CAPITULO 29

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- ¡MIERDA SUNGCHAN CONTESTA EL MALDITO TELÉFONO! - rugió Mark a su lado mientras conducía agresivamente.

Estaba pasándose todos los altos y tocaba la bocina desenfrenadamente si había un auto delante.

- ¡¿POR QUÉ MIERDA NO CONTESTABAS?! ¡VE A CASA DE HAECHAN! ¡TODO ESTE MALDITO TIEMPO PERSEGUÍ A LA PERSONA EQUIVOCADA, ES JAEMIN, JAEMIN ES EL ASESINO Y VA POR HAECHAN POR FAVOR...! - su voz se quebró - Es muy lejos, estoy a cuarenta y cinco minutos de su casa, llegaré los más rápido posible pero... Pero... - carraspeó - Por favor salvalo.

Colgó, lágrimas de desesperación e impotencia rodaban descontroladas por las mejillas del detective, tenía miedo que fueran a tener un accidente ya que conducía en semejante estado. Pero Mark parecía haber perdido el interés por su propia vida en cuanto pensó en Haechan.

El detective se limpió las lágrimas furiosamente que le nublaban la vista y dió una vuelta de forma horrible que casi se estrellan con un poste.

Jeno a su lado permanecia en silencio, no sabía que decir, fue como si su mente y su alma hubieran abandonado su cuerpo.

No podía ser verdad, no su Jaemin, él no haría algo así.

Jaemin, su brillante Namin era un ángel, era la mejor persona que había conocido y que tuvo la mala fortuna de toparse con alguien como él.

Entonces los recuerdos lo bombardearon haciéndolo sentir aplastado por su peso, él era el culpable y nadie más de eso.

Él había convertido un ángel en demonio, él había hecho cambiar a Jaemin, todo era su culpa, él le arrebató su preciosa esencia solo por qué no supo ser una buena persona para él.

Aún ahora era difícil de creer, ¿Por qué Jaemin le haría algo así a sus amigos? ¿Por qué a las personas que tenían razón y se preocuparon por él? ¿Por qué a las personas que lo habían salvado?

De un momento a otro todo pensamiento abandonó su mente, fue como si algo se hubiera roto dentro de él y no sintió nada más. Tal vez sí, se sentía como un cascarón vacío.

- ¿Por qué estabas ahí Jeno?

La voz dura, fría y firme le causaron un escalofrío.

- Jaemin me dijo que iba a darme una sorpresa. - tragó - Mark... Jaemin no...

- ¡Cállate! - le gritó - ¡Si le toca solo un cabello a Haechan lo mataré con mis propias manos!

No dijo nada más, no tenía como defenderlo, ni a él ni a Jaemin. Todo era tan sorprendente que parecía irreal, ojalá y esto no fuera real, pero lo era.

Llegaron mucho más rápido de lo que imaginó gracias a la conducción de Mark, solo fueron veinticinco minutos.

Mark bajó del auto sin apagarlo, había varias patrullas y la casa ya estaba acordonada mientras algunas personas miraban curiosas qué sucedía.

Sentía un hueco en el estómago y el pecho, era como si sus piernas se movieran solas por qué él ya no tenía control de su cuerpo, solo quería ver a Haechan, solo quería saber si estaba bien, solo deseaba poder ver esa sonrisa y tomarlo en sus brazos alejando todo rastro de miedo o confusión.

Pero no fue así, Sungchan se interpuso en su camino cuando estaba por llegar a la puerta.

- Mark no...

Lo empujó para quitarlo del camino, el detective se tambaleó pero regresó con él bloqueandolo del camino nuevamente.

- ¡No puedes entrar!

- ¡QUITATE DE EN MEDIO MALDITA SEA! ¡NECESITO VERLO!

La sangre comenzó a hervirle, iba a golpear a Sungchan cuando perdió toda fuerza en sus piernas, había una verdad que no aceptaría nunca aunque ella le estuviera gritando en la cara.

Forget - NoMin Where stories live. Discover now