10. UNA ROSA CHEROKEE Y UN CORAZÓN ROTO

452 38 12
                                    

Traté de secarme las lágrimas, pero no paraban de brotar de mis ojos, como si de cascadas arrítmicas se tratara. Lori me tomó del brazo y me alejó del resto.

― ¿Cómo pasó?― le pregunté con la voz entrecortada, evitando que hablase ella primero.

Sabía que había notado que algo no iba bien porque ella, después de todo, entendía casi a la perfección mi lenguaje corporal.

― No trates de disimular conmigo, ¿qué ha pasado?

Intenté tranquilizarme, hacerle creer que sus sospechas eran infundadas, no quería llenarle la cabeza con mis preocupaciones. Bajé la vista ante la insistencia de su mirada, puesto que era incapaz de contener las lágrimas. Por una parte, sentía que ella me entendería, por otra, sabía que no estaría de acuerdo con la actitud que había mantenido con Carol.

― No ha pasado nada.

― Sara, te conozco y esa cara significa de todo menos "no ha pasado nada". ¿Te has peleado con Daryl?

Los recuerdos que evocaron sus palabras hicieron que me hirviera la sangre, apreté los puños. Se dio cuenta de cómo había ido creciendo la tensión en mi cuerpo y me acercó a ella, estrechándome entre sus brazos. Me derrumbé, no fui capaz de contenerme más. Siempre fui una chica bastante reservada, intentaba callarme todo lo que sentía y pensaba para no molestar al resto con mis problemas, la enfermedad de mi madre me hizo preocuparme más por ella que por mí y así fue como aprendí a dejarme en segundo plano. Protegía a los míos ocultándoles mis problemas o mis tristezas, no lloraba ante nadie o al menos lo intentaba. En cierta parte, esa especie de coraza me había ayudado a protegerme durante muchos años, o eso creía yo, pero con Daryl, Lori o Glenn me era muy difícil mantenerme fría. Esa forma maternal de tratarme que tenía Lori me hizo abrirme rápidamente, hasta llegar el punto en que no era capaz de callarme cuando me presionaba un poco, me desbordaban los sentimientos.

― Mi niña, ¿qué tan mala ha sido esa pelea?

Me separé de ella para poder verle el rostro, aunque las cortinas de lágrimas que me cubrían los ojos no me dejaban distinguir correctamente sus rasgos.

― Digamos que me ha roto por dentro.

Quiso abrir la boca para decir algo pero estaba desconcertada.

― Dale no entendía por qué habíamos dejado que te fueras con una desconocida, así que le respondí que no podíamos pretender que, tras lo que te había dicho esa chica, te quedaras con nosotros llorando como un alma en pena. Lo admito, lo dije por Carol, ¡estoy cansada de que no haga nada mientras los demás nos pasamos el día tras alguna señal del paradero de su hija!― Lori me miraba atentamente, esperando que terminara de hablar, así que proseguí.― Daryl no piensa igual que yo y me lo dejó bien claro diciéndome que no ha visto el hijo que me dé permiso para opinar sobre el tema.

Atónita ante lo que acababa de contarle, pareció no tener respuesta a mis palabras. Suspiró.

― Por tu actitud, entiendo que el asunto de tener hijos es importante para ti.

Asentí mientras las lágrimas volvían a resbalar por mis mejillas.

― Te entiendo, y entiendo tu posición sobre lo que ha sucedido con Carol. El hecho de no tener hijos no te exime de poder expresar tu opinión con total libertad. De todas formas, tienes que entender que Carol es muy diferente a mí, es una mujer muy sensible y supongo que Daryl ha tratado que entendieras que tus palabras podrían herirla.

― Nos hemos estado jugando la vida por Sophia. Daryl y Andrea salieron anoche al bosque para buscarla, mientras su madre estaba a salvo. Estoy cansada de esta situación. Ha estado culpando a Rick desde el primer momento, tú misma has podido observarlo, pero no ha sido capaz de tomar la iniciativa e ir a buscarla. Tengo las mismas ganas que el resto de que aparezca esa cría, no quiero perder más gente de la que ya he perdido, Lori, pero eso no quita que no esté de acuerdo con todo lo que está sucediendo.

My bow girl  [Daryl Dixon]Where stories live. Discover now