MASTER | Draco Malfoy

seven

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CAPÍTULO SIETE

Mi pierna estaba cruzada sobre la otra, las entrañas retorciéndose a cada nota marcó el comienzo del profesor. Mis cejas se apagaron y me mordí la lengua mientras esperaba impacientemente a que terminara la lección.

Habían pasado dos días desde el incidente. Así es como lo llamo. Tal vez lo nombre como una vergüenza. Algo en lo que detenerse. Un pesar.

Ni una sola vez nos habíamos hablado. Ni siquiera un movimiento ocular. Su enfoque únicamente en el trabajo y el mío en guardar mis manos para mí.

Solo lo hice una vez. Solo esa vez. Y quería hacerlo de nuevo, tan jodidamente mal. Era un nivel de euforia que no había sentido.

Malfoy era su propia botella de Amortentia y lo despreciaba por ello. Puramente porque él podría hacer una cosa simple y yo mojaría las bragas. Y noté que había sido lo mismo con muchas otras, excepto que su atención no estaba ni de lejos dirigida a ellas.

Ni siquiera yo tengo mucha. Y por su comportamiento, la forma en que me avergüenza y humilla, solo puedo imaginar que me desprecia.

Tal como él mismo dijo. Él prefiere a las chicas buenas, no está mal.

Y sentí que todo lo que hice por él o a su alrededor había sido rencoroso y egoísta.

Parecía que siempre terminaríamos teniendo conversaciones inapropiadas entre nosotros y no podía entender por qué.

Por supuesto que no me quejo. Pero, ¿por qué de repente? Apenas le había deslizado un movimiento. Y no era como si aceptara.

Él era el profesor y yo era su estudiante. Malfoy se ha divorciado recientemente. Muy posiblemente, puede estar hambriento y solo.

El divorcio nunca es fácil. Mis padres nunca se casaron. Pero sabía que muchos otros a mi alrededor tenían padres separados. Podría hacer mucho daño; especialmente a los niños.

Dios mío, ¿y si Malfoy tuviera un hijo? Mis pensamientos se quedaron atrás. Un círculo vicioso debería revolcarme a la locura y envolverme en una chaqueta recta.

No podía imaginar un clon joven suyo. ¿Y por qué coño me está poniendo más nerviosa?

La reproducción nunca fue lo mío. Muchos fetiches no lo eran. Normalmente solo disfrutaba del sexo suave. Y cuando Luke y yo salímos, él también disfrutó de eso.

Sin embargo, el profesor Malfoy me desesperó por otras cosas. Para más información; Quería que su palma me azotara, quería que su saliva cayera en mi boca para mantener mi silencio.

Quería que me ahogara con su polla y me estirara. Lo ansiaba todo.

—Por favor, preste atención, señorita Joy.—Malfoy escupió en voz alta, sus ojos tan fríos y atrevidos.

Su lobo interior gruñó hacia mí, lo que me hizo moverme en mi asiento incómodamente, murmurando un suave "Lo siento". Mis ojos nunca lo conocieron, pero me volví hacia él para que al menos pudiera reconocer el hecho de que escuché su súplica.

Cinco minutos. Eso es todo lo que quedaba y estaba más extasiado por irme.

Solo cinco minutos más.

Me asojé al reloj. Contando cada segundo en mi cabeza y mi mente comenzó a separarse de lo que Malfoy nos había estado enseñando.

Mi cuaderno en blanco demuestra que no había inhalado una palabra singular. Algo sobre compuestos químicos y moléculas.