𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐋𝐈𝐄𝐒 || "𝘐 𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘚𝘤𝘰𝘵𝘵 𝘔𝘤𝘊𝘢𝘭𝘭, 𝘢𝘯𝘥 𝘐 𝘩𝘢𝘵𝘦 𝘮𝘺𝘴𝘦𝘭𝘧 𝘧𝘰𝘳 𝘪𝘵"
Una nueva estudiante llega junto a su hermano menor, quienes creían que sería un año tranquilo, dio un giro inesperado al juntarse c...
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Chicago, 24 de Diciembre de 2019
Sentía mis nervios a flor de piel, me alejé de la mesa viéndola mejor, pero cada vez encontraba más y más desperfectos.
Solté un quejido, escuché la puerta de la habitación abrirse, mientras las pisadas se hacían sonar por el eco del departamento.
—¿Todo está bien?.— Noté su burla en su voz, giré a verlo con los brazos cruzados.
—No, nada está bien.— Negué sintiendo la frustración salir por mis poros.— Siento que todo está demasiado sucio y desordenado, y además...
—Oye, oye.— Scott me hizo verlo tomándome de las manos.— Tranquila. Todo está en completo orden.
—¿Estás seguro?.— Volví a ver la sala.— Siento que los cojines están disparejos, la alfombra sucia, los platos no están en línea recta, y...— Vi la mirada incrédula de Scott.— Puedo seguir, si eso quieres.
—¿Por qué estás así?.— Me preguntó viéndome con una ceja alzada, suspiré.
—Ya lo sabes.— Refunfuñé sentándome en el sofá, Scott se sentó a mi lado, poniendo su mano sobre mi pierna.
—Es una simple cena.— Lo miré ofendida
—No es una simple cena. Vendrán mis padres.— Solté un quejido, tomé un cojín y lo puse sobre mi cara, soltando un grito.
Era víspera de navidad, mis padres vendrían desde Beacon Hills porque, según ellos, no nos vemos desde hace años. Irónico, ya que Scott y yo fuimos al cumpleaños de mi madre, el cual fue hace 2 semanas.
—Ya hemos cenando con tus padres.— Me quitó el cojín, se acostó sobre el sofá, viéndome mejor.— ¿Por qué estás tan nerviosa esta vez?
—Nosotros somos quienes vamos a verlos.— Me giré para verlo mejor.— Ellos nunca han venido a nuestro departamento. ¿Qué tal que piensan que somos muy irresponsables para vivir solos? ¿O que es demasiado pequeño? ¿O qué tal...?
Scott me calló con un beso, sentí todo mi cuerpo relajarse, él al notarlo, puso una mano en mi mejilla acercándome más a él, luego de unos segundos, nos separamos.
—Estaremos bien.— Acarició mi mejilla.— ¿Qué importa lo que digan? Nosotros somos quienes vivimos aquí, no ellos. Solo somos tú y yo, cariño.
Sonreí con ternura, el estar con Scott me ha servido de mucho, más porque vivimos solos, me siento más relajada y libre, pude volver a ser yo misma, gracias a él.
—No olvides poner un lugar más.— Besó la punta de mi nariz y se paró.
—Cierto, ¿cómo debo hablarle?.— Lo seguí hacia la cocina.— ¿Cómo un amigo o como mi cuñado?
