Cap 7

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—Está bien, Bela —le dices, porque este abrazo lleva demasiado tiempo—. Debo seguir mi camino.

A regañadientes se apartó de ti, sus ojos buscando algo en tu rostro.

—Necesitamos hablar sobre tu comportamiento de hoy...

Ella bufó y se alejó hacia la ventana. —Eso es entre mi hermana y yo.

—Esto me preocupa mucho —le dices—, porque sucedió en mi salón de clases. Pudiste haberla lastimado gravemente.

—Ella habría estado bien —fue la respuesta desdeñosa. Recogió un libro y empezó a hojearlo, ignorándote.

¿Por qué estaba siendo tan terca?

Pero sentías que no harías ningún progreso con ella, así que decidiste irte. Caminaste sola todo el camino de regreso a tu habitación. ¿Por qué sentiste que las cosas se iban a complicar más con las hermanas?


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El resto de la semana pasó milagrosamente sin muchos incidentes. Y el viernes, te aseguraste de poner a prueba sus habilidades de oratoria para evaluar qué tan lejos habían llegado.

Daniela fue la primera. Había escrito el discurso en un papel arrugado por un apretón demasiado fuerte y por haber sido doblado y desdoblado una y otra vez. Tropezó con algunas de sus palabras y no mantuvo un buen contacto visual, demasiado involucrada en el papel. Sin embargo, sí escribió un argumento persuasivo para que le dieras puntos por eso.

Bela ha mejorado mucho. Apenas confiaba en su papel y hablaba con confianza y aplomo. Su argumento estaba bien razonado y le diste la máxima puntuación.

Cassandra fue la última, y ​​dada la amplia sonrisa en su rostro, no te iba a gustar. De hecho, su discurso fue solo ella tratando de coquetear contigo. Un ensayo persuasivo sobre por qué deberías acostarte con ella. 

—Número uno —se aclaró la garganta y siguió hablando. Bela puso los ojos en blanco ante esto y Daniela miró enojada la parte posterior de la cabeza de su hermana.

Interrumpiste a Cassandra antes de que pudiera llegar al punto tres. 

—Quédate después de clase. Necesitamos tener una charla.

Cassandra se animó con esto, y despidió a las demás para que se fueran.

—¿Fui tan buena que solo se necesitaron dos puntos para convencerte de que te acostaras conmigo? —ronroneó, esperando apenas a que sus hermanas salieran de la habitación. Ella intentó acercarse a ti pero tú te moviste hacia atrás.

—No, de hecho, estoy muy decepcionada. A pesar de todo lo que hablas de tus encantos, fallas para exhumar alguno. —Te paraste detrás de tu escritorio, colocaste las manos sobre él y te inclinaste. Eres consciente de lo que dirás y de lo inapropiado que será, pero te diste cuenta de que a veces tenías que combatir fuego con fuego. Y en el caso de Cassandra, coqueteo con coqueteo.

Cassandra arqueó una ceja mientras seguías poniéndote poética. —Tus ojos son tan brillantes como las estrellas guía, guiándome a mirar tu frente, tus mejillas y tus labios perfectos. Anhelo ser el viento para tener la libertad de acariciar tu rostro libremente, de soplar dentro de tus cabellos castaños. Envidio la ropa que usas porque pueden tocarte más íntimamente que yo. Y, sin embargo, aquí estoy, suplicando que solo tu mirada caiga sobre mí por un segundo para que mi corazón pueda estar tranquilo. —Terminaste de recitar una poesía que habías escrito hace unos meses.

Cómo ser una 'Dama' || Hijas Dimitrescu x LectoraWhere stories live. Discover now