89ºCapítulo "Él "

1.3K 102 20
                                    

Narra DARREN

Me impresiona bastante ver a la madre de mi mejor amiga en tal estado, la conozco desde que tengo memoria y es realmente duro presenciar esto. Ninguna de las dos lo merece. Pasamos horas charlando sobre todo y con todo quiero decir absolutamente todo. Es increíble la confianza que tiene Kat con su madre, de hecho le está contando lo sucedido este curso con su hermanastro.

-Ese Blane es un desgraciado- comenta cuando le informamos sobre lo de la apuesta.

-Estoy de acuerdo- coincido yo y ambos chocamos la mano por encima de la cabeza de Katherine. Claro que tanto ella como yo nos cortamos un poco más cuando llega nuestra parte.

-Siempre supe que teníais algo, pero la verdad, ahora mismo no lo parece.

-Es que... han pasado cosas...- murmura mi amiga no muy agradada.

-No hace falta que me relates todo, por el amor de dios, soy tu madre, sería como antinatural- suelto una risilla-, pero intentad arreglarlo. No he visto a dos niños más unidos jamás. Recuerdo que Darren siempre te defendía ante los demás- le dice a su hija-, sobre todo de los niños, se ponía muy celoso- maldita sea, eso era completamente cierto pero a esa edad no esperaba que nadie se diera cuenta. Solo éramos dos críos, esas cosas eran normales-, y tú, señorita- apunta con el dedo a Kat-, una vez tiraste a una niña a un estanque por hablar con tu chico- las mejillas de mi amiga se tiñen de rojo a la velocidad de la luz, trata de ocultarlo mirando hacia otro lado.

-¿Sí eh?

-¡Mamá!- la regaña- juraste no contarlo nunca...

-Se llamaba Teresa.

-¡La recuerdo! ¡era muy lista!- eso parece poner de los nervios a Kat que suelta de repente;

-En mi defensa diré que era una niña realmente repelente, de esas que presumen de saber sumar y restar. Hubo una temporada en la que siempre nos la encontrábamos en el parque y ella intentaba enseñarte matemáticas- explica mirándome-, y me lo restregaba a mí en plan "tú no sabes, tú no le puedes enseñar nada", así que un día la empuje al pequeño estanque con la esperanza de que los patos le comieran los ojos. Cosa la cual no ocurrió... 1) porque la sacaron de ahí en menos de tres segundos y 2) porque los patos no hacen eso. Pero dejó de molestar- por mucho que lo intente no puedo evitar romper a reír a carcajada limpia-¡Maldita sea, Darren! No tiene ninguna gracia- me pega un leve puñetazo en el hombro.

Es adorable, simplemente adorable. Hoy lleva uno de esos petos cortos negros de invierno, no tengo ni idea de como se llaman pero desde este preciso momento me declaro fan de ellos, lleva un jersey gris debajo y unas medias oscuras. El pelo recogido en una trenza de espiga que supongo que se la habrá hecho Sussan en clase porque Kat es un completo desastre en peluquería. No sé si es porque la he echado de menos estas dos semanas pero creo que hoy está más guapa que nunca.

-Tierra llamando a Darren- Mayleen chasquea los dedos frente a mi cara y vuelvo a la realidad.

-¿Qué has dicho? Perdón, no estaba escuchando- madre e hija comparten una mirada cómplice. ¿Me habré quedado embobado apreciando a Kat?

-Creo que lo mejor es que os vayáis ya a casa, se está haciendo tarde y ha empezado a nevar...

-No hay prisa, hemos venido en el coche de Darren- le contesta a su madre-, no tenemos que coger el bus ni...

-De todas formas estoy cansada, cariño- está claro que lo está haciendo a propósito, solo quiere que Kat y yo tengamos tiempo para solucionar las cosas. La chica frunce el ceño pero finalmente cede y nos despedimos.

No hablamos en todo el trayecto hasta el aparcamiento, de hecho tampoco lo hacemos hasta que se desvía del camino hacia el coche y se dirige a los jardines del centro.

¿Ella en problemas? ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora