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Dazai guarda sus herramientas para forzar cerraduras y abre la puerta.

Entra al apartamento de Chuuya, aprovechando su reencuentro quiere molestarlo agitando sus vinos ahora que, seguramente, no está en casa. Pero el espeso olor a sangre llega a él.

Tiene varias teorías:

Tal vez Chuuya fue herido en una misión. No lo ve posible, lo vio apenas hace unas horas, las misiones tan cortas son demasiado fáciles para él.

Tal vez camino a casa alguien lo ataco en venganza a la mafia. No, Chuuya no puede ser fácilmente dañado por balas o cuchillos, además se hubiera enterado del escándalo camino a su apartamento.

Lo más alarmante es si tal vez algún grupo o usuario de habilidad entro y lo mato o hirió de gravedad. No lo cree probable, Dazai es una de las mentes más prodigiosas de toda Yokohama y ni él sabe cómo matar a Chuuya sin hacer un total desastre.

Pero, incluso si alguien estuviera tan obsesionado como él referente a molestar a Chuuya ¿Cómo entró? Él acaba de forzar la cerradura, las ventanas se ven intactas, todo parece en orden.

Camina en silencio hacía de donde viene el olor, si Chuuya está bien se irá antes de que el pelirrojo lo descubra y volverá en otra ocasión a molestar.

No es que esté preocupado, es solo que Chuuya no puede morir antes que él, su testamento dice que Chuuya debe quemar su sombrero como ofrenda sobre su ataúd desde que tiene 15.

Entra al cuarto de Chuuya. Recuerda este lugar, en las noches especialmente frías o cuando llovía Chuuya solía arrastrarlo desde su contenedor hasta aquí, era algo de los que jamás hablarían, algo que a la mañana siguiente deberían olvidar.

Ve la luz del baño encendida, tal vez Chuuya tuvo un feo accidente de cocina, pero no había sangre en otros lados de la casa.

Dazai se asoma y algo que jamás pensó ver apareció ante él. El suelo, el fregadero y una pared están manchados de sangre, hay navajas de afeitar en el suelo y en el lavabo.

¿Chuuya, él…? No, no puede ser, conoce a Chuuya, él jamás lo haría.

No puede ver al pelirrojo, ya que está en la bañera con la cortina de baño cerrada. Los sollozos suenan desgarradores una vez les pone el rostro de Chuuya.

Y Dazai entra un poco en pánico, preguntándose por qué Chuuya había hecho eso, no era un berrinche tonto, este llanto era genuino, tan lleno de tristeza y dolor.

El dios de la desgraciaWhere stories live. Discover now