ʟᴇᴛ'ꜱ ᴅᴀɴᴄᴇ ||Haikyuu AU||

||28|| Guerras en el hielo

[CAPÍTULO LARGO]

El sonido del hielo siendo raspado, los gritos de los jugadores y los silbatos de los árbitros llenaban el gran estadio lleno de personas y atletas. Era un día precioso en Tokio, pero para la gran mayoría de los presentes, el clima era lo menos importante en ese momento: un gran número de academias y equipos competían con el objetivo de ganarse un lugar para poder seguir en el Torneo Nacional de hockey sobre hielo.

No era ni por asomo un ambiente tranquilo, de hecho, el ruido llegaba a ser bastante molesto por momentos, pero definitivamente tampoco era de lo peor. Para muchos de los espectadores, era terriblemente interesante presenciar y apreciar un deporte tan emocionante y diferente. Sin embargo, esa relativa "calma" se vio interrumpida por los lloriqueos de un jugador de hockey que portaba un escudo con un búho cerca de su corazón.

—¡¿Cuánto te falta, hermano?! —chilló el joven que estaba siendo atendido por su amigo.

—¡¿Puedes quedarte quieto un momento, por favor?! —gritó un pelinegro exasperado— Quizás podría ir más rápido si tan solo dejaras de moverte tanto, bro.

—¡Es que me duele! —se defendió el otro chico mientras intentaba alejarse de su amigo— ¡Tú no eres el que tiene la frente cortada de esta manera tan fea!

Kuroo rodó los ojos en respuesta al comportamiento infantil de su amigo.

—Solo deja de llorar por un segundo —dijo para luego dejar el algodón usado de lado y buscar uno nuevo.

Bokuto apretó sus labios, sin intención de responder. En su lugar, el joven miraba con desprecio la pequeña botella de solución desinfectante que Tetsuro estaba usando para limpiar la sangre de su rostro.

Junto a ellos, un pequeño grupo de bailarines y jugadores de vóleibol observaba el intercambio con diversión, intentando ocultar sus risas para evitar que el chico del Fukurodani entrara en uno de sus "modo emo".

Fieles a su palabra, los muchachos se habían organizado y despejaron un poco sus apretadas agendas para poder asistir a las fechas de los cuartos de final de las nacionales de hockey sobre hielo que se llevaban a cabo en un enorme estadio diseñado para albergar varios partidos al mismo tiempo. Era sin duda una experiencia interesante.

Aquello se había convertido en una especie de tradición para el extenso grupo de amigos. Después de las tantas veces en las que los jugadores de hockey les ofrecieron su apoyo incondicional en sus diferentes eventos, los jóvenes sentían la necesidad de devolverles un poco el favor, para variar.

—¿Estás bien, Bokuto-san? —preguntó el joven Hinata desde su asiento junto a Kageyama. 

Luego de los intensos días que pasaron en el campamento de ballet, Hinata estaba agradecido de tener algo más en qué concentrarse en lugar del comunicado que anunciaría al protagonista de la presentación de fin de año. Ya luego tendría tiempo de preocuparse por aquello, ahora su atención tendría que estar en apoyar a sus amigos.

—¡Claro que sí! —aseguró el chico del Fukurodani mientras se masajeaba el hombro derecho— Recibo golpes así todo el tiempo. Es solo que Kuroo es un bruto, a veces.

—¡¿Cómo que bruto?! —exclamó el otro mientras apretaba con más fuerza el algodón contra la frente de Bokuto.

—¡Kuroo, eso duele, maldita sea! —se quejó mientras se alejaba de aquel contacto.

—¿Y acaso eso es culpa mía? —dijo el chico del Nekoma— Eres tú el que se partió la frente queriendo meter ese último gol. ¿Acaso no viste a ese grandote con el que chocaste?

—Pero anoté ese punto, ¿no es así? —respondió Bokuto mientras cruzaba ambos brazos sobre su pecho, orgulloso de su última jugada.

Kuroo volvió a rodar los ojos.