51. Sunshine

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Jeongin caminó con lentitud hacia la cocina, mientras bostezaba y cubría sus labios ante dicha acción. Su garganta pedía agua, y a él no le importó que sean alrededor de las dos de la mañana; sólo se levantó con cuidado de no despertar a su hyung, y salió de la habitación de este mismo en cuestión de segundos.

Una vez con un vaso de agua ya entre sus dedos, se recostó contra una de las paredes de la cocina, pensando en qué harían por la mañana siguiente; había pasado alrededor de una semana desde que los abuelos de su novio habían llegado. Y, como casi todos los viernes, Jeongin había vuelto a quedarse en el apartamento de Hyunjin, en cierto modo su mamá le había dicho que sería lo mejor; ya que la mujer mantendría turnos completos por esas semanas, prefería que su hijo no se quede solo por las noches.

Quizás debería decirle a hyung para salir a caminar con sus abuelos. Pensó, terminando el agua que todavía quedaba en el vaso; lavó el utensilio con rapidez, y caminó por el pasillo, dispuesto a volver a dormir.

—¿Jeongin...?

Su cuerpo entero se tensó al escuchar la voz temblorosa de Hyunjin llamándolo.

Apresuró el paso e ingresó al cuarto del más alto, su ceño se frunció con preocupación al ver como su novio se encontraba sentado sobre la cama, su respiración era agitada, lágrimas corriendo por sus mejillas hasta terminar en su barbilla; Kkami había subido a la cama, y lloriqueaba contra el cuerpo de su dueño, intentando consolarlo de alguna forma.

Jeongin no dudó más y avanzó al borde de la cama, por inercia el mayor se acercó hasta sentir los brazos de su novio rodeándolo. Las manos de Yang acariciaron los largos cabellos de su novio, y Hyunjin hundió su rostro en la sudadera azul que el contrario tenía puesta.

—Estoy aquí, hyung, ¿está bien? Tus abuelos también están aquí —comenzó el más joven, abrazando el tembloroso cuerpo del mayor, quien seguía sollozando, mientras sus manos se aferraban a la espalda de Jeongin—. Fue una pesadilla, Jinnie, sólo fue una pesadilla.

Murmuró cada palabra con cariño, esperanzado por lograr calmar al rubio; le destrozaba ver a su hyung de esa manera, Jeongin sabía lo vulnerable que era Hyunjin en aquellos instantes, y eso provocaba que su corazón se estruje contra su pecho.

—Jinnie, ¿puedes mirarme?

Su pedido salió en apenas un murmuro, pero fue escuchado por el nombrado, quien, con algo de duda, fue elevando la mirada. Jeongin quiso llorar al ver esos bellos orbes castaños totalmente nublados por las lágrimas, el miedo todavía presente en ellos.

—Lo estás haciendo muy bien, respira profundo, bebé.

Pasaba sin que alguno de los dos pudiera evitarlo.

Eran noches en las que su hyung tenía aquellos ataques que, Jeongin estaba seguro, no podría ocultar por más que quisiera; a veces eran debido a una pesadilla, y otras producto de los pensamientos negativos que invadían la mente de Hyunjin. Yang no quería ni imaginarse cómo su hyung lo sobrellevaba cuando estaba solo.

Pero de algo estaba seguro.

—Eres muy fuerte, Hyunjinnie.

Su hyung era una persona fuerte, a pesar de muchas veces estar al borde de quebrarse.

Besó tiernamente la frente del mayor una vez los sollozos se detuvieron, tomó sus mejillas y quitó todo rastro de llanto de estas mismas, brindándole una pequeña sonrisa que tranquilizó a Hyunjin.

❝Sunshine❞ ~Hyunin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora