16|La Ruptura.

1.8K 274 85
                                    

Eduardo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Eduardo


El sol se ha puesto cuando arribo a mi departamento. Me he pasado la noche entera con Jess recordando los viejos tiempos que vivimos juntos. El recuerdo sigue tan vívido que apenas me he dado cuenta de lo mucho que hemos tenido que atravesar para llegar a coincidir una vez más.

Pero, hemos vuelto a coincidir en un mundo atestado de personas.

Y me aferro a ese suceso que ha cambiado todo.

Porque lo ha hecho. Desde aquella noche en la que coincidimos de la forma más inaudita que pueda existir; mi vida ha dado un puto giro de ciento ochenta grados.

Con una sonrisa, que sospecho no podré arrancar de mi cara durante el resto del día, me zambullo en el ascensor. Un tintineo precede a la apertura de las metálicas puertas. Echo un vistazo a mi rostro a través del espejuelo. Tengo el cabello hecho un desastre, al igual que la ropa arrugada. Dos grandes círculos ennegrecidos se pintan debajo de mis parpados como una señal evidente de mi trasnocho.

Mierda, dude. Estoy tan perdido justo ahora.

Sigo sin poder creerme que todo esto esté sucediéndome a mí. Y, siendo sincero, creo que vamos por un buen camino. Jess, finalmente, ha admitido sus sentimientos por mí. Imaginar que he tenido que aguardar diez años para escuchar esas palabras salir de su boca.

¡Diez años!

¡Mierda!

La euforia me atrapa mientras deambulo por el vestíbulo vía a mi departamento. Me detengo frente a la puerta, y hurgo en los bolsillos de mis vaqueros para encontrar la llave. Demoro alrededor de varios minutos, hasta que me la tropiezo. La inserto en la cerradura, y empujo mi hombro contra la puerta en una maniobra que habíamos tenido que ingeniarnos para abrirla últimamente. Deberíamos llamar a un herrero, pero Eugene insistió en hacerlo antes de irnos del apartamento para no gastar en cosas innecesarias antes.

Suspiro, abriéndola con cuidado.

Acto seguido, me encuentro con, posiblemente, la escena más perturbadora que haya podido imaginarme en la jodida vida.

—¿Qué demonios ocurre aquí? —emito, con mi mano todavía sosteniendo el picaporte.

Enseguida, los dos cuerpos sudorosos y semi desnudos que se besuqueaban apasionadamente en el sillón, se alejan con avidez.

Miro a Loise, cubriéndose con una manta. Su cabello platino vuelto un estropajo.

Sin otra alternativa, Eugene se cubre ahí con grandes almohadones.

Permanezco analizándolos en un silencio que me pasma. Ellos también se han enmudecido. Se ven entre sí, incapaces de hablar.

Sin embargo, su reacción solo me causa gracia.

Conexión Irresistible © [Pausada]Where stories live. Discover now