Capítulo 2

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Martha y José pasaron a buscar a Denis a su departamento y tomaron un Uber al lugar de la cita, era año nuevo y no iban a escatimar en alcohol así que ninguno llevo su auto. Denis pensó incluso para sus fantasías más profundas que no estaría mal no volver a dormir... nunca se había sentido mejor durante el sexo que con Román, él siempre lo había hecho sentir deseado y extasiado con solo unos roces, lo que le hacía sentir en la cama era algo que nunca había vuelto a repetir.

Una vez se lo había contado a José, aunque no le había dicho el nombre de su ex, y éste le había explicado que era el efecto de la adolescencia, era una época en la que todo era mucho más intenso e incluso alguien que no te gustaba demasiado podía hacerte sentir bien, mucho más alguien que te tenía todo embobado y enamorado, habría tenido un orgasmo aunque el sujeto no supiera qué carajo estaba haciendo. Con el tiempo y tras diferentes experiencias Denis le dio la razón, debía ser algo que solo se podía vivir en esa época.

Pero si era así... ¿por qué se sentía como un adolescente en su primera cita? ¿Por qué se sentía como la primera vez que Román lo había invitado a salir? Cuando solo habían ido a comprar un par de tenis nuevos? ¿De verdad había sido la adolescencia?

Román por su lado aún estaba en su departamento preparándose para un maratón de Netflix, tenía ya la bebida, la comida y se había puesto ropa de casa elegante para pasar la noche. Y con elegante se refería a unos pantalones casuales muy cómodos, un sweater de cuello redondo azul y sus gafas de montura gruesa, tenía el cabello en su forma natural, lucía arrebatadoramente atractivo pero no era difícil con su apariencia. Estaba descalzo y la sombra de las cinco ya era notoria en su mandíbula. Lejos de lucir descuidado lucía muy seductor. Estaba colocando los bocadillos en la mesita de su sala cuando el sonido del timbre lo llamó. Curioso caminó a la puerta, no tenía pensado recibir visitas.

Se asomó por la mirilla y vio a dos de sus amigos esperando fuera. Sin recordar lo que éstos le habían dicho antes les abrió con una sonrisa.

-¿Qué tenemos aquí? ¿Qué hacen mis muy no solteros amigos aquí a esta hora? No me digan que los plantaron y vienen por consuelo-. Ambos hombres lo vieron frunciendo las cejas.

-¿Por qué no estás listo? Vamos a llegar tarde- le reclamó uno.

-Román de todos los días ¿tenías que ponerte perezoso hoy? Martha va a matarme si no llego a tiempo hoy.

Román frunció el ceño ante los repentinos reclamos.

-Paren el auto ahí, ¿cómo por que tendría que estar listo? ¿para qué?

-Román, te dijimos que te habíamos arreglado una cita para hoy- le recordó uno y entonces Román recordó el asunto.

-Ahhh si- se recargó en el marco de la puerta- y yo les dije que no tenía pensado pasar mi noche consolando a nadie- soltó fácil.

-Amigo, no seas así- le rogó uno de ellos- los chicos ya le dijeron a ese muchacho que tú querías conocerlo, no me quedes mal.

-¿Cómo por qué querría conocer a un sujeto inestable emocionalmente que acaba de salir de una relación de mierda? Que ustedes estén completamente dominados por su pareja no es mi problema.

-¿No puedes ir aunque sea un rato? Después puedes inventar que te buscan o algo así, es más, le diré a mi hermana que te llame y se haga pasar por tu hermana y te saque de ahí ¿ok?

Román solo rodó los ojos no dispuesto a cooperar con aquello.

-Vamos Román, ten algo de empatía... al pobre chico lo acaba de engañar su novio y ahora le dijeron que tu quieres conocerlo, si lo plantas se sentirá horrible-. Apeló a la empatía de su amigo.

Cita de Año NuevoWhere stories live. Discover now