XXI

31 9 3
                                    

Mateo.

Mi infancia no es mucho la que todos se imaginan.

Diversión. Juguetes carísimos. Viajes. Artefactos electrónicos de último modelo.

Todo eso era cierto, en parte. Pero también me ponían profesores para estudiar en casa toda la semana exceptuando los fines de semana.

¿Me vas a preguntar sobre Historia Universal? Te digo nombres, lugares y fecha exacta de cualquier hecho importante que haya ocurrido.

¿Quieres que resuelva alguna ecuación? Adelante, ahórrate darme lápiz y una hoja, todo esta en mi cabeza.

¿Ideas de negocio? ¿Como manejar dinero? Por supuesto.

Claro que al principio de niño no entendía para que me exigían demasiado, era solamente un niño, pero al ser hijo único se me exigió excelencia en todo para probar que soy capaz de manejar la herencia familiar y demás negocios.

Gracias a mis dotes de sabiduría y esos profesores particulares que iban a casa, no tuve que leer ni un solo libro para poder dar el examen de la universidad. Es que soy un genio.

Actualmente no he leído mas de dos paginas de un libro desde que empezaron las clases por estar de babysitter con Andrew, pero seguía siendo bastante listo para pasar un simple control de lectura.

—Listo, acabe— me doy un respiro y me levanto para darle el examen al profesor, que miraba a cada uno de los demás estudiantes buscando algún indicio de plagio. Parecía tener una mirada de querer jalar alumnos.

—Puede retirarse, joven Vidal— me dice cuando entrego la prueba, sin darme si quiera una mirada de despedida. Viejo mala leche.

Me di la vuelta unos segundos para ver a Andrew. Su aspecto demacrado y mirada preocupada no me da buena pinta de nada en este examen. Espero salga librado.

La pantalla de mi celular vibra, mostrándome una notificación de nuestra aplicación universitaria. Al parecer el profesor programó para que en medio del examen aparecieran los grupos asignados para el trabajo integrador. Que desgraciado.

Entre a la lista que había subido y empiezo a buscar mi apellido.

Vidal... Vidal... Vidal... ¡Vidal!

Vidal. Espinoza. Petrova.

¿Teníamos un compañero con apellido de vampiro?

Bueno, no es que le preste atención a las personas y mucho menos empatizo con ellas.

Escucho una voz conocida y cansada detrás. Andrew corriendo con su mochila infante vienen hacia mi.

—¡Mateo!— sujeta mi hombro —Debes ayudarme en la siguiente prueba, he salido tan mal que siento que me botarán de la universidad luego de ver mi nota.

—Por un jalado no te echan, aunque no se como aplicará en los becados.

—¡Por favor, te lo ruego!

—Estoy de arrimado una semana en tu casa, lo mínimo es ayudarte a pasar este curso de mierda— nos damos los puños como hermanos y me abraza.

—Me muero sin ti, eres como... la luna de mi sol, la mugre de mi uña, la nalga izquierda de mi nalga derecha— habla como todo un poeta aunque salga pura tontería de su boca.

—La patada de tus huevos que meteré ahorita si no te callas. Te ayudaré, pero busca en nuestra clase a un tal... —miró mi celular para ver nombre completo del sujeto— Ian Petrova, tenemos que hacer un avance con el sobre nuestro proyecto, y justamente es de este curso. Así que encuéntralo.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 07, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

¡Saliste de un libro! © #1Where stories live. Discover now