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Los diplomáticos pertenecientes a otros países del continente nos observaban a mi hermana y a mí con confusión. 

— Amelie Starkov — me nombra Aleksander al ver sus expresiones, el timbre de su voz era promediablemente baja —. Invocadora de Sombras.

Sus facies cambiaron a una de asombro con cierto toque de temor.

— Y Alina Starkov — le señala a mi hermana —. Supongo que la recuerdan por su presentación en Os Alta, nuestra Invocadora del Sol.

Levanto el rostro topándome con Zoya, quien impulsaba al esquife gracias a su poder como vendaval. Ambas conectamos miradas por un par de segundos. ¿Será que ella sabe del lúgubre plan de Aleksander?  

— Estamos atadas — le susurro a mi hermana, ambas de espaldas al público —. Si no hacemos lo que él nos ordena, Mal y Kilian ...

— Lo sé — repuso tensa —. Pero debe haber una manera de salvar a todos.

Asiento. En mi primer ingreso a La Sombra mi vista era difusa debido a la densa oscuridad que me rodeaba, pero ahora era diferente, a pesar de no tener un control de mi poder, aún mantenía mi capacidad de ver en tonos grises.

Di un paso atrás al visualizar tantos volcra paseando sin percatarse de nosotros. Algunos emitían sus tan aterradores gritos mientras que otros yacían en silencio, a esperas de su presa, cualquier inocente e incrédulo que crea oportuno atravesar La Sombra.

Como algunos en este esquife.

— ¿Los ves? — me pregunta Aleksander tomándome por sorpresa.

— No puedo creer que en algún momento fueron mujeres y niños — siseo entre dientes.

— También soldados que asesinaban grisha, Amelie — dice con la frente en alto, sin una gota de arrepentimiento —. Tú misma viste como asesinaron a Luda. 

Niego con la cabeza — Aún estamos a tiempo de corregir las cosas, sólo detengamos esto de una vez por todas.

— Lo siento, pero no — añadió y se distanció para conversar con Ivan.

Giré hacia mi izquierda para visualizar a un volcra muy cerca a nosotros — Saben que estamos aquí — le susurro a mi hermana en estado de alerta. Tengo que hacer algo, pienso. Alzo mis manos con el objetivo de formar dagas pero nada emanó de mí — ¡Demonios! — musito fatigada.    

Miro a mi hermana quien alza ambas manos en un intento de evocar la luz, en ese instante Aleksander se percata y la toma del hombro, Alina agranda los ojos al mismo tiempo que inhala con fuerza — ¡No, recuerda quien tiene el control! — exclamó él. Ella levanta el pecho con brusquedad, una ola de luz se expande cual túnel hasta el final de La Sombra, en la lejanía podía visualizarse un punto beige conocido como Novosibirsk. Una vez la suelta, ella parece decaer, de inmediato la sostengo en mis brazos —. Ahora tu poder es mío — le recuerda con autoridad.  

POV Malyen   

Durante la noche Kilian y yo nos escabullimos entre las carpas hasta llegar al esquife, tenía entendido por conversaciones ajenas que más tarde Amelie y Alina partirían a La Sombra con Kirigan para destruirla.

Estuve aliviado al ver el gran esquife en completa desolación, no nos convenía luchar con ningún soldado de lo contrario sabrían nuestra ubicación exacta. Una vez dentro, abrimos la trampilla que nos dirigiría a la bodega y esperamos.

[...]

Transcurrieron unas tres horas hasta que amaneció y las personas empezaron a abordar. Mi cuerpo dio un tirón y es que el esquife empezaba a moverse. Eso solo significaba una cosa, ambas se encontraban arriba nuestro. 

Amelie Starkov: Invocadora de sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora