68ºCapitulo "H"

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Narra Cyril

*Leer nota del final*

Despierto con unas repugnantes ganas de vomitar, siento la garganta pegajosa y tremendamente acida, como si me habría tragado un esmalte de uñas. Estoy tumbada entre Kat y Ann quien hace ruiditos pequeños, que no llegan a ser ronquidos, cuando respira. Darren se encuentra al otro lado de la cama, donde deduzco que no tendrá mucho espacio. 

-Tss- Ann me golpea el hombro con delicadeza-, tengo hambre. 

-¿Desayunamos?- ella asiente sonriente y se desliza por la cama sin hacer ruido, yo hago un torpe intento de imitarla, pero soy más patosa que ella y se cae un teléfono al suelo, el cual no sé de quién es. No obstante nadie se despierta. 

Al llegar a la cocina me doy cuenta de que me estoy tomando demasiadas libertades, pues esta no es mi casa, mas Ann revolotea por todas partes inquieta por comer así que ahora tengo que cumplir con lo prometido. 

Saco una caja de leche de la nevera y la vierto en una taza con dibujos, que la niña ha elegido, siento los brazos tan débiles que llego a pensar que no podré elevarla hasta el microondas, finalmente lo consigo y espero junto a Ann en la encimera. Cada vez me encuentro peor, es como si tuviera una babosa pegajosa por mi estómago y garganta.  

Deduzco que estos síntomas se deben a la falta de sueño que he sufrido esta noche y la anterior. La verdad es que no logro dormir sin Mike, las pesadillas vuelven y cuando las rehullo despertándome estoy tan asustada que no soy capaz de cerrar los ojos ni una vez más en toda la noche. 

Francamente, no entiendo por qué, es sencillo, al menos debería serlo; Héctor vendrá a por mí, yo me iré con él. De esta forma no hará daño a nadie. Claro que no quiero ni verle, pero es lo que debo hacer y lo pactado con él. 

-¡Va a quemarse!- chilla Ann con una carcajada. Corro a parar el aparato pulsando el botón. 

-Ahora que lo pienso, ¿y tu madre?- reacciono de repente. 

-En el cuarto de invitados, estaba yo con ella, pero me escapado. 

-Eres toda una rebelde...- saco la taza envolviéndome la mano en un trapo de cocina para no quemarme, y preparo otra para que Ann no tenga que esperar a que se enfríe. 

-Son las cosas que más queremos las que nos destruyen- sentencia seriamente y pienso que es, probablemente, lo más sabio y oportuno que me han dicho jamás. 

-¿Qué?¿Por qué dices...- entonces no soy capaz de soportarlo, me acerco al lava platos y lo suelto todo. No creía que me quedase mucho en el estómago pero está claro que me equivocaba. Ann se ha acercado a la fregadera y yo no puedo apartarla pues estoy ocupada recogiéndome el pelo. No entiendo cómo las bulímicas pueden soportar esto, provocarlo incluso, solo por tener una figura mejor. Es terrible que la sociedad haga tanto daño. 

Cuando por fin termino, abro el grifo y, junto al estropicio que he creado, me limpio la cara. Pensaba que después de vomitar me sentiría aliviada pero no es así, es más, me siento casi peor que antes. 

-¿Por qué dices eso? 

-Solo he citado Los juegos del Hambre- añade encogiéndose de hombros, y ahora que lo menciona, sí que tengo un vago recuerdo de Kat comentándome algo sobre la afición de Ann hacia la trilogía.  

Cuando se termina el desayuno vamos arriba de nuevo, a pesar de su insistencia en jugar al escondite o ver la tele. Al entrar en la habitación, me sorprende ver que se han despertado y no solo eso, sino que estén recogiendo. 

-Ann vete con mamá- ordena Darren con dureza. 

-¿Qué pasa?- pregunto cuando la pequeña ya se ha ido. 

-Es Mike, ha tenido un accidente- me explica Kat intentando no parecer preocupada-, pero está bien. 

-¿Qué clase de accidente? 

-Por lo visto él iba en skate y un coche se desvió de su carril hasta la acera- vuelvo a tener la sensación de que la babosa hecha de esmalte de uñas sube por mi garganta, por tanto corro hasta el baño y vomito de nuevo, pero esta vez en el bater. Observo por el rabillo del ojo que Darren y Kat me siguen hasta el servicio. 

-Tranquila- dice ella con dulzura y me quita el pelo de la cara para sujetarlo. Luego alcanza el papel higiénico y hace amago de limpiarme, pero no le dejo, bastante vergonzoso es esto ya. En ese momento para rematar el bochorno de la escena, contemplo a Darren llegar con un vaso de agua, el cual me entrega. 

-¿Estás mejor? 

-Sí, gracias- le contesto asintiendo antes de beber un sorbito. Acto seguido se hace un silencio muy incómodo y largo, esta claro que no lo saben todo, pero sospechan que algo está ocurriendo. Menos mal que Katherine rompe el momento; 

-¿Sabéis por qué pasa esto?- pregunta fingiendo indignación-. La Nueva Zorrita y sus comidas requemadas- y la verdad es que ninguno podemos evitar echarnos a reír. 

Esperamos a que Darren explique la situación a su madre y después salimos escopeteados hacia el coche de este. Al principio me parece realmente extraño que Kat no se siente delante junto con su novio, pero pronto me doy cuenta de que lo ha hecho por mí, para hacerme compañía y estar conmigo, a pesar de que Mike es amigo de Darry también. 

-¿El conductor iba borracho?- pregunto rompiendo otro prolongado silencio. 

-Según nos ha dicho Ethan, ni si quiera saben quién fue- responde Katherine sin darle importancia. A mí todo esto solo puede olerme fatal. 

-¿Cómo? ¿lo atropelló y se largo? 

-Eso parece...- ignoro mis sospechas porque son demasiado paranoicas. No todo tiene que ver con él.  

<<-¿Qué quieres, Héctor?- pregunté aquella noche fuera del bar donde se encontraba Mike, en el servicio. 

-¿Tú que crees? Vengo a terminar lo que he empezado. Ven conmigo y no les pasará nada. 

-A nadie. No les harás daño a ninguno de ellos 

-Cyril, ¿Cuándo he roto yo una promesa? >>

Llamo a Jackson una y otra vez, porque tiene que saberlo y porque me distrae de pensar. No contesta. 

-Chicos, ¿os importa dejarme en mi casa? Tengo que avisar a mi hermano y creo que sigue dormido- Darry me acerca lo máximo posible a mi edificio ya que es difícil entrar por los callejones de mi barrio. No es hasta que abro la puerta del coche hasta que Kat dice lo que llevaba callando durante todo el viaje; 

-Luego vienes, ¿no? 

-Claro porque no iba...- se baja ella también y me coge del brazo para alejarme del vehículo. 

-Sé que es duro para ti, y más cuando vuestra ruptura es tan reciente, pero él te necesita allí. 

-¿Qué? ¿te estás oyendo?- reacciono a la defensiva- ¡Como puedes pensar que soy tan vacía de no ir a verle! 

-Ce, no te lo he dicho con mala intención, yo solo... 

-Eres estúpida, Kat- y estoy enfadada, estoy realmente molesta con lo que ha insinuado-. No entiendes nada- dicho esto me dirijo hacia mi casa. Cuando llego, hay un mendigo cerca de mi portal y me veo obligada a abrir la puerta a prisa, por si acaso. Sin embargo, subo las escaleras muy despacio, sin percatarme de que he empezado a llorar. Me da igual. 

Me limpio los píes en la alfombrilla ocupada buscando la llave correcta, entonces mi pie choca contra algo que hace un sonido de plástico. En el momento en el que bajo la vista y veo de que se trata, se me para el corazón. La sangre me bombea en los oídos con brutalidad, impidiéndome oír nada. Finalmente me arrodillo ante el pequeño coche rojo de juguete y lo examino casi ciega por mis propias lágrimas, y lo encuentro. Hasta el más imbécil sabría lo que significa la gran "H" dibujada en el techo del juguete; Estamos todos muertos a no ser que yo tome medidas ya.

¿Qué os ha parecido el capítulo?!!!!!

QUIERO LEEROS!!!

¿Qué debería hacer Cyril?

¿Qué tal vuestras vacaciones?

UN BESAZO ENORME Y GRACIAS POR TODO A TODAS!!!!

¿Ella en problemas? ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora