Capítulo 15

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Aithor.

Golpeaba la pared de mi habitación una y otra vez, como si el dolor fuese la adrenalina que necesito. Me acerco a la mesita que tengo a lado de la cama y con un pedazo de papel, inhalo la cocaína que está en una línea vertical.

Eso, jódete más.

Caminaba en círculo por todo el espacio de éstas cuatro paredes, sentía mi nariz picar y picar. Mis ojos estaban tan rojos, se sentía como si quisieran salirse. Me sentía tenso, aturdido con un montón de emociones atoradas en el pecho.

¿Qué hiciste pedazo de idiota?

La sangre escurrida por la nariz hasta llegar a esos labios que probé como una nueva droga. Su cara de decepción junto a la de Rodrigo, rostros nuevos mirándome con esa expresión.

Mis padrinos, mis padres, mis amigos, ella...

Todos están decepcionados de lo que eres, idiota.

No eres como Roger, ni como Rodrigo.

Bufo sin gracia. Hasta yo mismo termino comparándome con ellos, como una acción involuntaria de mi mente de tanto escucharla.

— ¿Piensas estar así toda la vida?— pregunta Roger desde la puerta, está sin remera ya que acaba de ducharse.— No has ido a la universidad hace una semana, sabes que debes enfrentar a Karo tarde o temprano.

— ¿Crees que no lo sé?

— Parece que no— camina hacia mi y pone una mano sobre mi hombro.— A parte de impulsivo, cobarde.

La rabia se apodera de mi en un segundo pero la sinceridad de Roger siempre me molestó pero no me sorprende. No puedo golpear a medio país cada vez que estoy así. Me contengo y sólo ladeo mi cabeza para sonreírle sin gracia.

— Creo que ya sé de dónde sacaste la cobardía, aprendiste muy bien, hermanito— quito su mano por las malas, camino hacia mi closet para cambiarme de ropa.

— No soy un cobarde, lo sabes.

Suelto una risa llena de burla.

— Si, por eso estás en la zona de amigos de Alena desde hace, a ver... ¿Cuántos años tienes?— su rostro se transforma en enojo puro y camina hacia mi tomándome de la parte delantera de mi pijama. No hago nada, sólo sonrío.

— Estoy en esa zona porque eres un maldito grano en el culo.

— ¿Esa es tu excusa para decir que ésta vez perdiste?, que ella me eligió a mi porque le gusto yo, no tú.

— ¿Excusa?— chasquea la lengua negando.— No lo creo, pero me di cuenta de algo.

Me suelto de su agarre y Roger da un paso atrás. Sigo cambiándome mientras él se queda callado.

— Quiero superar a Alena, ya lo decidí, ya no voy a luchar por ella.

Le aplaudo varias veces y fingo emoción.

— Muy bien, aunque yo no tengo problema en dejártela. Mejor para mi si se enamora de otro.

— Pero si que funcionas acostarte con ella cuando no tienes nada que hacer, ¿no?

— Cómo diría un fuckboy, "es sólo sexo"

Aprieta la mandíbula enojado y sólo niega. Mira la mesa donde queda restos de polvo blanco, rueda los ojos y vuelve a mirarme.

— Ni siquiera haces el mínimo esfuerzo de dejarlo— me alzo de hombros.

Camino hacia la cama para agarrar mi célular y salir por fin después de días de mi encierro. Ya me aburrió la conversación, sólo sabe hablar de su amor frustrado.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora