Capítulo 5: Preparativos

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Kotoha rápidamente salió del salón principal, dirigiéndose a su habitación con inosuke en brazos y una sonrisa dejó ver su evidente felicidad, viendo directamente a los ojos verdes de su bebé, río con alegría.

- Es hora de prepararnos Inosuke, hoy será una noche maravillosa -

La bella chica posó al pequeño en su Moisés, y rápidamente sacó unas prendas de kimono que había estado guardando para alguna ocasión especial.

- Sabía que confeccionar estas prendas iba a servir en algún evento importante - Kotoha volvió a sonreír alegremente mientras sostenía un hermoso kimono color mostaza con flores color naranja, y uno más pequeño de color rojo para Inosuke.

Ella en días pasados había remendado algunos kimonos, ya que al salir de la casa de su esposo no llevaba nada más que la ropa que traía puesta ella e inosuke esa noche, además Kotoha no deseaba molestar a Douma pidiéndole algunos, ella deseaba ser independiente y remendar prendas para ella y el bebé ojiverde.

Tomando primero a su niño en brazos empezó a cambiar sus ropas.

- Empecemos dulzura -

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Douma escuchó las grandes puertas principales abrirse de par en par, y aquella chica peliroja que llevó a los niños anteriormente entrar por ellas.

- Aiko... ¿Ya están los preparativos para ésta noche? -

Aquella chica ojiazul hizo una reverencia hacia aquel trono de loto, e incorporándose lentamente vió directamente a los ojos arcoiris del rubio.

- Sí, Douma Sama... En unas horas más estarán los pequeños aquí, Los prepararé a todos de inmediato. -

Douma sonrió ampliamente, Aiko fungía el puesto de sacerdotisa en aquel templo, ella era la única en ese cargo ya que el rubio no deseaba involucrar a más doncellas para así evitar escándalos y cubrir mejor las desapariciones de aquellos seguidores recién llegados.

El método en aquel templo era sencillo, Aiko al ser sacerdotisa principal hacía uso de la ayuda de los demás seguidores del rubio que eran gente del pueblo, para organizar ceremonias de iniciación, reuniones y algunos festivales. Douma prefería comer a mujeres y niños sin hogar, por lo que todos en el pueblo suponían que él les daba hogar y familia en algún otro pueblo lejano, él se encargó de divulgar esa información, claro que no despreciaba a los varones sin hogar, sin embargo él prefería no hacer escándalos a la hora de alimentarse y pensaba que estos no tenían tantos nutrientes, así podría seguir disfrutando de su alimento y vitalidad sin la preocupación de llamar la atención de algún cazador de demonios o de los demás lugareños.

Todos en el pueblo fueron ayudados por el chico de ojos arcoiris, por lo cual le tenían gran respeto y admiración.

- Ésta noche, al terminar el ritual saldré al festival Aiko - Dijo él, mientras posaba su brazo derecho de nuevo en su pierna, y recargaba su mentón en la palma de su mano.

La ojiazul sorprendida por el comentario, respondió.

- ¿Usted irá? ¿Debo informar al pueblo que en ésta ocasión nos honrará con su presencia? -

- No, no hay necesidad... Solo iremos un momen... -
Douma paró en seco, recordando a kotoha ir alegremente a su habitación para cambiarse, con el semblante de una hermosa sonrisa en su rostro.

- ¿Sí? - Aiko extrañada miró fijamente al rubio.

- Pensándolo bien... Informa que en ésta ocasión Douma Sama irá al festival esperando ver que sus amados seguidores hagan el festival más hermoso que se haya visto, sí lo considero adecuado daré un regalo al pueblo. - Douma Sonrió levemente, mientras veía el rostro de aquella peliroja cambiar de confusión a alegría.

Los días que más améTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang