Francia López secretaria en una de las más grandes empresas de New York.
Desde el momento en que Andrés Rojas su nuevo jefe posa los ojos en ella su mundo comienza a tabalearse.
Tensión sexual
Atracción inevitable
Ambos comparten una pasión irres...
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FRANCIA LOPEZ
La puerta de metal se abre de manera tan brusca que hace me levante de un tirón, apenas había logrado conciliar el sueño, más bien dicho quede dormida. Porque cada nervio y cada neurona me mantenía alerta, que dormir no era una buena idea en este lugar. Pero vuelvo a abrir los ojos. Mi vista es borrosa y me maree un poco al incorporarme tan rápido. Una vez mi mirada divisa a mis secuestradores en pasamontañas caminando hacia a mí me tenso.
Dos de estos me toman de mis brazos para empezar a caminar. El cansancio en todo mi cuerpo me hace tambalear al intentar poner los pies en el suelo, ayuda que ellos me tuvieran sostenida por que estoy segura caería al suelo. Caminamos afuera, primera vez me sacan de ese lugar si algo que tapara mis ojos. Mis instintos me gritaban que aprovechara este momento, debe ser mi oportunidad para salir corriendo de esta mierda. Me permito recorre todo alrededor, fue un camino rápido, solo salimos y subimos por unas escaleras entrando a la caballa. Ellos debieron tratar de confundirme de que era un lugar muy largo para que no intentara escapar.
Caminamos hasta llegar al comedor si es que se le podía llamar a este lugar, todo de madera y maltratado. Vi que a unos metros había una puerta, al lado de esta una ventana podía ver la tenue luz de la mañana atravesó de esas cortinas viejas y sucia.
Sonreí para mí, un brillo de esperanza para mi corazón.
—Debemos salir por la parte trasera — uno de ellos habla, no estoy segura de cual.
—No, nos tiene rodeados.
—¡Entonces como vamos a salir! ¡Son los malditos militares!
—¡Cállate idiota! — ladra — tenemos a la mujer — me señala. Tiemblo en mi lugar. Los veo tomar cada uno un par de armas bastante grandes. Excepto el que me tiene cogida quien mantiene solo un arma en su otra mano apuntándome a mí.
Mi mente intenta maquina manera de salir, pero apenas puedo y recordar cómo me llamo. El sueño me hace parpadear varias veces intentando no cerrar los ojos.
