Sirius... Enamorado De Remus

Sirius... ya es hora

Ya era Navidad y Sirius recibió su regalo más temprano de lo esperado, fue despertado con un suave movimiento en el hombro. Realmente no se sorprendía que alguien estuviera en su habitación normalmente dejaba la puerta abierta porque allí nadie era capaz de molestarlo y siempre tocaban la puerta, a excepción, claro estaba de James que no veía la necesidad. Se iba a molestar un poco si era James por alguna idiotez pero al  abrir los ojos y ver qué era Remus se sintió bendecido por el espíritu de la Navidad, se despertó más rápido de lo normal y sonrió de manera perezosa, Remus le devolvió el gesto aliviado.

- Feliz Navidad Sirius.

- Feliz Navidad Remus - contestó alegre-.

- Perdón por despertarte, sé que no te gusta despertar temprano al menos que sea un partido de Quiddicht pero sinceramente yo no podía - Sirius levantó una mano y Remus exhaló, había dicho todo esto muy rápido y el pelinegro aún con la cabeza embotada solo había entendido un tercio de lo que había dicho-.

- De qué hablas Remus?

- Desperté temprano pero antes de salir de mi habitación escuché a James y a sus padres, estaban... - Remus dejó la frase al aire, como si no supiera como terminarla, Sirius sabía a la perfección a lo que se refería-.

- Y estaban actuando como la familia feliz que son - Remus asintió aliviado de nuevo-. Si, se lo que se siente pero no debes por qué sentirte incómodo ellos de verdad te quieren, son personas muy honestas, ellos me han acogido y me tratan como si fuera su hijo además desde que llegaste no han hecho otra cosa que enamorarse de ti.

Ante eso último Remus rió.

- Ya quieres bajar? - Remus respiró hondo pero no respondió-. Seguro tus padres te enviaron algo - alentó Sirius con una sonrisa-.

- Bien pero no vayas a dejarme solo, aún así sería muy incómodo.

El corazón de Sirius a este punto estaba a reventar, quería saltarle encima y comérselo a besos.

- No tienes por qué preocuparte por eso - aseguró más calmado de lo que en realidad estaba-. Solamente será unas horas luego en la tarde la casa estará a rebosar de gente del Ministerio y ni siquiera nos van a notar, así que no te preocupes.

- Que no me preocupe? Y esto va a estar lleno de gente del Ministerio? - Sirius vió como el pánico comenzaba a hacerse un camino en su rostro-.

- Oye, oye no me expliqué bien, esto va a estar lleno de adultos y a nosotros nos van a ignorar, te lo prometo Lunático, nadie nos nota luego de un rato entonces, usualmente, James y yo robamos una botella de whisky de fuego y la llevamos al techo, a veces Fleamont nos presta su varita y le jugamos bromas a quiénes están más ebrios, es divertido.

Remus pareció visiblemente más tranquilo y asintió.

Ambos salieron de la habitación de Sirius en pijamas, el pelinegro con una gran sonrisa en el rostro tomando de la mano a Remus que aún creía estar interrumpiendo un momento familiar. James fue el primero en verlos y al ver tal escena sus ojos se iluminaron y comenzó a saltar mientras reía.

- Ya sabía yo que hacen una excelente pareja! - exclamó alegre con un paquete a medio envolver en su brazo-.

El árbol de Navidad estaba, si era posible, más brillante que de costumbre, y debajo de este aún había regalos por destapar, seguramente de Remus y Sirius.

Canuto abrió los ojos reprendiendo a su amigo, James al percatarse palideció.

- Ja,ja muy gracioso Cornamenta - comentó Remus un poco avergonzado-.

- Feliz Navidad, chicos! - dijo Euphemia entrando en la habitación con un lindo conjunto navideño, salvando la situación para James-.

La mujer se acercó a ambos y los abrazó con fuerza, los soltó y tomó a Sirius haciendo que perdiera el agarre  con la mano de Remus.