25. Haz lo que quieras conmigo

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Recuérdenme no hacer tratos con ninguna bestia

Después de experimentar múltiples orgasmos, estar llena de su semilla y quedar temblando como gelatina de las piernas, me encuentro abrazada por Kaden de la cintura.

Hace un rato desperté e intento salir de sus garras, pero son tan firmes que no logro escapar.

Aunque los leves movimientos que hice me costaron mucho, mi cuerpo duele, hace unas horas no lo hacia, solo me sentía muy cansada y satisfecha, mas no adolorida.

Una vez bajado toda la adrenalina y excitación mis extremidades gritan que duele. Mi pelvis atrae suplicio punzante, ¿podre pararme sin que mis piernas fallen en el intento?

Sonrío abochornada y me escondo en el cuello del rubio, ocultando mi sonrojo por los recuerdos frescos de la actividad que tuvimos.

-Pequeña, me haces cosquillas -habla ronco, despertándose.

Salgo de ahí y él voltea, todavía no abre del todo los ojos y al sonreír se ve tan jodidamente tierno. Me aplasta mi cachete y manoteo su mano.

Con ella misma tapo mi cara y Kaden forcejea queriendo quitarme la mano de ahí. Aplico fuerza de no sé donde pensando que estaba ganando a lo que de un parpadear ya me tiene debajo de su cuerpo, sin aplastarme, sujeta mi manos con cierta dificultad ya que no me rindo y las coloca a cada lado de mi cabeza.

Cierro los ojos y siento a un mas vergüenza de que me vea sonrojada.

-Tu cara esta hecha un tomate -se ríe y siento su vibrar en mis pechos desnudos que rozan su torso trabajado-. ¡Oliver!

-¡No! ¡No lo llames! -no puedo estar mas roja, le ruego, pero sigue gritando en risas, vuelvo a forcejar queriendo desaparecer-. Kaden...

-Te ves tan hermosa, deja que te apreciemos.

Sacudo mi cara logrando cubrirme con mi cabello alborotado, escucho la puerta ser abierta y me siento aun mas caliente de las mejillas.

-¿Por qué la tienes así? -su voz desconcierta llega a mis oídos y dejo de moverme.

La bestia encima de mí se ríe divertido con esta situación, me sopla, pero no obtiene nada.

-Quítale el cabello de la cara y lo sabrás.

-¡No! -me pongo histérica y meneo la cabeza, su tacto es frio, sin embargo, mi ostro es descubierto.

-Aww, que lindura -sus facciones se contraen haciéndolo ver a él doblemente tierno con tu y hematomas en su rotro..

Selleva la mano a la boca y sale de la habitación apresurado.

-¿Ya, feliz? Bájate.

No lo hace, baja su cara robándome un beso y cuando veo la intención de darme otro volteo, pero sus besos caen a mi cuello, mordisquea y me quejo, esa zona esta sensible por lo antes ocurrido.

-Tienes que verla, esta convertida en una cereza.

Mis oídos capotan la risa melosa de Oliver y se que trajo a la otra bestia, Kaden se levanta sin soltándome las muñecas y queda a horcajadas de mí, la sabana que nos cubría a ambos queda alrededor de su caderas tapándolo y lo demás mío esta expuesto, por alguna razón no me avergüenza.

Que vean mi cuerpo desnudo, ya no.

En cuanto diviso a Adam mis manos van directo sobre mi cara que esta caliente, el rubio reniega nombrándome y descubre mi sonrojo sujetando mis antebrazos encima de mi estomago.

El pelinegro me ve y se le escapa una sonrisa, toma asiento en la cama y con sus dedos me aprieta las mejillas salvajemente provocando que proteste con un jadeo interno y sacuda la cabeza.

Poliamor enfermizo © [Versión 2020 ]Where stories live. Discover now