición de antes, recostado en el sofá, sigilosamente se fue corriendo dejando al castaño completamente acostado en el sofá.

El llanto no paraba y se estaba empezando a desesperar, no sabía que hacer, entró al cuarto y su nerviosismo se hizo presente, haciendo que el bebé llorará más.

—Hey, cachorro, aquí estoy–dijo suavemente, como si no estuviera al borde del llanto por no saber que hacer.

El llanto de Jonathan cesó, dejando un silencio que tranquilizó al alfa. Se acercó hasta la cama, corriendo algunas almohadas y sentándose.

—Á–dijo el bebé.

—Tu "á" esta durmiendo, no quería despertarlo. ¿Te parece bien si te quedas conmigo?–preguntó sonriéndome, Jonathan asintió como si entendiera.

El bebé gateó hacia su regazo y Harry lo ayudó, se paro en sus piernas y lo abrazó. El alfa no se esperaba eso y jura que su corazón se derritió.

...

—¿Que piensas si le hacemos una cena sorpresa a Louis?–le preguntó al pequeño, quién estaba en sus brazos. Este asintió– Quiero cocinar pasta ¿Ravioles te parecen?–el bebé volvió a asentir.

Harry se movió unos pasos hacia la heladera, buscando algunas verduras.

—Bueno, por lo visto no hay mucho–dijo mirando un poco de pollo que, por lo que se veía, sobro y unas verduras cortadas por la mitad.

El timbre sonó asustando al mayor, cerró la heladera y salió de la cocina fijándose si Louis se había despertado, lo cual no fue así. Le pareció extraño que toquen timbre, pero atendió con el bebé en brazos.

Abrió la puerta encontrándose con un rubio sonriente.

—I–alll–dijo el cachorro.

Harry recordaba al rubio.

—¿I–al?–dijo Harry enmarcando una ceja.

—Soy Niall, señor...

—Harry.

—Soy Niall, señor Harry, mucho gusto. Hola John.

—La–dijo.

—¿Que te trae por aquí?

—¿Está Louis?

—En este momento está durmiendo.

—Oh, okey, le dejo estas verduras. Olvide traerlas antes, dígale que lo siento–dijo dándole una bolsa llena de verduras.

—Muchas gracias, le dire. La verdad necesitaba verduras, gracias.

—No hay porque, con permiso.

—Adiós, Niall.

Harry lo saludo moviendo la mano para que el cachorro lo hiciera, cosa que resultó.

—Okey, bebé, tenemos verduras.
...

Una hora mas tarde Louis despertaba, no sentía el aroma de Harry cerca y de pronto la tela de los pantalones del alfa era áspera. Cuando pudo recuperar la conciencia cayó en cuenta que estaba acostado en el sofá completamente solo. Se asusto por un momento porque no escucho nada y Jonathan seguramente estaba mal, se maldijo en todos los idiomas posibles. Se paro rápido, mariandose un poco e iba a dar unos pasos cuando el olor a comida inundó sus fosas nasales.

Park | l.s (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora