Capitulo 12

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Narrado por Daniel Valencia

Beatriz me llamó una semana después de nuestro encuentro en aquel funeral, diciéndome que habría una reunión de emergencia en Ecomoda. Con el corazón agitado, le contesté que iría sin falta, intentando por supuesto que mi tono de voz no delatara mi emoción por verla. Intentando también, no avergonzarme a mí mismo, pero no tenía sentido, no pasó un solo día en que aquel par de ojos y esa sonrisa, no me vinieran a la mente.

Me bañe con esmero, peine mi cabello con gelatina y me puse uno de mis mejores trajes, yo quería verme guapo para ella, aun cuando me repetía a mí mismo que me arreglaba porque era una reunión importante, en el fondo sabía que mis motivaciones eran otras. Me puse loción, un reloj y el mejor perfume que tenía, cuando me vi en el espejo alce las cejas, bastante satisfecho con mi apariencia.

Contraté temporalmente a un nuevo chofer, el que tenía era chileno y tomó la decisión de regresar a su país, por ello en todo este tiempo estuve manejando, ninguno de los choferes a los que evalúe me gusto. Sin embargo el chofer que tenía ahora, era un señor llamado Alfonso, era un excelente conductor que giraba el volante con una precisión única, haciendo que las vueltas simplemente no se sintieran. Aquella mañana, avisé previamente a la oficina, que llegaría hasta después del almuerzo. Así que con cuidado, me baje del coche frente a las puertas de Ecomoda.

-Buenos días-dije sorprendido al ver a Mariana atendiendo la recepción-.

-Buenos días Doctor Valencia-contestó tímidamente Marina-.

-¿Por qué estás tú atendiendo la recepción y no Ana Maria?-pregunte, llamando al ascensor-.

-A mi me cambiaron aquí, la mayoría de las secretarías están cambiadas, han habido muchos cambios-yo solo me limite a alzar la cabeza, asintiendo, tenía razón, sin contestarle entre al ascensor marcando el piso correspondiente.

-¿Dónde está la Doctora Beatriz?-pregunté a Sandra al salir, ella pareció asustarse al escuchar mi voz, yo solo le sonreí torcidamente, cosa que creo la incomodó más-.

-En la sala de junta, la reunión empieza dentro de 30 minutos-dijo sorprendida por mi presencia-.

-Eso ya lo sé, llevas tanto tiempo viniendo en esta empresa y no sabes de mi debilidad por la puntualidad-conteste sarcásticamente, viendo cómo alzaba las cejas dudosa-.

-De todos modos, gracias-dije escuetamente, caminando hacia la sala de juntas, abriendo las puertas giratorias suavemente, con los latidos nuevamente agitados-.

-Buenos días-dije en voz baja, viendo como Beatriz sorprendida se ponía de pie-.

-Buenos días Doctor Valencia, no lo esperaba tan temprano-contestó señalando una silla a dos sillas de distancia de la suya, me senté nervioso con las manos sudorosas por volver a verla-.

-Hace poco pedí café ¿Te gustaría tomarte uno?-contesto aun de pie-.

-Por supuesto, me encantaría-conteste nervioso, acomodando mi corbata, me sentía repentinamente acalorado-.

Ella asintió, caminando hacia una bandeja, de inmediato mis ojos notaron que llevaba un bonito pantalón blanco que dejaba ver la bonita forma que tenían sus caderas y sus nalgas. Me lamí los labios, sin que ella se diese cuenta y me quite el saco, al sentir una dura erección en mis pantalones, lo que daría por verte desnuda.

-Toma-dijo trayendo gentilmente una taza-.

-Muchísimas gracias Beatriz-conteste recibiendo la taza de café con ambas manos-.

-¿Puedo llamarte por tu nombre o prefieres que te llame Doctora Pinzon?-pregunte viendo como ella titubeaba al sentarse, acomodando un documento con sus delicadas y femeninas manos-.

Bajo el encanto de tu inteligencia-Daniel y BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora