AL BORDE DEL DESASTRE (PT 2)

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Resumen:

Mientras que en la Orilla del Dragón hay una guerra, Hipo, Patan, Sirius, Risco y Johan descubren una isla llena de dragones que han sido atacados por los cazadores.

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Los barcos de Ryker se acercaban rápidamente a la Orilla del Dragón. _____ estaba parada en una roca, observando como el enemigo buscaba deshacerse de ellos.

Una vez estuvo conforme con lo que vio, bajó de la roca y fue al lugar donde había escondido el Ojo del Dragón.

_____: ¿Crees que este sea un buen lugar? –dijo luego de colocar el objeto entre dos grandes piedras y cubrirlo con otras más pequeñas–

Su dragón solo le dedicó un rugido de aprobación.

_____: Bien, vamos con- –una voz la interrumpió–

Brutacio: ¡Vamos, _____! Mis tendones empiezan a acalambrarse. –dijo desde el techo de la cabaña de Astrid–

_____ subió a su dragón y se quedó mirando al horizonte esperando las ordenes de Astrid.

Astrid: Esperen un poco... ¡Ahora! –Brutacio disparó la primer gran ballesta–

Xx: ¡¡Ahí vienen!! –dijo un cazador al ver las flechas acercarse a ellos–

_____ y Pescuezo volaron hasta el techo de la cabaña de la mencionada.

_____: Enciéndelas, Pescuezo. –ordenó a su Nadder y este le lanzó su ataque de magnesio a la parte metálica de las ballestas de su catapulta– ¿Qué tal si vemos arder las velas de esos barcos, eh amigo? –le dijo a su dragón con una sonrisa maliciosa y él gruñó–

Las velas de los barcos empezaron a quemarse. Algunos de los navíos se estaban hundiendo, gracias a las ballestas que lanzaba Brutacio.

Brutacio: ¡Sí! ¿Quién pateó traseros de cazadores? Brutacio patea traseros. –empezó a bailar moviendo su cabús en forma de festejo por hundir un único barco–

Astrid: No podemos empezar a besarnos el trasero. –dijo mientras Tormenta emprendía vuelo–

Brutacio: Ni siquiera sabía que era posible. –contestó mirando su trasero–

______: ¡¡Esto aún no ha terminado!! –les advirtió– Hay más barcos en el lado sur.

Astrid: ¡Vamos!

Brutacio saltó a una biga de la cabaña de Astrid y de la biga saltó hasta una tirolesa por la cual bajó hasta llegar a tierra firme. Al aterrizar casi cae por el acantilado, pero logró mantener el equilibrio. Se acercó hasta una catapulta con un barril de gel de Pesadilla Monstruosa.

Brutacio: Gel de Pesadilla Monstruosa más llamas ardientes igual a... –encendió el gel y movió una palanca, lanzando así el barril en llamas hacia otro barco– ¡¡Diversión para todos!! Bueno, no todos... solo para mí, en realidad. ¡¡AAAAAAAH!! –Tormenta lo había tomado de los brazos– Oye, Astrid, estaba pensando, ¿sabes qué sería grandioso?

Astrid: ¿Que sigamos con lo que parece que está funcionando bien?

Brutacio: Ah, no. No me refería a eso. Estaba pensando- –Astrid lo interrumpió–

Astrid: No sigas, Brutacio. Es lo que haremos. –le aclaró–

Brutacio: Meh. –le sacó la lengua–

_____: Brutacio. –dijo mirándolo mal– Y tu también Astrid.

En una isla lejana.

Desde lejos se podían oír los rugidos de los dragones salvajes.

La hermana de Patan (Hipo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora