Citas peligrosas: parte II

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Había más gente en la plaza de la que había en las calles de Caiyi Town, lo que no solía suceder a diario, pero aquel no era cualquier día, era la semana navideña, en la que cada día iban bandas locales a tocar en la zona de comida sus hermosas melodías, sean de su propia creación o covers de artistas locales e internacionales.

Había escuchado que ese día en específico iría una banda de rock local muy famosa que había hecho su debut no hace mucho, por lo que era normal que el lugar estuviese abarrotado. Amaba el rock, deseaba quedarse a ver el show pero por el momento estaba más interesado en llegar al local de osos de felpa que su jie jie le recomendó visitar con Lan Zhan.

No creía que a su amigo le gustase visitar una tienda de ese tipo, pero seguiría al pie de la letra las sugerencias de su hermana, al fin de cuentas ella era experta en hacer sentir a la gente feliz durante sus paseos, algo que quería lograr para su segundo jade.

Estaban por cruzar el pasillo que conectaba al área de comida con las tiendas comerciales cuando la gente comenzó a correr hacia el frente, casi llevándose consigo a su acompañante, pero Wei Ying reaccionó a tiempo, tomándolo de la mano y llevándolo a la esquina más alejada de la gente, quienes ya se encontraban gritando de júbilo mientras los primeros rasguidos de una guitarra sonaba enfrente.

Se estaba asegurando que ya no hubiese gente corriendo en sentido contrario cuando se dio cuenta tardíamente que seguía sosteniendo la mano del joven de ojos dorados. Apenas iba a pedir una disculpa cuando el susodicho apretó su mano, como para no soltarlo, y lo guió por el pasillo en el que pensaban entrar.

Su corazón volvió a latir como en el café, tanto que temía que Lan Zhan lo descubriese, pero grande fue su sorpresa al ver sus orejas sonrojadas. Estaba a punto de sonreír a aquello pero también prestó mayor atención a los aretes que traía. Ciertamente eran su estilo, pero se preguntó porque el segundo joven Lan se había interesado repentinamente en hacerse perforaciones, ¿habrá sido por algún motivo personal, o...?
¿Por su influencia? Esperaba que no lo fuera, sino estaba seguro Madam Yu lo mataría.

Se sentía como si hubiese manchado un hermoso lienzo con tinta negra, arruinando una obra de arte. Algo en su corazón se oprimió. Puede que hace casi un año aquello no le hubiese interesado, es más, le hubiese divertido, pero ahora... Ahora sabia que no debía involucrar mucho a la gente, podrían salir perjudicados, como ellos.

Últimamente estaba recordando constantemente todo lo ocurrido en Yiling, todo lo que lo había llevado a llegar a GusuLan, y no le gustaba. Era de las personas que no le gustaba aferrarse al pasado, era mejor olvidarlo, pero...
Simplemente lo seguiría a donde fuera, como lo siguió a Gusu y como lo haría por más que fuera a otro colegio. Olvídalo. Vivir de esa manera no era su estilo, primero preguntaría a Lan Zhan, debería saber que suponiendo algo no significara que fuera verdad.

Y hablando del rey de Roma, en esos momentos soltó su mano. Miraba al frente aún con las orejas rojas. Aquello le sacó una sonrisa, ¿quién creería que el segundo joven Lan era tan tímido? Decidió no molestarlo por ello en esos momentos, así que miró al frente, para confirmar que habían llegado al local recomendado por su jie jie.

El lugar parecía la ciudad de los peluches. Desde afuera podía observar variedad de ositos de felpa de todos los tamaños y de diferentes animales: patitos, ositos, jirafas, monos. En una esquina pudo ver un pequeño Pikachu que parecía tener el ceño fruncido.
-¡Entremos!
Ya sabía a quién darle aquel osito. Su amigo lo siguió silenciosamente.

Tomó una canastilla y se dedicó a buscar ositos para todos sus amigos. No llevaba mucho dinero así que solo eligió llaveros para cada uno: un Pikachu para A-Cheng, un hamster con un abanico para Nie Huaisang, un osito en forma de galleta con chispas de chocolate para Xue Yang, lamentándose no encontrar uno en forma de dulce, un pequeño pandita para Mo Xuanyu, una flor de loto para Yanli y tres ositos adicionales en forma de sol. Estaba por preguntar a Lan Zhan si le gustaban los llaveros pero ya no estaba a su lado.

The Legend Of Yiling LaozuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora