3. La ducha caliente con Alice

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Marzo, dos mil y algo.

Voy en primero medio y soy la nueva del curso. Me mude hace dos meses a vivir con mi padre y conozco hace un mes a Júpiter, mi vecina. Recientemente descubrí que soy muy caliente y que me gusta jugar sin ropa con mi vecina, es en ella en quién pienso todo el día y la nueva voz que escucho en mi cabeza todos los días. Incluso estando en el colegio, distraída por mis nuevas amigas y compañeros de clase, pienso en ella desnuda en mi cama y es por eso, que no puedo evitar ponerme caliente y lo malo es, que tengo una compañera de clase, que como yo, es nueva, y es incluso más linda que Júpiter.
Pero la historía es, que a dos semanas de conocer a mis nuevos compañeros y compañeras de clase, he comenzado a sentir algo por Alice, la niña que mencioné anteriormente; el día miércoles siempre tenemos Taller Deportivo a la última hora, y como cada día, al terminar la clase nos duchamos, porque es verano y sudamos aún más de lo normal después de jugar Fútbol por una hora. Ese día, encontré todas las duchas ocupadas, porque me demoré en buscar mis cosas por estar hablando de más con uno de mis compañeros que sin duda, se sentía atraído por mi, y ya me había hecho a la idea de esperar, pero Alice al verme esperando sola, en un rincón frente a su ducha, me invito a meterme con ella, algo normal, porque las chicas solían compartir una ducha. Así que, me metí con ella.
Supe desde el momento en el que me dejo entrar en la ducha, que ella no sólo me quería allí adentro compartiendo el agua, también me quería adentro de ella. Ella sabía que me sentía atraída por ella porque no podía dejar de mirarla en ninguna clase y me reía, de sus chistes malos, y ella, hacía lo mismo.
–¿Sabes... el otro día soñé con mi ex, y fue lo más extraño porque en... en la mañana, desperté toda mojada, así como con sudor y cosas —y así como ella me hablaba de cosas sin importancia para mi, yo también le contaba cosas aleatorias, pero de repente, terminé contándole sobre mi primera vez con un hombre y así es como ella termino diciendo — Hay amiga, ya me calenté... –sus grandes ojos color café me miraron fijamente a los míos y supe de inmediato, que ella quería que hiciera algo al respecto.
–Sí, yo igual... –le respondí sonando indecisa, pero ya tenía planteado meterle dedos hasta por el ombligo.
Ella me tomó por el cuello y me dio uno de esos besos que terminan siendo los mejores de tu vida, era como si fuera el fin del mundo, imaginé que a nuestro alrededor se desataba la cuarta guerra mundial, con bombas y tanques atacando a nuestro alrededor; nuestras lenguas se peleaban por demostrarse cuál era la más ágil, pero definitivamente la mía lo era. De la nada bajé hasta su cuello, dando jugosos besos a mi paso, después bajé a sus tetas y corrí su bikini a un lado, una de mis manos jugaba con su pezón derecho, mientras que mi boca se concentraba en su pezón izquierdo, lo mordía y lamía como si fuese el mejor helado.
–¡Ay hueona... –gimió y rápido con mariposas asesinas en mi estomago tapé su boca.
Bajé por su pecho hasta su abdomen dejando besitos a mi paso, mientras que una de mis manos jugaba con el botón sensible entre sus piernas. Supongo que lo hacía bien, porque Alice, mientras se retorcía con los ojos cerrados y su mano firme en la pared de cerámica a mi izquierda, se mordía los labios ahogando cualquier sonido que buscaba salir de su boca.

CONCHETUMARE | TelenovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora