III

21.4K 474 2.1K
                                    

Era el quinto día del descanso de Aether

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Era el quinto día del descanso de Aether. El verdadero descanso comenzó hace dos días atrás, pero todo ese tiempo contaba en el total de las dos semanas que había prometido estar lejos de Paimon. El cuarto día dejó descansar a Xiao y a su propio cuerpo, tenía grandes planes para los siguientes días que quería cumplir al pie de la letra; sólo iba a divertirse y disfrutar de esos agujeros que el Adeptus le estaba dejando usar. Pero extrañaba a su fiel compañera, así que pensó en visitarla y contarle que ya no fue a Mondstadt. Cuando llegó a Liyue y al restaurante Wanmin, no se encontraba ni Paimon ni Xiangling, supuestamente ambas habían salido en una recolección de ingredientes. Rio para sí mismo, su amiga estaba teniendo sus propias aventuras también, pero sí se sentía extraño que fuera sin él; le restó importancia, las encontraría durante el día cuando regresaran de su pequeño viaje. Paseando por las atareadas calles de la región de los contratos, observó su alrededor; había un ligero ambiente festivo, pero no a gran escala. Se estaba celebrando una función especial en uno de los restaurantes de la ciudad de Liyue, donde el cuentacuentos Tian narraba animadamente una de las tantas increíbles historias de Rex Lapis.

Había una gran cantidad de gente acomodada en mesas cubiertas con una fina manta de seda bien bordada, reluciendo la sabrosa comida junto a la gran decoración del lugar. A pesar de ser un evento pequeño no significaba que le colocaran menos empeño que a las grandes festividades a nivel región. A Aether le agradaba la vista y el entorno, pero resurgió una pícara idea en su cabeza luego de ver las mesas con los largos manteles sobre ella; relamió sus labios, acercándose a la gente que disfrutaba de la función y la comida.

—Disculpe —dijo—, ¿este evento estará disponible todo el día?

—Oh, sí —una amable mujer le respondió con una sonrisa—. Cubrirán hasta más o menos las diez de la noche, deberías quedarte y escuchar, son de las historias más inéditas del rey Geo.

—Ya lo creo —sonrió para sí mismo—, gracias.

—Por cierto, viajero —comenzó, prevenía lo que pasaría—, ¿podrías ayudarme con algo?

—No —dijo y se marchó rápidamente.

Escapó lo más veloz que pudo antes de que aquella señora le pidiera un encargo extraño. No quería arruinar su humor antes de llevar a cabo su intención.

Pasó la tarde rondando por Liyue, comió aperitivos de negocios pequeños y recolectó algunos materiales que podían serle útil en el futuro; una costumbre que aprendió después de todo ese tiempo viajando de aquí para allá, uno nunca podía saber si algo que llevara encima lo iba a pedir alguna persona desconocida en el camino a cambio de una mínima recompensa. Durante su momento a solas decidió no visitar a Paimon cuando regresara, por lo que evitó el Restaurante Wanmin. El atardecer ya era visible y se acercaba el momento previsto para sus juguetonas acciones. Era consciente de que existía la posibilidad de que Xiao, la pieza importante de su juego, se negara rotundamente a realizar algo como eso; pero también sabía que se colocaba muy débil ante sus peticiones, después de todo no conseguía oponerse por completo a su propio deseo de placer.

Desestrés [xiaoether]Onde histórias criam vida. Descubra agora