28. Rutina

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Los vestigios del último celo de Momo desaparecen casi en conjunto con las esperanzas de la omega por quedar en estado. Con la alfa han intentado de todo, pero cada vez que se realiza una prueba de embarazo nueva esta sale negativa. Sana dice que todo esta bien y que cuando menos lo esperen habrán creado vida, Momo no le cree. 

En el tiempo de intentar e intentar, Momo se hace más cercana al otro omega que habita la casa. Este le ayuda y le da consejos aún cuando él solo pudo levar a término un solo embarazo. La omega está profundamente agradecida con Takayuki, Sana también está agradecida profundamente con su madre puesto que ha sido un gran apoyo para su omega en la medida que ella misma no podía (puesto que por razones obvias ella no tenía la capacidad de embarazarse como ellos dos). 

—Lo lograremos, cariño —dice la alfa al tiempo que coloca su zurda en la espalda de la fémina cuando esta sostiene entre sus manos otra prueba negativa. 

— ¿Crees que el universo me esté castigando, alfa? —cuestiona la omega presionando con fuerza la prueba como si aquel resultado pudiese cambiar. Sana parpadea sin entender a lo que su novia se refiere—, ya sabes... por ser Hirai. Mis padres no son buenas personas. 

Sana frunce el ceño. 

—Si el universo quiere castigar a alguien no entiendo porque serías tú, amor. Tú fuiste la víctima no le hiciste daño a nadie, son ellos y tus hermanos los que deben ser víctimas del karma después de todo lo que hicieron. 

Momo se muerde el labio. Y no dice nada más porque cada vez que menciona a sus padres Sana se inquieta como si de alguna forma estuviese echándose la culpa por no conocerla antes y poder sacarla de aquel lugar en el que vivió. 

Luego, lo intentan nuevamente. Sana inventa unas vacaciones en algún lugar lejano para tener más momentos a solas sin temor a que sus padres llegaran antes de la hora indicada y las encuentren en alguna posición indecorosa, y así se pasan el mayor tiempo posible en intentar. Y siempre están ansiosas por que aquella sea la prueba que de positivo. 

La que dio los resultados deseados, llegó una semana después de haber viajado, aún se encontraban en la cabaña que Sana encontró. Recuerdan que todo fue desordenado, frenético y rápido, con las hormonas de la rutina llenando el ambiente de olores afrodisiacos tanto para la alfa como para la omega que era sostenida por los brazos de la menor mientras esta embestía con fiereza en su centro. 

La omega tuvo que realizarse más de una prueba para estar segura que aquellas marcas que hacían ver que el resultado era positivo, eran, de hecho reales. Se realizó un total de cinco de estas, las cuales todas indicaban la misma cosa; estaba embarazada. Al fin. 

— ¡Alfa! ¡Alfa! —dice con una de ellas entre sus manos. Cuando Sana lo vio, abrió grandes los ojos— ¡Seremos madres! 

Sana no dice nada. Solo estrecha a la mujer entre sus brazos y solloza mientras asiente. 

Lo serán. Luego de tanto, al fin, serán madres. 

*** 

¡Solo tres capítulos más! 

In the heat of the morning [SaMo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora