Amor de Verano [PAUSADA]

4# LA BIENVENIDA

Domingo, 22 de agosto de 2021

—¡Que rápido habéis llegado! —dice Milagros, la abuela de Simón, mientras les llena de besos y abrazos.

—Pues lo normal mamá, unas cuatro horas. Lo que pasa que hemos madrugado un poco más de lo normal. —le explica Nuria.

Sacan todas las maletas del coche y se dirigen a la casa. Está exactamente igual que como la recordaba.

Por fuera, tiene apariencia rural, simulando una estructura de piedra con una capa de pintura blanca y un tejado rojo.

Al entrar, la casa cambia completamente. Está mucho más modernizada, luciendo como una vivienda totalmente nueva, con su televisión de última generación y todo.

—Hemos cambiado algunas cosas de sitio. Como ahora teníamos mucho tiempo libre nos ha dado por redecorar todo. —explica Milagros, mientras señala los muebles nuevos.

Llegan hasta la cocina, donde su abuelo Antonio les espera.

—¡Abueloo! —exclama Valeria, corriendo hacia sus brazos.

Simón le abraza, casi un minuto después de que su hermana se despegara por fin del hombre.

—Voy subiendo las maletas a la habitación —informa Simón mientras su madre y su abuela siguen a lo suyo, viendo la nueva distribución de la casa.

Llega al piso de arriba. De los cinco dormitorios que hay se queda con el más grande, que está pegado al baño de esa planta.

Tras unos segundos de planteamiento, aprueba su decisión. Deja su maleta encima de la cama, con intención de deshacerla más tarde.

Su móvil vibra en el bolsillo de su pantalón. Es un mensaje de Andrés.

"¿Has llegado ya?" Pregunta.

Con rapidez, teclea sobre la pantalla "Sí. Luego te cuento." y guarda el teléfono de nuevo en su bolsillo.

Va al piso de abajo con el resto, que están reunidos en la cocina, preparando la mesa para comer. Huele estupendamente al cocido de la abuela.

—¿No van a venir los primos entonces? —pregunta Valeria a su abuela.

—No pequeña. Al final se quedan en Madrid.

—¿Y eso? A mi me dijeron que vendrían también a pasar la semana —dice Nuria, algo extrañada.

—El niño, que tenía no se qué fiesta con sus amigos y no quería venir —cuenta Milagros indiferente.

En ese mismo momento, las miradas de Nuria y Simón se buscan. Madre e hijo se observan, manteniendo una especie de discusión, sin articular ninguna palabra.

Como si se leyeran la mente, ambos dejan el tema para después. Ninguno de los dos quiere montar un espectáculo delante de los abuelos.

—Pues esto creo que ya está. Sentaros que os voy sirviendo queridos —anuncia Milagros con alegría.

Todos obedecen y cogen hueco en la amplia mesa. La comida transcurre tranquilamente, saboreando el sabroso cocido y poniéndose al día de todo lo que han estado haciendo desde la última vez que vinieron.

Lo que Antonio y Milagros ni se huelen es la pelea que su hija y su nieto van a tener justo después.

¿Qué os ha parecido este capítulo? Estamos llegando al final de la introducción de la historia y dentro de poco empezarán a pasar cositas más interesantes.

He decidido daros una sorpresa de fin de año y subir también el siguiente capítulo, así que si estáis leyendo esto, ¿A qué esperáis para continuar con la historia del verano de Simón?

Espero que os esté gustando :D